En Cádiz todo lo que lleve en la misma frase concurso y Carnaval va rodeado de polémica y de críticas. Y si, encima, es un premio importante, más aún. Y eso es lo que ha pasado y viene pasando con el concurso para elegir el cartel anunciador de la fiesta.
Con el anterior equipo de Gobierno hubo críticas, sobre todo cuando se descalificó a una obra ganadora tras la votación porque no cumplía las bases al ser obra de una menor de edad. Y con el nuevo, siguen esas críticas.
El pasado año ya hubo cierta movida durante el proceso, pero este año con la descalificación de una de las finalistas, aún más y la concejala de Fiestas, Beatriz Gandullo, lleva dos de dos en este aspecto.
Lo cierto es que el Ayuntamiento anunció las cuatro finalistas y poco más de 24 horas después, tuvo que anunciar la descalificación de una de ellas. Mientras Beatriz Gandullo mostraba en el Pleno municipal todo su repertorio de expresiones faciales al más puro estilo Maryl Street, los whatssapp de los componentes del jurado echaban humo: habían encontrado un más que evidente plagio.
Pero, ¿por qué las anunció si en el jurado existían esas dudas? Parece que el Consistorio gaditano anunció el nombre de las tres finalistas y entre algunas las personas que debían elegir las finalistas algunas mostraron su oposición con algunas de las seleccionadas y alertaron de su falta de originalidad. Y hasta de la posibilidad que se hubieran realizado con Inteligencia Artificial (IA) sin que se advirtiera en su entrega, como obligan las bases. Sea como fuere, en la mañana de ayer se precipitaron los acontecimientos y se descalificó una de las finalistas.
Ese es uno de los grandes problemas actuales, además de los que siempre lleva consigo este tipo de concursos, el uso de la IA. La Inteligencia Artificial permite hacer este tipo de obras sin ningún esfuerzo. Ni originalidad, como se ha comprobado con la descalificación de Lágrimas que ríen y lloran. Y cuando se estableció este tipo de concurso a mitad de camino entre la participación ciudadana y la elección de un jurado esa Inteligencia Artificial no era más que una utopía. Y el emplearla para confeccionar este tipo de obras con esa factura, más aún.
Parece que en este apartado no se ha logrado afinar las bases para evitar situaciones como la vivida esta semana, con esa descalificación posterior al anuncio. De hecho, el ingeniero de la empresa tecnológica gaditana 47Dregrees, con usuario en X @Javi Taiyou, ha señalado en sus redes sociales que todas las obras finalistas menos una están hechas con IA. “Me ha dado por pasar los cuatro carteles finalistas del Carnaval del año que viene por un detector/estimador de uso de GenAI, y directamente es que confirma mis sospechas. Sólo el del caracuervo está hecho completamente por un ser humano“, señala en su tuit en referencia a la obra Tanguillo para la Bella Escondida.
Me ha dado por pasar los cuatro carteles finalistas del Carnaval del año que viene por un detector/estimador de uso de GenAI, y directamente es que confirma mis sospechas. Sólo el del caracuervo está hecho completamente por un ser humano. pic.twitter.com/O9IJxdSATL
— Javi Taiyou (@JaviTaiyou) June 27, 2024
Pero no es la única denuncia de que se han saltado las bases en este concurso. En Facebook, el pintor gaditano Fernando Benítez Gabriel también señala que solo una de las finalistas debería haber sido elegida en función de estas bases. “Solo tendría que quedar uno (que por cierto no es mío ni he dado una sola pincelada). Los demás no respetan el faldón y en las bases lo pone claro. Ni pincelada ni elemento”.
Con este comentario, parece que solo habría cumplido las bases de este concurso la misma obra que señala Javi Taiyou: Tanguillo para la Bella Escondida.
Estas son las finalistas: