Descubren una red de trampas para pesca que marcó el inicio de la civilización maya

Las pruebas de radiocarbono realizadas a estas estructuras indican que su antigüedad supera en mil años a otras instalaciones similares encontradas

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Ciudad maya.
Antiguas ruinas mayas.

Un reciente descubrimiento en el Santuario de Vida Silvestre Crooked Tree (CTWS), el humedal más extenso de Belice, ha puesto en entredicho la creencia tradicional de que la agricultura intensiva del maíz fue el motor principal del desarrollo de la civilización maya. Según un estudio publicado en Science Advances, investigadores de la Universidad de New Hampshire identificaron una compleja infraestructura de trampas para peces que habría sido clave para el asentamiento humano en la región durante el período Arcaico Tardío y el Formativo, entre el 2000 a. C. y el 200 d. C.

El hallazgo, realizado mediante imágenes de drones y Google Earth, muestra una red de vertederos lineales construidos con materiales como rocas, madera, tierra y juncos, diseñados para capturar peces de manera masiva. Las pruebas de radiocarbono realizadas a estas estructuras indican que su antigüedad supera en mil años a otras instalaciones similares encontradas en regiones como la Amazonía boliviana o Zambia, África.

Pesca estratégica en un ecosistema clave

Los humedales como el CTWS son ecosistemas altamente productivos que no solo sostienen la biodiversidad, sino que también ofrecen recursos esenciales como pescado, agua dulce y fibra. En el caso del CTWS, evidencias arqueológicas sugieren una ocupación humana continua de casi 10.000 años, aprovechando recursos acuáticos como peces, moluscos y aves. Durante las temporadas de lluvias e inundaciones, estos humedales se convierten en zonas de desove, lo que los convierte en lugares ideales para capturas masivas.

Los investigadores excavaron tres canales en diferentes entornos del CTWS, desde marismas hasta llanuras aluviales. Estas estructuras, aunque diversas en diseño, tenían un propósito común: redirigir el flujo del agua hacia estanques, optimizando la pesca.

Un cambio climático, el detonante de la innovación

El estudio sugiere que estas trampas para peces surgieron en respuesta a una prolongada sequía iniciada alrededor del 2200 a. C., que obligó a las comunidades del período Arcaico a buscar nuevas formas de sustento en los humedales. Según los investigadores, estas condiciones climáticas extremas habrían fomentado tanto la innovación tecnológica como la cooperación social, dando lugar a celebraciones y festivales en torno a la pesca comunitaria.

Este punto de vista en los recursos acuáticos contradice la teoría tradicional de que la agricultura del maíz fue el principal catalizador del sedentarismo en Mesoamérica. «La pesca masiva en estos humedales ofreció una fuente confiable de alimento que permitió no solo la subsistencia, sino también el establecimiento de comunidades semi-permanentes en el Arcaico Tardío y, eventualmente, asentamientos plenamente sedentarios en el período Formativo», concluyen los investigadores.

Este descubrimiento reconfigura nuestra comprensión del surgimiento de la civilización maya, destacando el papel central de los ecosistemas acuáticos en la transformación social y cultural de las primeras comunidades mesoamericanas.