El impactante OVNI de Sanlúcar de Barrameda

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Sucedió a finales del mes de Enero de 1969 en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda en un lugar llamado como el Pago del Espíritu Santo, cerca de la carretera de Jerez de la Frontera, en el domicilio de Cándida Sumariva Pacheco iba a suceder lo imposible, e iba a ser el popular periodista Carlos Murciano el que entrevistaría a la joven para el diario ABC.

Este tipo de casos es importante que los ufólogos los rescaten de los archivos máxime cuando el prestigioso diario ABC le dio cabida en sus páginas. Aquella entrevista sobre este caso -textualmente- se desarrolló de la siguiente forma:

¿Quieres contarme cómo fue aquello Candi?
-Si señor. Yo estaba en casa de mi abuela y vine aquí a la mía, por un jersey.
¿Qué hora era?
-Sobre las nueve de la noche. Al llegar junto a este palo –señala uno frente a la puerta de la casa- vi una luz muy rara y me quedé mirándola. También oí un ruido muy raro y me dio susto. Estaba allí, en aquella higuera.

Efectivamente frente a la casa hay una higuera grande y achaparrada.

¿Cómo era la luz?
-Brillante, brillante y un poquito colorada.
¿Cómo la de un coche?
-No; las luces de un coche nunca me han dado como esa. Era más grande y brillante.
¿Crees que te enfocaba a ti?
-No sé. Pero como yo estaba sola…
¿La veías delante o detrás de la higuera?
-Detrás. Pero no en el suelo, sino sobre arriba.
¿La luz te dañó los ojos?
-Si.
¿Tuviste miedo?
-Si.
¿Por qué?
-Por la luz, no; por el ruido.
¿Cómo era?
-Como de ratas chillando.
¿Has estado alguna vez cerca de un helicóptero?
-No.
¿Qué forma tenía la luz?
-Como de un tomate grande.
Al sentir miedo, ¿qué hiciste?
-Eché a correr y entré en mi casa. Mi tío Emilio me oyó y empezó a llamarme, pero yo no podía hacer nada.
¿Por qué?
-Porque me quedé como hipnotizada sobre la pared. Quería chillar y no podía. Cuando se me quitó aquello miré por la ventana y vi el mismo foco que se iba hacia arriba, cada vez más.
¿Muy rápido?
-Si.
¿Cómo un avión?
-No, mucho más.
Candi, ¿y si lo hubiera soñado?
El entrevistador le pregunta a la abuela:
¿Usted no sintió nada?
-Sí, cuando la niña fue por el chaleco sentí un ruido muy raro. Pero mi nieto dijo: “Será un reactor”. Luego, cuando la niña volvió vi que venía sin el chaleco. Pero no dijo nada.
¿Por qué?, preguntó Candi.
-Porque me iban a meter más miedo del que ya tenía.

Llega entonces la madre, una mujer joven, sonriente, como una cesta. Dice:

-Vaya, siempre que vienen a hablar con la niña estoy yo fuera.

Carlos Murciano le pregunta si advirtió algo en ella cuando volvió a casa.

-Entró y se sentó y se quedó “sujeta” sin hablar. Cuando nos fuimos hacia la casa para acostarnos se retrajo y me dijo que tenía miedo porque había visto una luz en la higuera. Entonces fui yo quién tuve miedo. Estuvo toda la noche sin dormir y con la luz encendida.
¿Le había ocurrido esto alguna vez?
-Nunca. Nunca ha sido miedosa. Vera usted: a la mañana siguiente empezó a llorar y me lo contó. Entonces fuimos al sitio que ella decía.
¿Había huellas?
-Si. Ya se han borrado pero eran así (y dibujó un círculo con unas M, W, E). La Guardia Civil, cuando vino, copió las señales.
¿Qué tamaño tenía el círculo?
-Metro y medio. La tierra estaba muy dura, pero allí estaba blanda y como removida en remolino.

La abuela interviene…
-Si, señor. La tierra estaba como levantada. Y alrededor había unas pisadas muy raras, como si todo el peso del cuerpo estuviera en el talón. Podrían ser como de un treinta y cinco, pero con la punta hacia arriba y el talón muy hundido dentro.
La niña lo confirma…
-Aquí, a la derecha, la tierra estaba levantada, como si la hubieran “pataleado”.
Por lo que indicaron, las huellas decían estar en torno a unas pequeñas tomateras intactas. La abuela dice:
-No he querido coger estos tomates pos si tuvieran algo.
Y la madre:
-Pues sabe usted que la mujer de Manolo Prada vio ayer otra luz de esas hacia la Cuestecilla, cerca del castillo. Y se puesto mala de mismo susto que se llevó.

Cuando Carlos Murciano va a despedirse, la abuela remacha una frase:
-Ya ve… Si la niña ni sale “ellos” se van y nosotros no sabemos nada.

En la zona se siguieron observando luces extrañas, de hacho aquella noche un vecino, cuando regresaba a Sanlúcar desde Jerez en su moto con su esposa vio una luz muy luminosa que tomó por un OVNI. “El Manco” –como así lo llamaban- se llevó una fuerte impresión a tenor de los comentarios surgidos en torno a los OVNIs en la provincia.

Era la punta del iceberg de una provincia, Cádiz, que iba a generar alguno de los casos más importantes de la Historia OVNI de Andalucía y España.