A pesar de que la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales establece la obligatoriedad de respetar el derecho a la desconexión digital de los trabajadores, en Cádiz, de momento, este principio parece más una meta que una realidad. Y es que, según un reciente estudio realizado por Grupo Atico34, legaltech especializada en protección de datos, el 48% de los empresarios y trabajadores encuestados en la provincia reconocen, o no haber respetado el derecho a la desconexión digital, o haber visto vulnerado dicho derecho en algún momento.
Este preocupante dato deja ver a las claras la brecha entre la normativa vigente y su aplicación real en el entorno laboral gaditano. «Aunque muchas empresas son conscientes de la importancia de la desconexión digital, todavía existe una falta de cultura organizacional que priorice el respeto al tiempo de descanso de los empleados«, señala Miguel Quintanilla, portavoz de Atico34. «Es fundamental que las compañías adopten políticas claras y efectivas para garantizar este derecho y evitar el desgaste físico y mental de sus equipos«.
El peso de la cultura laboral y la digitalización
Entre las posibles explicaciones a este fenómeno destaca el peso de la cultura laboral tradicional en Cádiz, donde aún persiste la idea de que estar disponible fuera del horario laboral refleja compromiso y profesionalidad. Además, la rápida digitalización impulsada por la pandemia ha dificultado que algunas empresas puedan trazar líneas claras entre los tiempos de trabajo y descanso.
«No se trata solo de falta de voluntad«, añaden desde Atico34, «sino de desconocimiento en muchos casos. Algunas empresas no saben cómo implementar protocolos efectivos para respetar la desconexión digital o temen perder competitividad si los aplican«.
Consecuencias y el reto pendiente
El incumplimiento del derecho a la desconexión digital no es un tema menor. Diversos estudios han vinculado esta falta de límites con problemas de salud como el estrés laboral, el agotamiento emocional e incluso enfermedades crónicas. En este contexto, Cádiz no es una excepción. La falta de desconexión digital puede impactar negativamente en la productividad y en la calidad de vida de los trabajadores.
Otra cuestión ya es el tema del cumplimiento normativo. La desconexión digital es una obligación impuesta, tanto en la LOPDGDD como en el Estatuto de los Trabajadores, y también está siendo uno de los temas centrales de la nueva Reforma laboral propuesta por el Gobierno.
Se espera que esta reforma establezca nuevas medidas para garantizar la desconexión digital de los trabajadores. Una de ellas podría ser la prohibición para los empresarios de enviar comunicaciones comerciales a sus empleados fuera del horario laboral. Hasta ahora, nada impedía a los empleadores enviar este tipo de comunicaciones fuera de la jornada laboral del trabajador, aunque sí le otorgaba a este último el derecho a no responder.
A este respecto, Grupo Atico34 insta a las empresas gaditanas a tomarse en serio esta obligación legal, no solo como una cuestión de cumplimiento normativo, sino como una estrategia para fomentar un entorno laboral más saludable y eficiente. «Promover la desconexión digital es invertir en el bienestar de los empleados y en el futuro de la empresa«, concluyen desde la consultora.
¿Qué hacer para cambiar esta realidad?
Desde la perspectiva de los expertos de Atico34, el primer paso para avanzar en esta cuestión es la formación y sensibilización. Las empresas deben conocer la normativa y las herramientas disponibles para garantizar su cumplimiento. Asimismo, instan a las organizaciones que quieran poner en práctica soluciones como la elaboración de un protocolo interno de desconexión digital, a ponerse en contacto con especialistas en la materia.
La desconexión digital no es solo un derecho de los trabajadores, sino un desafío cultural y organizacional. Las empresas gaditanas tienen aún camino por recorrer, pero cada paso hacia un entorno laboral más respetuoso con los tiempos personales será un avance en favor de una sociedad más equilibrada y saludable.