Encender Velas a los Difuntos en la Casa

Es una costumbre que se suele tener y no carece de sentido el hacerlo ya que se pone a modo de luz para la teórica oscuridad que sufre quien falleció.

El encender velas a los difuntos en la casa se hace a modo de recuerdo y como facilitador del camino que deben de emprender hacía otra vida que será mejor que esta.

Suele colocarse un altar que evoca el momento de reunión entre vivos y muertos, entre el cielo y la tierra, entre lo divino y lo humano.

El recuerdo es una forma de vida y el altar lo que rememora es, precisamente, todo ello en el que la familia o amigos se sientan a hablar de esa persona, el diálogo y el cariño.

Es una forma de ofrenda colectiva o personal que se hace como sinónimo de amor a quién ya no está y que aún se tiene en la memoria.

Normalmente se suele poner un retrato, una fotografía del difunto y a ambos lados se ubican dos velas, es el altar y las velas que, de forma más simple y personal se suele hacer en memoria de quién ya no está.

No se necesita más, es lo más simple, incluso si la persona se encuentra sola, con este altar puede rezarle o hablarle, es el diálogo con el amor.

Dependiendo de la cultural estos altares y velas a los difuntos en la casa pueden tener otros elementos como pueden ser un vaso con agua, que tiene la función de mitigar la sed de esa alma en su camino entre su mundo y el nuestro.

Igualmente se suele poner sal para que no puedan corromper en el viaje de ida y vuelta entre los dos mundos y que pueda seguir visitándonos en otras ocasiones.

Incienso para limpiar la casa de los malos espíritus y que el alma del difunto se encuentre protegida a la par que nos protegemos nosotros mismos.

¿Es malo encender velas a los muertos en casa?

No, no lo es, aunque no se crea en la existencia de otra vida y se considere una superstición asociada al culto a la muerte.

En México suele utilizarse flores de Cempasúchil, sobre todo en Día de los Difuntos, son muy aromáticas y, en una fiesta tan colorista y con el concepto que tienen de la muerte, sirve para que destaque y el alma del fallecido se vaya contenta.

También ponen calaveras de azúcar que, suele ser, en honor de la Santísima Trinidad. Tienen diferentes tamaños, la mayor es Dios, la mediana recuerda la presencia de la muerte y la pequeña es la Trinidad.

Pan es otro elemento que evoca el cuerpo de Cristo, como en la liturgia y es sinónimo de reencuentro.

Independientemente de cómo se haga todo ello en México, en el resto del mundo -como se citaba anteriormente- sólo hay dos elementos primordiales:

  • Las velas: aporta la simbología de la esperanza y la fe. Es la luz que debe guiar el alma de esa persona querida a su hogar.
  • Una foto u otro objeto que pueda representar al difunto.

Es importante la posición que tengan las velas, siempre suelen estar escoltando el retrato. Si se ponen más deben estar alineadas en horizontal ante el mismo.

Los colores de las velas son importantes: el blanco es sinónimo de pureza y paz; el color morado es el duelo y el rojo -poco usado- es el amor por esa persona y el sufrimiento.

Las velas también se pueden colocar en punto de cruz -orientado a los puntos cardinales- que servirá de guía al difunto.

Fechas para encender velas a los difuntos en la casa

Es especialmente significativa la fecha del 1 de noviembre para poner estas velas o el altar -muchas veces el simple hecho de poner velas se puede entender como un altar en si al difuntos-.

La noche del 31 de octubre debe estar colocado todo y a las doce de la noche encenderlo, aunque hay lugares en donde se hace en días anteriores y se deja todo el mes de noviembre encendidas.

Las fechas claves para poner estas velas van en función de la persona y su muerte.

29 de octubre: personas que murieron ahogadas.

30 de octubre: para personas solitarias, se suele colocar un vaso de agua también.

31 de octubre y 1 de noviembre: es para los niños, el recuerdo a los más pequeños.

2 de noviembre: para los adultos y el recuerdo a los mayores.

3 de noviembre: deben encenderse moradas -color- para que regresen a su mundo, emprendan la partida.

Realmente encender verlas para un difunto en casa no tiene fechas concretas, aunque las haya más señaladas que otras, ya que cualquier momento es bueno para recordar a quién se quiere y ya no está.

Las velas permiten al alma encontrar el camino de regreso a su casa, a su hogar, y poder luego emprender -de nuevo- la partida.