En las proximidades del viejo camping de Los Alfaques se producen unos inquietantes sucesos, unos inquietantes encuentros que no puedo menos que relatarles y todo muy relacionado con un accidente en el que un camión cisterna cargado de gas inflamable explosionó y acabó con cientos de personas ya hace décadas en aquel mismo lugar.
Un vecino de Zaragoza, Javier Martín Moraleda, el 6 de octubre de 2004 narra públicamente una historia tan impactante como conmovedora. Le sucedió un 19 de agosto de 2004 cuando circulaba delante del camping de Los Alfaques, por la N-340, a la altura del kilómetro 159: “Al final de la recta, puse las largas del coche para ver mejor y entonces vi un grupo de unas 7 u 8 personas que miraban unos hacia atrás, hacia el campo y otros hacia la carretera. Estaban quietos, y me llamaron la atención.Uno llevaba un gorro para el Sol y un cubito de playa…pero me llamó mucho la atención.No tenía cara…, no tenía rostro”. Aquello fue extremadamente extraño, extremadamente inusual.
Los primeros testimonios de extraños encuentros con seres o espectros en esta zona, en este punto kilométrico, nos llevan al lejano 1980, posteriormente se han seguido teniendo constancia de extraños sucesos, así al lugar han acudido investigadores de temas paranormales que han registrado sonidos extraños que creen identificar con psicofonías, las voces del misterio, la esencia de la vida y la muerte.
Juan José Rubio, Pedro Gómez y Miguel Delgado se armaron de valor y acudieron a investigar estos hechos paranormales a este punto kilométrico en la N-340 de Tarragona. Allí un 18 de Septiembre fueron testigos de lo imposible, por que ellos mismos pudieron ver como surgían varias personas en el arcén de la carretera para desaparecer apenas unos segundos después, como los despojos del Tiempo que quieren decirnos que pese a todo siguen allí esperando unas vacaciones que jamás tuvieron.
Encontramos también la historia de un camionero llamado Fernando, una historia que cabalga entre la leyenda y la realidad. Fernando cubría la ruta entre Valencia y Tarragona, aquella noche de verano llevaba en la cabina del camión a su mujer y su hija. Al llegar al kilómetro 159 le sorprendió como un grupo de personas, casi a medianoche, estaba en el arcén de la carretera, con niños con gorros, cubos y palas para jugar en la arena. Fernando despertó a su esposa, Carmen, y le dijo sentirse incómodo: “Carmen, que estarán tramando esos niños que se esconden». Aquellos críos espectrales parecían huir del camión como si algo les atemorizara. A la mañana siguiente lo comentaron en la cafetería del hostal y el camarero les mostró un recorte de prensa que ponía: “Tragedia en la camping los Alfaques, 216 personas muertas al explotar un camión cisterna que transportaba materiales peligrosos”. Entre la leyenda y la realidad.
Se me olvidaba comentarles que aquella cisterna dejó un cráter de 20 metros de diámetro por dos de profundidad según las crónicas de la prensa de la época. Y todo ello a la altura del kilómetro 159 de la N-340 de Tarragona un 11 de Julio de 1978…