Con diferencia es uno de los amuletos más importantes -a nivel de protección- que podemos tener y que, debidamente preparado, puede ser realmente beneficioso para tu vida.
Pero tener una mano de Fátima no es sólo que te la puedas comprar o que te la regalen, tiene un paso importantísimo que es el activarla.
Puedes encontrarla en diferentes formatos, lo normal es como un colgante, pero también las hay para pulseras, pendientes, en tatuajes o como un adorno que pende de la ropa.
Si te regalan -es lo preferible- este amuleto es indicativo de bendiciones, de tener fuerza de protección contra todo lo negativo y el mal de ojo, protege en todo lo que pueda serte perjudicial, es un elemento que abstrae todo lo malo y proporciona el bien y la positividad.
Es la bendición y el rechazo al poder del mal de ojo atrayendo la fuerza y la prosperidad así como aquello que repercute de forma positiva. Es importante que los dedos siempre apunten hacia abajo.
Para activar la mano de Fátima tienes varias opciones, la más fácil es que una vez la tenga -repetimos que lo mejor es regalada-, debes proceder a tomar un vaso de agua y llenarlo a la mitad.
Lo siguiente es tomar un puñado de sal y echarlo en el vaso mezclándolo, muévelo, dale varias vueltas a la mezcla y coloca el vaso donde le de la luz solar, debe permanecer allí por un periodo de cinco horas.
Una vez que ha pasado ese tiempo coge el vaso y sumerge la mano de Fátima en el mismo durante 24 horas. Pasado ese tiempo toma el amuleto y con el agua riega una planta. De esa forma quedará activada.
En la cábala este amuleto significa la piedad -mano derecha de Dios- y la Justicia -mano izquierda- siendo la primera la que otorga las bendiciones y la segunda la que se relacionaba con la realeza.
Otra forma de activarla es tener una representación de los cuatro elementos, debes tener sal que será la Tierra y será el Norte; Incienso que es el aire y será el Este; una vela que es el fuego y será el Sur y, finalmente, un cáliz o copa que será el agua y el Oeste.
Debes encender la vela y el incienso con un cerillo de madera, toma el amuleto y te orienta al norte –coge una brújula-, sostén la sal y di, a modo de mantra: «LAM».
Luego te giras al este y sobre el humo di: «PAM».
Te giras al sur y sobre la llama de la vela, sin quemarte, di: «RAM» -los elementos deben estar ubicados exactamente en esos cuatro puntos cardinales-.
Finalmente te giras al oeste, sobre el vaso de agua o cáliz y di: «VAM».
Concluyes sosteniendo el amuleto y en voz alta di lo que quieres con ese amuleto. Hecho esto te lo pones y no debes quitártelo durante cinco días.
Son formas de activar este amuleto sabiendo que es un poderoso elemento protector y traerá luz y positividad a tu vida.
La mano es importante llevarla cerca del cuerpo, por eso se elige en forma de colgante pues queda a la altura de la garganta y cerca del corazón que es un punto del cuerpo lleno de valores y simbolismo, si lo tienes cerca del mismo te garantiza tener aquello que has pedido de forma más intensa.
Si perdieras el amuleto debes tener –si así lo quieres- uno nuevo –regalado preferiblemente pero lo puedes comprar- y reiniciar todo el ritual.
Como en el caso de los cuarzos procura que nadie lo toque con sus manos, debes ser sólo tú quién lo hagas, es tu elemento y ninguna otra fuerza debe perturbar la acción que hace en ti.
La mano de Fátima es un símbolo antiquísimo que se vinculaba, en otras culturas, a la diosa Tanit -que tenía su origen en Cartago-.
Se trataba de la diosa del amor, de lo que es la fertilidad, del amor más carnal, del poder de la Luna. Eran muy usuales y se las podía -y puede- encontrar en las lápidas y las estelas de los cartagineses.
Protección contra el Mal con la Mano de Fátima
Su principal uso es contra el mal de ojo y por eso ese halo protector, pero es un poderoso imán para la suerte, para tener paciencia, para llamar al amor, así es denominada también como «la mano de la suerte».
Es conocida por los hebreos como Hamsa, aunque en el ámbito musulmán se la llamada de Fátima, en la religión budista es llamada como “Abhhaya Mundra» y muestra una mano abierta, mostrando la palma, en cuyo centro de abre un ojo.
Supone una manera muy efectiva de protegerse contra las malas energías, pero recuerda que siempre hay que activar la Mano de Fátima para que esta sea lo más beneficiosa posible para quien la lleva encima.