Los dos últimos ascensos a Primera del Cádiz CF y la primera permanencia en ella tuvieron mucho de eso de que cuando no se puede ganar, al menos empatar. Espárrago lo dijo varias veces y Cervera también. El objetivo del ascenso parece una quimera, pero lo de empatar y sumar, acumulando partidos sin perder, es importante en este momento.
Los amarillos merecieron adelantarse en el marcador en el primer tiempo y defendieron bien y con orden en la segunda mitad ante un mejor Zaragoza. En los últimos minutos, con uno más, concedió de más, y acabaron buscando el tanto, aunbque sin locuras.
El punto del Cádiz CF en La Romareda hay que darlo por bueno, visto lo visto. Los cadistas suman siete partidos sin perder, con siete puntos de los últimos nueve posibles y van acumulando un colchón de puntos respecto al descenso. Ya son 7 más la diferencia de goles. Ahora toca hacer bueno el empate la próxima jornada ante el colista, el Cartagena.
Tal y como se esperaba, Gaizka Garitano mantuvo en lo que podía el once inicial por el que viene apostando en los últimos encuentros. Mientras las lesiones se lo permitieron, el técnico vasco apostó por dar continuidad a la base de un once que le viene dando tan buenos resultados.
Con este planteamiento, el Cádiz fue mejor en el primer tiempo y tras los cambios en el primer tiempo obligados por lesión perdió algo mordiente, pero se mantuvo firme atrás donde Kovacevic y Chust están demostrando que el problema que tenía el Cádiz en defensa no era cuestión de los centrales.
Lo que sí ha echado en falta el cuadro amarillo en este partido es la contundencia en ataque que había tenido ante Eldense y Mirandés. Esta vez, los cadistas remataron hasta en nueve ocasiones, pero solo una entre los tres palos. Fue el aspecto más igualado de la contienda en lo estadístico, donde el Zaragoza ha liderado casi todos los apartados, salvo los defensivos. También el de las expulsiones, que pudieron ser alguna más, todo sea dicho de paso.
El Cádiz CF mereció irse en ventaja al descanso. El equipo de Garitano comenzó el choque mejor plantado y jugando en campo rival. Salvo el balón de saque de centro, los 10 primeros minutos del partido se disputaron casi exclusivamente en la mitad de campo del Zaragoza y con control cadista. Los maños evitaban el peligro haciendo falta en cuanto se intuía, que era la mayoría de las veces cuando aparecía Ontiveros, recibiera donde recibiera. Cuatro faltas recibidas en los cinco primeros minutos sirve para confirmar este hecho.
En ese tramo, Ontiveros tuvo una buena acción en un sensacional pase al hueco de Isa, pero se trastabilló solo en el área. No fue la única. Ocampo no fue a muerte a por un balón suelto en el área pequeña sin portero, el propio Uruguayo disparó cerca desde la frontal, Carlos Fernández estrelló un balón en el palo… Por contra, solo concedió un disparo de Liso que amortiguó Chust y en la última del primer tiempo, un disparo a bote pronto de Clemente que envió a saque de esquina David Gil.
Para entonces, el Cádiz había perdido a Alcaraz y a Ocampo y estaba aún buscando reubicarse en el terreno de juego. El segundo tiempo comenzó aún con el Cádiz buscando readaptarse a la nueva situación que tenía en el campo tras el doble cambio. Pero el choque no iba más allá de lo que los propios errores cadistas, que le daba opciones al rival perdiendo balones absurdos en la medular. Pero sobrevivió a este tramo, y a la hora de juego Garitano buscó el plan B del partido. Bueno, todo lo que le permitían las lesiones buscarlo. Pero dio entrada a Chris Ramos y Fali.
En ese tramo el Zaragoza pudo quedarse con un hombre menos en dos ocasiones (¿cómo era aquello de tanto va el cántaro a la fuente…?). Primero en una falta por detrás de Bernardo Vital a Ontiveros cuando el central portugués ya tenía amarilla y luego cuando en una acción entre Chris Ramos, Ontiveros y Álex acabó con el delantero cadista por los suelos travado por Jair cuando iba a buscar en clara ventaja un centro de Álex.
El técnico local varió su dibujo, dio entrada a Aketxe y refrescó la dupla de atacantes y el Zaragoza mejoró y se acercó algo más al área rival, sobre todo por su izquierda en cambios de orientación. Ahí emergió la figura de Kovacevic, sensacional en las ayudas a Iza, en los duelos aéreos, en despejes en el área y cuando la jugada requería velocidad. El Cádiz se defendía bien, y parecía esperar su oportunidad a la contra.
La entrada de De la Rosa le dio algo más de chispa y velocidad por la derecha y del canterano nacieron todas las jugadas importantes en este tramo. El Cádiz parecía dejar su producción ofensiva en las botas del citado De la Rosa, Ontiveros y Chris Ramos con Álex como enganche entre ellos y, digamos, los seis jugadores más centrados en defender. Garitano aplicaba aquello de lo que no has ganado en 85 minutos, no lo pierdas en la prolongación. Ni aunque juegue con uno más.
Un par de acercamientos del Zaragoza parecieron darle la razón. El punto se antojaba como bueno (y lo es) y no era necesario arriesgarlo. Aún así, los amarillos dispusieron de las últimas ocasiones, pero el choque acabó con el marcador inicial y los cadistas cierran su minirracha de victorias, pero amplían su estadísticas de partidos consecutivos sin perder a los siete que lleva Garitano en el banquillo.