Increíble hallazgo el que se ha producido a orillas del río Tigris y en el que la sequía persistente de esta zona del mundo, en Irak, ha servido para el descubrimiento sin igual.
Hallazgo de la mítica ciudad de Zakhiku
La sequía en el embalse de Mosul ha hecho que el nivel del agua baje de forma abrupta y eso ha permitido que un equipo de arqueólogos descubra una ciudad con casi tres milenios y medio de antigüedad. En las primeras catas del equipo se han descubierto restos importantes así como lo que pudo ser un jardín de un palacio, varios edificios importantes por lo grandes que son y edificaciones menores. Se plantea la posibilidad que fuera la ciudad del Imperio Mitanni (del 1550 al 1350 a.C.) llamada Zakhiku.
Esta ciudad, ubicada en la Edad del Bronce, es particularmente importante pues se tenía referencias de ella e, incluso, es referida en textos sagrados, lo cual confiere una mayor importancia a la misma. Su existencia era conocida antes de la construcción del embalse cuando estaba al descubierto, lo que hizo que se documentara la misma pero que se perdiera todo rastro de ella durante décadas.
Ha sido el arqueólogo kurdo Hasan Ahmed Qasim, presidente de la Organización de Arqueología de Kurdistán, y los arqueólogos alemanes Ivana Puljiz (Universidad de Friburgo) y Peter Pfälzner (Universidad de Tubinga) quienes comenzaron los trabajos de investigación en Kemune, en la región kurda del país.
Los arqueólogos han trabajado a toda prisa pues las lluvias podían hacer que el nivel del agua subiera y, nuevamente, quedara la ciudad cubierta por las aguas, eso ha hecho que se trabaje denodadamente y se descubra un palacio, que ya había sido documentado durante una breve campaña en 2018, se hallaron varios otros edificios grandes: una fortificación masiva con muros y torres, un edificio de almacenamiento de varios pisos y un complejo industrial.
Al respeto de todo ello Ivana Puljiz indicaba: «El enorme edificio es de particular importancia porque en él se deben haber almacenado enormes cantidades de mercancías, probablemente traídas de toda la región».
Estado «inmejorable» de conservación
Hasan Qasim también explicaba que «los resultados de la excavación muestran que el sitio fue un centro importante para el Imperio Mitanni».
Jay que decir que la ciudad mantiene un relativo buen estado de conservación. Las paredes de sus edificaciones están construidas a base de ladrillos de barro secados al sol y que han permanecido bajo agua cuatro décadas. La ciudad quedó devastada por un terremoto en el año 1350 a.C., sus murallas quedaron casi destruidas así como sus edificios más altos y emblemáticos.
También se han descubierto numerosos objetos cotidianos de cerámica y cinco vasijas con un archivo de más de 100 tablillas cuneiformes, que datan del período asirio medio, poco después de que el desastre del terremoto azotara la ciudad. Algunas de ellas pueden ser cartas en sobres de arcilla como indican los expertos.
«Es casi un milagro que las tablillas cuneiformes hechas de arcilla sin cocer sobrevivieran tantas décadas bajo el agua«, dijo Peter Pfälzner.
En pro de su conservación la excavación y edificios en los que se ha trabajado ha sido cubiertas «con láminas de plástico ajustadas y se cubrieron con relleno de grava. Esto está destinado a proteger las paredes de arcilla sin cocer y cualquier otro hallazgo aún escondido en las ruinas durante las épocas de inundación».
El punto arqueológico ha sido, nuevamente, cubierto por las aguas pero la localización, trabajo y documentación hace que se preserve su memoria. Este tipo de hallazgo pone de relevancia que en antiguos textos -religiosos principalmente- se habla de ciudades que son tenidas por leyenda y, sin embargo, se descubre de su realidad, recordando aquella vieja obra de Werner Keller cuyo título decía: «Y la Biblia tenía razón».