Asta Regia, la joya romana escondida bajo un trigal en Jerez de la Frontera

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Asta Regia

Un importante descubrimiento arqueológico se ha producido en Jerez de la Frontera, una ciudad que podría haber albergado a miles de personas hace casi 3.000 años en 25 hectáreas y que hoy no deja de ser un trigal -declarado Bien de Interés Cultural- en las cercanías de una barriada jerezana.

Se están realizando detecciones con georradar en la Asta Regia para descubrir los detalles del yacimiento romano.Se han logrado identificar las señales de las murallas así como una gran casa y una de las puertas de acceso a la ciudad. Así Lázaro Lagóstena, profesor de Historia Antigua de la Universidad de Cádiz, indicaba al diario El País, que: «El nivel de información conseguida es apabullante”, resume Lagóstena.

Desde el Bronce Final

Con la cautela propia ante este tipo de investigación afirmaba que “un edificio muy potente de 600 metros cuadrados junto a una posible puerta de la ciudad» ha sido ya identificado así como otras estructura a una determinada profundidad.

Así de Asta Regia se explica el profesor José Antonio Ruiz Gil, del área de Prehistoria de la Universidad, que «desconocemos cuándo comenzó el asentamiento en la zona, pero creemos que desde el Bronce Final (desde el 1250 a. C. hasta el 850 a. C.). La ciudad se mantuvo ocupada hasta el siglo X de nuestra era”.

De su ubicación también se habla de las raíces tartésicas que podría ser “coetánea de la Gadir fenicia (la actual Cádiz). Era como un espejo de ella en importancia”.

En la investigación ha surgido una calle orientada en sentido noreste-suroeste que sería el Cardus Maximus que se cruzaría perpendicularmente con el Decumano, en torno a la ciudad estaría la muralla.

Asta Regia

De Asta Regia cabe destacar que se trataba de una ciudad que habría estado habitada y activa hasta el siglo X y que hoy sus restos están diseminados bajo trigales y en la zona de la barriada rural de Mesas de Asta en Jerez que comprende una extensión de terreno de 60 hectáreas.

Este punto concreto habitado por los tartesos, fenicios, turdetanos, romanos y los musulmanes teniendo un máximo de 25 hectáreas.

Manuel Esteve, a mediados del siglo XX, realizó varias investigaciones en el lugar de origen tartésico hasta que se convirtió en una ciudad romana de cierta importancia.

Es posible también que las crecidas del Guadalquivir –al estar en una zona de desembocadura del Guadalete y el propio Guadalquivir-  empujara a su población a otros lugares.​ Fue declarada como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Zona Arqueológica, en el año 2000.

Concretamente la podemos encontrar en la carretera A-2000, enlazando Jerez y Trebujena. El asentamiento arqueológico está a unos 10 kilómetros del centro urbano de Jerez.

En este asentamiento se han encontrado piezas de calor que comprenden desde el Neolítico hasta la época musulmana. Destacan los restos de la época romana siendo rival de las importantes Baelo Claudia o Itálica por eso lo de “Regia”.

Actualmente se usa equipo de georadar de última generación para realizar prospecciones arqueológicas no invasivas, escaneado en 3D todo el contenido a varios metros de profundidad del suelo.

La ciudad cobró mucho peso bajo el mandato de Lucio Cornelio Balbo. Fue una importante ciudad comercial y militar, y llegó a ser capital de la provincia romana de la Bética.

Sus ruinas permanecieron ocultas durante siglos, hasta que fueron descubiertas en 1941. Las excavaciones arqueológicas han revelado que la ciudad estaba rodeada por una muralla y en su interior se encontraban edificios públicos, como un templo, viviendas, talleres y almacenes.

Igualmente en este entorno debe existir una necrópolis que proporciona información sobre los habitantes de la ciudad.

Asta Regia es un yacimiento arqueológico de gran importancia, que ofrece una visión única de la vida en una ciudad romana del sur de Hispania.