Lleva desde 1971 sacando comparsas. Algunas míticas, otras de culto, todas con su sello y un sabor muy gaditano. Luis Ripoll es el autor en activo más veterano de este Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) del Carnaval de Cádiz 2024. Lo es, como él mismo reconoce, «gracias a que Antoñito Martín se ha retirado». Pero Luis no piensa aún en su retirada. «Lo que más me gusta en el mundo es escribir y me da vida, mientras la mente esté bien, que es la que manda», seguirá haciendo comparsas.
Este año, Luis Ripoll ha presentado Qué bonita es Cádiz, que se estrenó el miércoles. De nuevo su selloy de nuevo mucho Cádiz y mucho sentimiento gaditano. «Esta comparsa nace en una estación que vienen para Cádiz de vacaciones y se enteran que es Carnaval. Se disfrazan y se vienen corriendo para Cádiz. Y cantar lo que les pasa fuera de su tierra…», apunta el autor.
Y lo hace con fuerzas y ganas renovadas. Casi rejuvenecidas. La jubilación laboral le ha abierto las puertas a poder tener más tiempo para sus comparsas. «Mi trabajo, la hostelería, no era compatible con el carnaval y me he perdido muchas cosas de mis comparsas… ahora que estoy jubilado me han entrado las ganas de los 25 o 30 años», señala el veterao autor. Eso sí, tiene claro que en este del Carnaval los años no garantizan nada: «que puedo ser un fenómeno o quedarme en el camino, pero yo intento hacerlo lo más serio y mejor posible».
Luis recuerda su forma de trabajar sus comparsas, que reconoce que las sigue sacando «porque a mí me da mucha vida». «Lo que más me gusta en el mundo es escribir, en otros detalles, me pierdo. No soy constante en los ensayos… lo dejo en manos de un director. Es que tuve la suerte que siendo muy joven, al principio mi director era era el Catalán Grande y luego el Chico». No lo puede decir todo el mundo.
Una de las señas de identidad de Luis Ripoll, de siempre, son sus deliciosos pasodobles. «La gente no dice vamos a escuchar la comparsa de Luis Ripoll, dice vamos a escuchar el pasodoble de Luis Ripoll», comenta sin poder ocultar el orgullo que le produce. Y es que, como comenta, «en Cádiz hay muchos pasodobleros buenos, todo el mundo los conoce, pero mis pasodobles tienen ese sello que a mi me gusta: Tranquilito, bajito, sin estridencias, que el tenor sea el rey del grupo, que la segunda no se tenga que frenar para que suene la octavilla… todo eso lo llevo a gala. Cuando se tiene que pegar el hipio fuerte se pega, y después todo el mundo al suelo». Mejor definición de sus músicas casi imposible, lógicamente.
Otra de las marcas de la casa es que saca siempre grupos y componentes nuevos o poco conocidos. Qué bonita es Cádiz no es una excepción, de nuevo un grupo con muchas caras nuevas. Otra de sus señas de identidad, sacar grupos con muchas caras nuevas o no muy conocidas. «No he huido de los grupos punteros, me gusta dar oportunidades, me gusta sacar chavales…», reconoce el propio autor.
En este sentido, Ripoll comenta que «este año, por ejemplo, sale con nosotros Kico que ha salido en Caiman, con Quiñones… pero llevaba 24 años en su casa. Y le digo vente conmigo… Y le doy vida y me doy vida yo». «Con ensayo y sacrificio, se consiguen las cosas. ¿Qué pasa que me tengo que poner en mi casa a darle vueltas al repertorio? Pues eso me da vida a mi también», concluye el autor.
