El misterio de Jack ‘el saltarín’

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El nombre por el que se le conocía popularmente era Springhell Jack o Jack “el saltarín” e hizo acto de aparición en el siglo XIX, en concreto en Noviembre de 1.837, en los oscuros callejones de un suburbio de Londres entre grandes, y asombrosos, saltos.

La descripción que se hizo de este singular personaje era la de una persona alta, delgado y fuerte, tenía la nariz prominente y sus dedos eran huesudos, asemejándose a garras y con gran fuerza. Sus orejas tenían forma puntiaguda, animalescas casi. Los ojos eran como dos bolas rojas, muy amenazadoras.

Destacaba por su asombrosa agilidad e iba tocado con una capa larga y casco alto, cómo metálico. Debajo de la capa parecía llevar un traje que emitía cierta luminosidad, tanto que sobre el pecho llevaba una luz.

El 20 de Febrero de 1848 se le apareció a una joven en las inmediaciones de la localidad londinense de Bow. Tomó a la chica por el brazo y ella, al sentir la presión sobre el brazo, comenzó a gritar siendo auxiliada por su hermano. Es curioso porque Jack “el saltarín” lanzó una bocanada de un gas abrasador que la aturdió. Entonces huyo del lugar perdiendo su capa que fue recogida por su perseguidor.

En 1877 el misterioso personaje apareció cerca del campo de maniobras de Aldershot en Hampshire. Dos soldados le dispararon cuando pasó volando sobre ellos, Jack respondió lanzando una ráfaga de llamas azules que olían a ozono, es lo último que recuerdan los soldados pues, tras ello, se desmayaron.

La identidad de Springhell Jack o Jack “el saltarín” jamás fue desvelada.

El origen de Jack «el Saltarín»

Hay muchas hipótesis sobre el origen de Spring Heeled Jack, Jack «el Saltarín», incluso testimonios de personas que dijeron haber sido testigo de nuevas actuaciones del mismo en la zona. Pero jamás se supo con certeza quién era o su naturaleza, paranormal o no.

El origen de Jack «el Saltarín» puede ser encuadrado, más o menos, dentro del campo paranormal pero, también puede buscarse alternativas racionales.

Así uno de los postulados que quedó descartado es que fuera producto de la histeria colectiva en torno al diablo o a los mitos urbanos de la zona que decían que hubiera un hombre que saltaba «de tejado en tejado».

Igualmente surge la posibilidad que tras popularizarse la figura de este misterioso personaje surgieran otros muchos imitadores siendo personas, de carne y hueso, y no alguien de origen sobrenatural con ganas de asustar a sus vecinos. En una carta a Lord Mayor se señalaba a un grupo de jóvenes aristócratas como responsables de todo ello.

Otra hipótesis es aquella que, en 1840, decía que el noble irlandés marqués de Waterford sería el responsable de los hechos descritos por los testigos. Era un personaje que solía enredarse en peleas, en bromas sin ninguna gracia, en vandalismo, mujeriego, pendenciero… Por ello se le comenzó a llamar, hacia 1830, como «el Marqués Loco».

En el diario The Waterford Chronicle se afirmó que estuvo presente en el baile del día de San Valentín en el castillo Waterford siendo la coartada para evitar ser responsabilizado en las agresiones a Jane Alsop y Lucy Scales.

E. C. Brewer, sacerdote local, en  1880, dijo que el marqués «solía entretenerse abalanzándose sobre viajeros desprevenidos, asustándolos, y de cuando en cuando otros han seguido su ridículo ejemplo». Dos años despues, en 1842, el marqués de Waterford se casó y se estableció en Curraghmore House (Irlanda),llevando una vida honrada y modélica hasta que falleció en un accidente ecuestre en 1859.

Para los investigadores la historia de Jack es exagerada y acrecentada por rumores infundados, superstición, tradición oral, publicaciones sensacionalistas y un folclore rico en historias de hadas y extrañas criaturas pícaras.

Otras hipótesis fueron que podría tratarse de un extraterrestre con capacidades físicas fuera del alcance de los seres humano y, por ello, se explican sus prodigiosos saltos y vencer, con comodidad a las leyes físicas humanas así como a la gravedad en la Tierra.

La segunda vía es la de un visitante de otra dimensión que habría viajado a nuestro mundo merced a un portal interdimensional o un agujero de gusano.

La tercera vía sería un demonio que habría habría sido invocado en una ceremonia o ritual y que habría campado por la zona hasta que volvió a su mundo.

Sea como fuere la historia de Jack «el Saltarín» es una de esas que ya es un clásico del mundo del misterio.