Opinión, por Carlos Natera: 2024: El circo de Arabia se tiene que acabar

Para el autor, seguimos soportando, año tras año, el bochorno de la Supercopa De España en Arabia Saudí a cambio de 40 millones

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Mbappe disputa un balón en la semifinal de la Supercopa entre Real Madrid y Real Mallorca. Foto: Realmadrid.com

España, fútbol mediante, no puede seguir legitimando a las dictaduras árabes a cambio de dinero. Ya basta. Como si no fuera suficiente que deportistas y personalidades públicas se presten a lavar el dinero manchado de sangre y petróleo con colaboraciones millonarias (Rafa Nadal, Penélope Cruz…), seguimos soportando, año tras año, el bochorno de la Supercopa De España en Arabia Saudí a cambio de 40 millones.

El dinero no puede ser excusa. Rubiales y Piqué chanchullearon de lo lindo para trincar comisiones millonarias a cambio de esta vergüenza nacional. La excusa es siempre la misma: de los 40 millones, 20 van para el fútbol base. ¿Eso es suficiente? ¿Vender el alma por dinero? Aficionadas del Mallorca, especialmente esposas de los futbolistas, denuncian abusos sexuales (“tocamientos”) tras el partido. También golpes, collejas y otras vejaciones por parte del público local. ¿20 millones merecen la pena? ¿Y si los Árabes mañana ofrecen otros 20 millones más a cambio de que los futbolistas se queden allí una semana haciéndose fotos con los aficionados? ¿Y si nos ofrecen 50 millones por llevar allí partidos de Liga? ¿No hay límite para el dinero?

El circo de Arabia se tiene que acabar. Este país, junto a Catar, utiliza el dinero infinito que posee para comprarse sus caprichos. Pero una institución española, como la Federación, que organiza y gestiona el fútbol de todo el país, no puede seguir plegada a los caprichos de una dictadura. La Supercopa debe volver a España. Una Final – Four en una ciudad española que se convierta en la fiesta del fútbol durante algunos días. Partidos con aficionados de los equipos que juegan el partido, y no este espectáculo lamentable que vivimos con los aficionados árabes que silban a los jugadores de otros equipos que no son ni Barça ni Madrid, porque ni siquiera los conocen.

Rubiales decía que España, con la Supercopa, les exportaba la “igualdad” y nuevos “derechos” a los aficionados locales. Rubiales, ojo, que ya hemos visto como es su respeto a las mujeres. Eso de exportarle la igualdad a otros suena exáctamente igual que Estados Unidos exportando la democracia a Oriente Medio, bombardeos mediante. Hay que romper con el legado Rubiales, hay que dejar de legitimar a las dictaduras sangrientas donde las agresiones machistas son impunes. Hay que recuperar, un poquito, el fútbol para los aficionados y traer de nuevo la Supercopa a España.