La situación de la pareja que tendrá que abandonar su casa en la calle Pasquín según indican poque la propiedad parece que quiere instalar sigue sin arreglarse. Juanma y Conchi siguen su ruta de reuniones con diferentes delegaciones del Ayuntamiento, sin que se puede encontrar una solución por ahora.
Este martes, tienen su, parece, última cita con un departamento municipal, en la Delegación de Asuntos Sociales. A prácticamente tres semanas de tener que dejar su casa de 30 años. Por ello, Cádiz Resiste va a celebrar una concentración a las puertas de la sede de Asuntos Sociales en la calle Zaragoza para informar a la ciudadanía del estado de esta proceso.
Juan Manuel Cia, uno de los afectados, señala que «no están atendiendo muy bien en todos los sitios, pero no nos dan una posible solución». Así, «vamos a esta última reunión ya, con Asuntos Sociales, para que nos digan las ayudas que podemos tener y si hay alguna posible salida». Porque no terminan de recibir opciones a ese aviso de la propiedad de que tienen que abandonar su casa el día 30 de este mes de septiembre.
«Como es la última reunión, vamos a informar a la ciudadanía de cómo está la situación, pero también es una forma que desde el Ayuntamiento vean que no estamos solos en esta reclamación», señala Juanma.
Él y su mujer recibieron un burofax el pasado 2 de julio, avisándoles que la propiedad había decidido no renovare el contrato y tenían que abandonar la casa en la que viven hace 30 años a final del mes de septiembre. Ambos sospechan que su hogar, al igual que otros inmuebles cercanos, está destinado a convertirse en una vivienda de uso turístico. No es algo nuevo en Cádiz.
La situación de la familia se se hace aún más complicada por la salud de Juanma. A la espera de una operación de corazón que confía recibir este mes de septiembre, su enfermedad le impide trabajar desde hace tiempo. Su esposa, Conchi, trabaja como asistenta del hogar, pero con los escasos 800 euros mensuales que gana apenas pueden cubrir los gastos básicos. La presión del desalojo ha llevado a Conchi a necesitar medicación para el estrés y la ansiedad, que no han dejado de aumentar desde que conocieron la noticia.
El caso de Juanma y Conchi no ha pasado desapercibido entre los colectivos sociales y vecinales de Cádiz. Tras recibir el burofax, la pareja comenzó a buscar apoyo en diversas plataformas y asociaciones. Cádiz Resiste, la Plataforma de Vecinos y Amigos del Pópulo, Facua, y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) han sido algunos de los colectivos que les están ayudando.
Cádiz Resiste ya organizó una asamblea abierta en la Plaza Antonio Martín, en el Barrio de la Viña, para visibilizar la situación de la familia y denunciar la creciente turistificación que está expulsando a los vecinos de toda la vida. Alrededor de un centenar de personas se congregaron en apoyo a la causa de Juanma y Conchi, dejando claro que su situación es el reflejo de una problemática mayor. «No es turismofobia, es la defensa de nuestros barrios», afirmó entonces un portavoz de la plataforma durante la concentración.
Ahora, han vuelto a convocar una asamblea para informar de todo el proceso que están llevando a cabo Juanma y Conchi para tratar de seguir viviendo en su casa. Solo eso.
