El Cádiz CF parece que mejora, pero no le alcanza. No le llega para sacar los partidos adelantes, sumar tres puntos y alejarse de los puestos de descenso de LaLiga Hypermotion. Ante el Levante UD controló el choque más tiempo, pero acabó pidiendo la hora tras una injusta expulsión de Matos.
Y es que los amarillos suman su tercer partido consecutivo acabando con diez hombres. Los mismos en los que ha empatado desde que llegó Garitano al banquillo cadista, donde se estrenó con victoria.
De nuevo los amarillo merecieron más. Si fuera boxeo, a los puntos probablemente habrían ganado, pero esto del fútbol se trata de marcar uno más que el rival. En lo de que no te marquen el Cádiz parece más aplicado y su defensa da mejores prestaciones desde la llegada del técnico vasco. Prestaciones que ha mejorado en casi todos los aspectos y que le permiten competir los encuentros aunque acaben con uno menos.
Pero con mejores prestaciones y mejores sensaciones, este Cádiz arriba adolece de una preocupántisima falta de gol (nada nuevo) y de mordiente. Y más si sales de inicio sin tu dos máximo goleadores. El Cádiz CF de la falta de gol comenzó el choque ante el cuadro granota sin sus dos máximos goleadores, sin los 13 tantos que han aportado Ontiveros (sancionado) y Chris Ramos, suplente. Lo del gaditano cuesta entender. Solo que Garitano decidiera dejarlo en el banquillo para tratar de tener algún tipo de revulsivo en la segunda parte puede explicarlo. Pero ni eso, porque la moral del segundo máximo goleador cadista tiene que estar bajo mínimos, si con sus números y su aportación en estos encuentros tampoco es titular con Garitano.
Todo lo contrario que Diakité, que ha ganado toda la confianza que perdió en él Paco López tras la goleada de la primera jornada del Zaragoza. El de Mali parece la gran apuesta de Garitano, y le ha ganado el puesto a Fede San Emeterio (Escalante lo dejamos fuera de los futbolistas que dan nivel para ser titulares). El técnico vasco del Cádiz apostó por un equipo bien armado, con dos medios centros casi a lo doble pivote defensivo, Álex Fernández de enganche y Carlos Fernández, arriba.
Se antojaba un once para controlar el juego, casi más para jugar fuera de casa que para hacerlo en el Nuevo Mirandilla. Pero el preparador vasco parece tener muy claro su libreto: armar al equipo de atrás adelante, dale equilibrio y consistencia defensiva y luego a ver si se consigue cazar alguna arriba.
Y así fue el choque. Salvo un destello en la salida del Levante, el choque controló la primera mitad. En el minuto llegó el primer remate cadista, por medio de Fali. Los amarillos fueron creciendo a partir de ahí. Tenían más el balón, se complicaban poco o muy poco en la elaboración y buscaban superioridad por bandas. En la derecha, Sobrino mostraba que para jugar a lanzar muchos centros, como parece que es la idea, le falta algo. Se echó en falta esa faceta de Alejo. En la derecha, Matos doblaba a Brian, que al jugar a pierna cambiada, no buscaba o no precisaba los centros.
Pero con todo, el Cádiz parecía mejor. Al menos estaba mejor asentado, tenía más el balón, lo recuperaba rápido, se acercaba más al área rival y no concedía ocasiones. Lo que viene siendo tener el partido controlado. Al menos hasta los 5 últimos minutos del primer acto. Pero el gol no llegaba. Casi como siempre. Y sin Ontiveros ni Chris Ramos, solo alguna accion de Ocampo parecía que podría generar peligro. O algún robo. Carlos Fernández lo sigue intentando, pero ofrece más ayudando a generar juego fuera del área que a la hora de rematar. Y así fue, en el minuto 32 robó un balón que Sobrino hizo llegar a Alcaráz que se encontró con la mano de Andrés Ferández, que en una gran intervención la envió al poste. Y el delantero cadista, mostró su otra cara en el 37, cuando tuvo una que le pegó a romper, pero a las manos de Andrés Fernández).
Siempre que no se concediera atrás, como estuvo a punto de ocurrir en el minuto 21, en un balón largo a la espalda de Fali en la que el central parecía tener ventaja, pero Iván Romero se la acabó ganando y se la dio a Burgui para que la enviara a la base del poste por la zona externa. Susto para David Gil y para el cadismo. Pero este Cádiz parece estar fuerte mentalmente y cree en lo que hace.
Apenas dos minutos después llegó un gol anulado a Álex Fernández, por fuera de juego. El tanto no subió al marcador, pero al menos el equipo local demostró que empieza a tener peligro en las acciones a balón parado, algo fundamental en la categoría. El choque entró en unos compases de juego sin generar peligro, con balón y dominio del Cádiz, pero si asomarse ninguno de los dos al área rival.
Hasta el 40, cuando se sucedieron las ocasiones antes del descanso. Primero Kochorashvili buscó sorprender a David Gil en una falta a unos 10 metros de la frontal, luego (en el 43) Pampín la tuvo, pero su disparo desde dentro del área se fue fuera cruzado.
En la segunda parte los amarillos salieron mejor y acumularon dos ocasiones antes de los primeros diez minutos. Primero Sobrino no pudo precisar un centro de Matos y después Alcáraz no enganchó bien una volea en la frontal a centro de Sobrino.
Ahí comenzó a diluirse el Cádiz. A los amarillos no le sentaron esta vez bien los cambios y el Levante se fue imponiendo en la medular y volcó la tendencia y la inercia del juego hacia la portería de David Gil. Solo Diakité parecía poder contener la ofensiva granota, que tampoco contó con muchas ocasiones de gol, ni siquiera sensación de peligro. Hasta que llegó la segunda amarilla a Matos, en un balón que pareció tocar y que en las repeticiones no da la sensación de que entrara con una plancha exagerada. Pero ya antes le había tomado la matrícula en un par de ocasiones el árbitro por ¡¡Moderse la camiseta en lugar de protestar!!. En una incluso, Ávalos Barrera fue a por él a recriminarle y darle un toquecito con el pecho. Acabó con amarilla para Escalante. Cosas inexplicables del arbitraje español. En esta ocasión, parece que toca balón pero el balón no entra en esta segunda amarilla y roja.
El Cádiz afrontaba los últimos minutos con tres jugadores con dorsales del filial, el canterano De la Rosa y 10 futbolistas en el campo. Ahí ya sí se estiró el Levante en busca de los tres puntos, pero no tuvo claridad en los metros finales o no tuvo acierto en el área. El Cádiz aguantó, no sufrió en exceso y sumó el tercer empate consecutivo. Si el Eldense gana su partido de este lunes daría alcance a los amarillos y podría meterlos incluso de nuevo en puestos de descenso. Solo con empates, no parece alcanzar. Al menos, para tener un colchón de puntos y cierta tranquilidad.