‘Caso Alcalá’ e investigación paranormal: la increíble demostración de un médium

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Pocos son los seres humanos que tienen la capacidad de poder entrar en contacto con los difuntos, con los fallecidos, con ese «mundo» donde habitan o en esos lugares donde se manifiestan sin saber bien la razón. En muchas ocasiones se duda de ellos -quizás porque el fraude ha estado presente durante mucho tiempo a la par que el espectáculo- pero en otras son ellos los que nos dan muestras de sus poderes hasta dejarnos asombrados.

Sólo se puede saber lo que se siente cuando de ese testigo de ello y no a través de televisión -donde todo es manipulable y donde hay mucha producción tras lo que se ve, si o si- sino en una investigación en la que se lleva a ciegas a una personas dotada de estas cualidades y es capaz de hacer una «radiografía» milimétrica del caso.

El increíble Rafael de Alba

Una de esas personas, que no le gusta que le llamen «médium» es Rafael de Alba, al que conozco desde hace años y se de sus vicisitudes en la vida, de su trabajo ajeno a estos temas y, sobre todo, que jamás cobra por ayudar a otras personas. Una de esas increíbles demostraciones la pudimos vivir no hace muchos días en la localidad de Alcalá de Guadaíra en Sevilla. Previamente nuestro equipo había estado investigando el caso y compartimos los problemas de una familia que tenía problemas en su casa de ruidos extraños, voces y hasta el cambio de «personalidad» o de «carácter» de uno de los miembros de la misma, todo como consecuencia de estar el día de Halloween en el llamado «Monasterio del Diablo» en la localidad sevillana de Carmona y no tener el oportuno cuidado -espiritual- cuando se va a estos lugares y el debido respeto a los mismos.

Con esa primera visita y, ante la imposibilidad de hacer algo efectivo, decidimos regresar 48 horas más tarde con Rafael de Alba, al que no se le facilitó ninguna información. Las sorpresas llegaron nada más entrar en la casa, nuestro médium no podía entrar en la casa, «hay algo que es fuerte, me ha dado un mareo» nos decía en la misma entrada.

Al entrar miraba con curiosidad a todos lados, estaba toda la familia, pidió entrar a la zona de las habitaciones y tras pasar la puerta del salón en dirección a un pasillo que distribuye las mismas regresó sobre sus pasos y le dijo al chico: «¡Tú no has debido hacer eso! ¡No has debido ir a ese sitio!», el chaval, que ya se daba cuenta de la gravedad de su acción por las consecuencias en la casa, no sabía que decir. Rafael de Alba, tras revisar las habitaciones, estando en el salón, dijo: «Has estado en un sitio cuyo nombre conjuga lo bueno y lo malo, me viene a la cabeza el nombre de Demonio o Diablo y algo bueno, templo del Diablo, convento, iglesia. ¡No! monasterio del Diablo» y nos quedamos anonadados pues el acierto era pleno: «Has estado en el «Monasterio del Diablo» y has hecho algo que no debías, te has traído algo de allí y se ha visto potenciado contigo, con el más débil». Las caras de sorpresa, admiración e incredulidad eran inimaginables.

Más aciertos imposibles

Pedí a Rafael el poder hacer sesiones de psicofonías y pruebas -mediciones- en la casa siempre que no lo molestara y dijo: «Tengo un nombre en la cabeza, algo, una mujer, una mujer que protege, su nombre es R» y dijo el nombre de una persona muy vinculada a la propietaria y madre y el asombro por lo que estábamos viviendo era mayúsculo, sobre todo porque ya veníamos de una primera investigación en la capital en el que su acierto había ido hasta a decir cómo era la relación matrimonial de la pareja de ese otro caso. Los aciertos eran plenos y discurrió la investigación con la seguridad que Rafael de Alba es un gran médium, puede que no sea mediático, que no le guste destacar pero, de alguna forma, es muy superior al mejor que puede destacar hoy día en nuestro panorama paranormal sin querer entrar en rivalidades pero sí reconociendo la valía de las personas.

Ya me demostró su gran capacidad en la investigación autorizada por el Ayuntamiento de Manzanilla en Huelva, ya allí demostró su increíble cualidad sacando datos insospechados, esto no es más que refrendar todo ello más allá de lo imaginado.

Reconozco que no soy dado a contar con médiums en las investigaciones, por malas experiencias, por «postureo» y querer figurar o usarlo de trampolín -que puede ser lícito- y sólo Rafael de Alba me ha demostrado que está por encima de todo ello y es la razón por la que quiero compartir mi experiencia con todos los lectores, una experiencia que merece la pena vivir.