Los Túneles secretos de La Cartuja de Jerez

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A través de la investigación cursada en el subsuelo de Cádiz, encuentro documentación de galerías subterráneas en ciudades de nuestro término provincial.

En este caso, en concreto, voy a hablar de la ciudad vecina de Jerez de la Frontera. Un joven investigador de allí, Francisco Jordi Páez, me hace llegar un croquis de un sistema de minas de captación de agua del año 1923 que iban desde la barriada de Los Albarizones hasta el Monasterio de La Cartuja.

Existen diversas leyendas acerca de estas galerías subterráneas, como la que iban desde el Monasterio hasta la Catedral, el cual recorrían los monjes del Convento o para huir en tiempos convulsos.

Las publicaciones de Manuel Romero Bejarano en el Diario de Jerez descartan estas teorías, según sus investigaciones realizadas en el Archivo Municipal.

Según comenta, en 1543 se descubre de modo fortuito un sistema de captación de agua en la zona de Los Albarizones. La noticia llegó al Cabildo, diciéndose incluso que era una obra maravillosa “propia de moros o de gentiles”, así que ingeniaron un proyecto para enviar el agua hasta Jerez de la Frontera, pero no pudieron salvar el desnivel existente entre el manantial y la zona alta de Jerez, así que colocaron una fuente adosada a la Ermita de Guía que recibió el nombre de La Alcubilla. Los frailes decidieron desviar esta captación de agua hasta su Convento lo que originó que en 1563 Jerez se quedara sin agua y con ello un gran pleito que acabaría a favor del Municipio.

Con toda esta información, me decido a investigar en el enclave de Los Albarizones una posible entrada a esta mina, con David Blanco, Antonio Melero y Francisco Jordi.

Después de una investigación de horas, localizo diferentes entradas a entramados subterráneos, así que decidí volver al día siguiente, con el equipo de seguridad apropiado.

Entramos en una mina que estaba en el patio de una casa de un vecino de Los Albarizones. La mina era de bóveda de medio cañón, con sus paredes y sus bóvedas de ladrillos toscos. La altura era de 1,60 metros y la anchura de 1 metro, teniendo cada metro una apertura en la pared para la captación de agua.

Lo extraño de esta galería fue que la dirección que tomaba no era en el monasterio, sino en el lado contrario. La primera parte de la galería, creo poder fecharla en el siglo XVII, pero en su tramo final que tenía unos 100 metros (en total la galería tiene 400 metros de recorrido) la forma constructiva cambia radicalmente y el revestimiento de las paredes de las bóvedas pasa a ser de sillares de forma irregular, pareciendo esa forma constructiva a algunos subterráneos romanos, así que estamos a la espera de poder realizar un estudio de todo el minado del entorno para poder tener una datación real de la cueva.