Bilocación: cuando se puede estar en dos sitios a la vez

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El ser humano no posee una facultad que, a veces, agradecería de tener, me refiero al don de la ubicuidad o al don de estar en dos sitios a la vez, es lo que en términos parapsicológicos se llama ‘Bilocación’ y a lo largo de la Historia se han descrito casos de personas que podían estar no sólo en dos sitios a la vez sino en tres o más, casos tan sorprendentes que cuesta trabajo aceptar como una realidad.

Esta capacidad de estar en dos sitios a la vez es tomada por un signo de santidad dado que Jesús de Nazaret también demostró, a lo largo de su vida, ser capaz de controlarlo, de forma que atendiendo a ello la Iglesia lo considera un indicador de las capacidades divinas con la que ha sido tocado un ser humano.

Así si una persona en nuestros días apareciera en dos lugares a la vez diríamos que todo podría ser parte de un hábil montaje, sin embargo, en otros tiempos y en tiempos no tan lejanos se han vivido circunstancias que han informado de la presencia en una persona en dos lugares al mismo tiempo, un auténtico caso de bilocación más allá de lo que la Ciencia y los científicos puedan afirmar sobre un fenómeno innegables y unos reputados testigos del mismo.

Principalmente son los santos de la Iglesia los que poseen dichas facultades, también presente en otras religiones y credos, y los que en ese aroma ‘de santidad’ tenían esa asombrosa capacidad, aunque también, más modernamente, el desdoblamiento astral ha hecho posible (a decir de los testigos) de la capacidad de estar en dos sitios a la vez.

Quizás el caso más sorprendente de ello es el que se nos presenta en un sorprendente informe de una persona que fue testigo ocular de la bilocación de un santo, nada más y nada menos que el padre Pío.

Así el testigo afirma que entro en la sacristía el padre Pío acompañado de un oficial de la armada italiana: “Sí, aquí está. Estoy en el lugar adecuado”, entonces se aproximó al padre Pío, se arrodilló ante él y llorando le dijo: “Padre, le doy las gracias por haberme salvado la vida”, al resto de las personas les dijo: “Yo era capitán de infantería.

Un día, en hora terrible, en medio del campo de batalla, vi a un religioso que decía: “Señor, ¡váyase lejos de aquí!”. Yo me dirigí hacía él y, nada más dar unos pasos, explotó una granada justo en el lugar donde me encontraba segundos antes. La granada abrió un cráter en la suelo. Yo tropecé en el intento de encontrar al religioso, pero no estaba allí”.

Curiosamente el padre Pío se encontraba en ese momento muy lejos del escenario donde el capitán lo describía, se había bilocado, había estado en dos lugares a la vez.

Capacidad de estar en varios lugares al mismo tiempo

Si se dan casos de poder estar en más de dos sitios a la vez se llama multilocación, según explican los expertos en ésta materia el padre Pío podría hacerlo y siempre se dan en personas que tienen una acreditada religiosidad, sería la fuerza de la fe. Curiosamente estaba muy por la labor de proteger la vida humana, salvó al capitán pero también al general Cardona en su intento de quitarse la vida, de suicidarse.

El padre Pío, con sus espectaculares estigmas, jamás dejó el monasterio donde vivió. Aunque todo ello no deje de ser un caso propiciatorio para explicar éste fenómeno no es menos cierto que los múltiples testimonios de ello nos hcaen pensar en su realidad incuestionable.

Otra persona de gran religiosidad que se vio en sitios diferentes fue sor María Jesús de Ágreda, la llamada ‘Dama de Azul’, de notable peso en la corte española, consejera del rey, que en rara ocasión salía de su convento en la ciudad avilense pero que en diferentes ocasiones fue vista en lugares tan remotos como en la América del Descubrimiento donde un grupo de indígenas sabían rezar y portaban crucifijos que le había entregado la popular y misteriosa monja.

¿Salió alguna vez al Nuevo Mundo sor María Jesús de Ágreda? Jamás pisó aquellas lejanas tierras y el propio rey se sorprendía con otras capacidades que tenía.

Son motivos para una beatificación e incluso para llegar a la santidad y que la Iglesia analiza y estudia profundamente, con esmero y cuidado para no incurrir en ningún error o acto precipitado. Así cuando se informa de que una persona de gran religiosidad ha sido vista en varios sitios se redacta un detallado informe, se entrevista a los testigos y se comprueban todos los puntos de vista y aristas de una bilocación, una vez admitida pasa a ser una prueba más de su relación con lo divino.

El Instituto de Psicología de la Universidad de Colonia (Alemania) realizó una serie de pruebas a la yogui india Pushpal Behen, durante su ‘bilocación’ –astral- el encefalograma dejó de manifiesto como las ondas de baja frecuencia subían, ello era un factor que mostraba el grado de absoluta relajación y concentración de la religiosa hindú.

Se cree que las personas que tienen la capacidad de tener un alto poder de concentración pueden también ocasionar alguna bilocación en la que su cuerpo esté físicamente en un sitio pero su mente pueda leer, ver, sentir y percibir acciones que se están realizando en otro lugar y que estas realmente sean como la persona los ha descrito.

Un fenómeno sorprendente sobre el que la Ciencia, todopoderosa a veces, no tiene explicación.