Hay una serie de animales que se les considera totémicos, animales de poder que, espiritualmente, indican, cuando se trata de una lechuza, que la persona tiene la capacidad de ver aquello que resulta oculto o que se esconde.
Se aplica a los secretos o a aquellas actuaciones que se hacen por la espalda y que pueden ir en contra o que pueden resultar de interés.
El significado espiritual de la lechuza indica el alcance de la visión que tiene la persona, del sexto sentido que le dice porque camino tomar o qué impresión le dan las personas que le rodean.
La lechuza evoca todo ello, es una llamada, aunque también implica que la persona debe despertar a la realidad que le rodea, debe abrir más los ojos, contemplar todo lo que le rodea y saber detectar los problemas y conflictos.
Pequeños gestos que pueden estar indicando que hay una molestia en ciernes o en formación y que pudiera ir a más.
Significa saber mirar e ir más allá de lo que se ve, mirar el trasfondo de las cosas y situaciones, hacer la lectura correcta de las mismas. Es una especie de guía en la vida para poder ver la realidad que se tiene y no caer en engaños.
Las amistades pueden hacerte ver un mundo que, realmente, es un decorado, un escenario irreal dónde estás siendo engañado con respecto a otra persona o situaciones que se han dado y que te quieren ocultar.
Delata la lechuza todo esto y llama al análisis y a no ser manipulada/o por aquellos que son responsables de una mala acción o de una ocultación.
Otro mensaje que transmite su significado espiritual es un cambio, la entrada en una nueva etapa de tu vida, en una nueva fase donde no se quieren máscaras y se quiere ver a las personas tal cual son.
Dicen que la lechuza es anunciadora de muerte, pero no es así, sólo es ese cambio, esa transición necesaria que debe haber y que hace que la persona evolucione, que no se quede estancada.
Hay que tener en cuenta que se trata de un ave rapaz, relacionada con la noche y la oscuridad, es vigilante y guía que nos lleva por el camino correcto evitando el engaño.
Sobre todo llama a mirar más allá y saber diferenciar la verdad de la mentira, a traspasar todo lo que es ese halo que se puede crear en torno a la persona y que resulta ser ficticio, como cuando se vive en una mentira.
Es un animal que dice de la persona que tienen una gran intuición y que debe emplearla con la gente que conoce, que va a conocer o que están en su entorno.
La Lechuza y su significado espiritual
Supone el reflejo de la sabiduría, la mente clara, el no dejarse llevar por las apariencias que pueden resultar engañosas y puede llevar a equívocos.
También tiene un significado aventurero, pues llama a explorar nuevos territorios, a salir de la zona de confort de la persona, a interesarse por temas nuevos, así como animarse a todo lo que puede ser una experiencia que antes no ha vivido.
La aparición de una lechuza también es la atención que se debe prestar a las señales que nos rodean a diario, controlarlas más, que estén bajo ese radar importante y que sirva para potenciar las capacidades que se tienen.
Importante es la intuición, siempre necesaria y que dice «por aquí no», «esta persona no me gusta» y que se está en el acierto.
Puede que, muchas ocasiones hayas obviado esa intuición que, sin embargo, tienes que atender pues se muestra en lo correcto, es acertada y te puede ayudar a esquivar situaciones que son más negativas y/o que te aportan menor.
La lechuza siempre ha sido considerada, desde la más remota antigüedad, como un animal tótem, unida en extremo al mundo espiritual, con una gran conexión con el «yo» interior, con el Conocimiento y la sabiduría que sebe tenerse.
Por todo eso llama a la parte de la persona que es más sensible y que lo aplique en todo lo que es su vida, las asociaciones que tiene con otras personas, las nuevas amistades, las relaciones más personales o íntimas, así como en el trabajo.
Es una forma de orientarse por ella para saber qué es lo que le conviene y que es lo que debe desechar.
La inteligencia del animal que es una llamada a la persona para que sepa utilizar la suya, relacionada, por ejemplo con la diosa Minerva o Atenea en la antigua Grecia.
Es un símbolo de muerte pero también de renacimiento, en el sentido más positivo y con la capacidad de atravesar lo que se considera el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Es un animal muy poderoso, de gran peso para los chamanes, los «ojos de la noche», la capacidad de ver en la oscuridad que es visto como la capacidad de intuir los problemas o de ver los secretos y todo aquello que se oculta.