La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de autorizar el uso de misiles de largo alcance estadounidenses en Ucrania ha encendido alarmas no sólo en el ámbito político, sino también entre quienes miran con atención las profecías apocalípticas de Nostradamus para 2025. En redes sociales y foros especializados, se multiplican las interpretaciones que conectan esta escalada militar con las sombrías predicciones del célebre astrólogo francés sobre una posible Tercera Guerra Mundial.
El permiso de Biden permitirá a Ucrania emplear sistemas ATACMS, capaces de alcanzar objetivos a 300 kilómetros y diseñados para superar las defensas enemigas con velocidad y precisión. Este movimiento estratégico, en un conflicto ya marcado por tensiones nucleares y acusaciones cruzadas entre Rusia y Occidente, ha sido señalado como un punto de inflexión peligroso.
Para muchos, esta decisión coincide de manera inquietante con las profecías de Nostradamus, quien advirtió sobre un enfrentamiento entre grandes potencias que podría prolongarse durante años, con consecuencias devastadoras para la humanidad. Uno de sus versos más citados en este contexto describe:
«El anticristo muy pronto aniquila a los tres / Veintisiete años sangre durará su guerra / Los herejes muertos, captivos, exiliados / Sangre, cuerpos humanos, agua roja helada».
Los seguidores de Nostradamus interpretan estas palabras como una predicción de un enfrentamiento entre tres superpotencias: Estados Unidos, Rusia y China. La reciente autorización de Washington a Ucrania para llevar la guerra más allá de sus fronteras podría ser el catalizador de un conflicto de escala global, según estas interpretaciones.
Profecías de una «gran guerra»
En sus textos, Nostradamus también anticipó escenarios de hambruna, crisis climáticas y colapsos económicos que acompañarían a esta guerra mundial. Algunos expertos en sus escritos vinculan estas predicciones con los efectos secundarios de un conflicto prolongado, como interrupciones en el suministro de alimentos, refugiados masivos y devastación ambiental.
Por ejemplo, la referencia a «sangre y cuerpos humanos, agua roja helada» evoca imágenes de una catástrofe nuclear o química, algo que resuena en el actual temor de que el conflicto en Ucrania pueda desencadenar el uso de armas no convencionales.
El año 2025 ha sido señalado como clave en las profecías de Nostradamus -según indican sus estudiosos-, un periodo en el que se esperan transformaciones extremas a nivel global. Entre los sucesos que se predicen podrían estar una guerra de gran escala pues se interpreta como una posible Tercera Guerra Mundial, marcada por alianzas fracturadas y el uso de tecnología militar avanzada.
También podría acentuarse el cambio climático extremo con eventos como sequías en Europa, incendios en Estados Unidos y desastres naturales que podrían ser exacerbados por el impacto de la guerra.
Una hambruna mundial que es una consecuencia directa de la interrupción de cadenas de suministro, crisis económicas y desplazamientos masivos de personas.
El colapso de una superpotencia, algunos creen que la inestabilidad interna en Estados Unidos, alimentada por divisiones políticas y el agotamiento económico tras años de conflicto, podría ser un indicio de este colapso.
La «última» decisión de Joe Biden
El acto de Biden, aunque político, ha tomado un cariz simbólico entre quienes ven en Nostradamus un guía de lo que está por venir. La posibilidad de que esta decisión escale el conflicto en Ucrania hacia un enfrentamiento entre las grandes potencias «concuerda» con las predicciones de un periodo de caos y transformación radical.
Además, el contexto de cambio climático extremo que acompaña las profecías se relaciona con las repercusiones ambientales de la guerra: incendios, contaminación y el impacto de las armas avanzadas en la atmósfera y los ecosistemas.
¿Un ciclo inevitable o advertencia para la humanidad?
Aunque las visiones de Nostradamus son interpretaciones subjetivas, la conexión que se establece entre sus palabras y la situación actual refleja un creciente temor mundial. La decisión de Biden podría, según estas lecturas, no solo determinar el curso de la guerra en Ucrania, sino marcar el inicio de un periodo turbulento para toda la Humanidad, tal y como lo predijo el enigmático astrólogo.