¿Conoces las misteriosas momias que hay en Cádiz y su provincia?

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Uno de los enigmas más llamativos del mundo es el de la presencia de las momias, la momificación natural y la artificial, la razón por la que diversos cuerpos pueden quedar en un estado de no descomposición aparente y quedar en un estado en el que se conserven las características principales de la piel. Podría parecer algo lejano, más propio de países como Egipto o Perú que de Cádiz, sin embargo en esta tierra también se encuentran momias que son interesantes de conocer.

La momia de la niña de la Catedral de Cádiz

Quizás la más conocida sea la niña de la catedral de Cádiz, el impresionante cuerpo incorrupto. De ella se tiene un relato anónimo que decía: “la niña era una chiquilla muy beata que iba a rezar todos los días a la catedral pero en el día de su comunión cayó enferma y no pudo realizarla, así que el obispo de la época la trasladó, para enterrarla, al cabo de unas semanas una disputa familiar provocó que se abriera su tumba y descubrieron que el cuerpo estaba incorrupto. Por considerar aquello un milagro, el obispo de Cádiz decidió meterla en la urna y mostrar al pueblo el poder divino de Dios».

En torno a este cuerpo también cuenta, Antonio Herrera Lara lo siguiente: “la niña se trataba de Santa Victoria, una niña que en la antigüedad fue canonizada debido a la buena conservación en la que su cuerpo incorrupto se encontraba» o «en dicha Catedral, a finales del siglo XIX o principios del siglo XX, una niña muere de manera fulminante durante la ceremonia de su comunión, justo en el momento de obtener la sagrada hostia cristiana».

Aunque, realmente, encontramos que el 24 de agosto de 1816, el cardenal Julio María de Somalia, obispo de Tusculo, entregaba al obispo gaditano por mediación del capellán Sebastián de Flores una sorprendente reliquia de la cual ha quedado constancia en los archivos del obispado de Cádiz: “…del cuerpo sagrado de Santa Victoria, virgen y mártir extraído por nos por mandato de S. S. el Papa (Pio VIII) del antiguo cementerio de Priscila, vía salario nova, con un recipiente de cristal conteniendo la sangre y que vestido con varias túnicas decorada en oro al estilo frigio, según la costumbre de las mujeres nobles de Roma, colocamos en una urna de madera dorada y pintada de color pórfido guarnecida su parte delantera con dos tablas de cristal unidas entre sí, bien cerrada, y atada con una cinta de seda de color rojo y sellado con nuestro sello”.

La increíble momia de la iglesia de San Lorenzo

Otra momia conocida es la iglesia de San Lorenzo, una niña cuyo cuerpo salió en 1987 y que estaba en una grieta bajo la bóveda de la misma, envuelta en una esterilla de esparto y con un vestido de encaje, medias de lana y sus zapatos ,que denotaba la buna posición de la familia a la que pertenecía. No se supo de su identidad, solo la época en la que vivió, a finales de siglo XIX o principios del XX.

La profesora Miagros Macías realizó en 1999 un informe en el que decía que «la pequeña se encontraba boca arriba, con el hombro derecho más elevado que el izquierdo, y la cabeza girada hacia el mismo, dando la impresión de una «postura antiálgica», es decir, una postura que se adopta para evitar un dolor». La niña tenía entre 4 y 5 años según se determinó en Hospital Naval de San Carlos, en San Fernando, donde se llevó a cabo un estudio radiológico y una autopsia realizada por el doctor Blanco Villero, anatomopatólogo del cita do hospital. En el informe se hablaba de malformaciones y lesiones, posiblemente de tipo congénito. No aclara si fueron lesiones producidas antes o después de la muerte y que podría sufrir la enfermedad genética de Sprengel.

Se apunta como teoría a su muerte que tuviera “crisis convulsivas que producen violentas contracciones musculares, que al actuar sobre unos tejidos blandos anómalos o ausentes del hombro derecho, pudieron producir su desarticulación”. La razón por que fue «sepultada» allí es todo un misterio.

Las momias de Arcos de la Frontera

Si viajamos a la localidad de Arcos de la Frontera, en Santa María, en el templo, encontramos la momia de San Félix, mártir romano del siglo III cuyos restos se trasladaron allí en 1764 para aumentar la feligresía.

En la vecina iglesia de San Pedro también encontramos más momias-reliquias, de las catacumbas de San Calixto en Roma y se corresponderían con San Fructuoso y San Víctor compradas por Manuel Simón Aylión y que fueron retocados y «decorados» con elementos más propios de su categoría. Allí se les puede encontrar recostados en un curioso templo con simbología masónica y esotérica en una localidad que guarda muchos secretos y misterios.

Cádiz tiene más misterios entroncados con las momias y que, siempre, estarán entre la historia heterodoxa y la leyenda, entre esa leyenda y su realidad.