El misterioso cadáver de Jaén y la Hermandad del Gorrión

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El 13 de julio de 2006 apareció, a las 3:00 de la mañana, el cuerpo sin vida de un hombre a los pies de la Catedral de Jaén, no era una muerte cualquier, estaría rodeada de un misterio que nunca se ha desvelado.

El fallecido se llamaba Francisco de la Higuera Muñoz, tenía 59 años, y corría, antes de su muerte, por la Plaza de Santa María… Lo que lo vieron decían que parecía huir pero… ¿De quién? Vecinos de la zona creyeron escuchar esa misma noche a alguien gritar: «Ven aquí, Satanás, que soy tu hermano…» A las 3:00 am el teléfono del 112 (Emergencias) recibió una llamada en la que se indicaba de la presencia de un hombre, aparentemente muerto, a pie de la Catedral.

Efectivos de la Policía Nacional se trasladaron al lugar donde nada se podía hacer ya por el fallecido salvo certificar su muerte, sin embargo algo aterró a aquellos agente: el cuerpo de Francisco se encontraba bocabajo, desnudo, y lo más inquietante es que estaba cubierto por plumas y excrementos de aves, de palomas. El cuerpo presentaba un fuerte traumatismo en la cabeza y estaba a un metro y medio de un charco de sangre, se cree que fue trasladado a esa distancia por una segunda persona y allí lo cubrió con las plumas y los excrementos… ¿Era un extraño ritual o un crimen esotérico?

Se identificó a la víctima que tenía domicilio en la calle José Solís, había tenido una vida difícil pues en su historia había antecedentes de alcoholismo y había estado ingresado, seguramente por ello, en la Unidad de Salud Mental de Jaén. La autopsia indicaba que murió de fallo cardiorespiratorio debido al fuerte golpe sufrido, además estaba ebrio en el momento de la muerte. Lo normal era pensar en un mal tropiezo y muerte como consecuencia del golpe pero… ¿Y las plumas y los excrementos que cubrían su cuerpo?¿Quién los puso?¿Cuál era la razón?

Al fallecido no le habían robado sus pertenencias una vez aparecidas estas a poca distancia y las pesquisas policiales indicaban que sobre la 1:10 am había sido visto en la calle Campana. En el transcurso que va desde esa hora hasta el momento de la muerte fue captado corriendo por las cámaras de seguridad frente a la Catedral de Jaén, iba vestido y estaba asustado. Versiones no oficiales indican que un sospechoso fue grabado vaciando las bolsas de excrementos y plumas sobre Francisco de la Higuera Muñoz.

Hipótesis sobre su muerte hubo muchas, desde ser víctima de un juego de Rol -al estilo del «Código da Vinci»- hasta ser parte de una muerte ritual, sectaria, esotérica, apuntando, dentro del rumor, a una determinada hermandad que operaria en Jaén: La Hermandad del Gorrión o «La Gorrionera».

La disposición de las plumas y los excrementos unidos a la posición del cadáver dejaban entrever una intencionalidad y podía estar relacionada con la hermandad y la simbología del llamado «Lenguaje de las aves». Así, los miembros de dicha hermandad, o sociedad secreta, tendrían una jerarquía dentro de la misma donde irían por grados de importancia, desde gorriones, palomas, búhos, halcones y, finalmente, el águila que se correspondería con el Gran Maestre y que tendrían una relativa tradición secreta en Jaén -según la historia heterodoxa-, igualmente estaría relacionada con la mítica Mesa de Salomón que se guardaría en un lugar secreto de Jaén y que también dio origen a la sociedad secreta de los «Doce Apóstoles» donde se descubrió, en la cripta de su fundador, en la iglesia de San Juan de Arjona, en la capital del Santo Reino, en 1956, la famosa «Lápida Templaria». Los motivos del asesinato jamás se descubrieron.

Otra posibilidad es un grupo de investigadores de ideología radical, pro-nazi (en el sentido de búsqueda de objetos sagrados perdidos), buscara un tesoro en la Catedral -como la Mesa de Salomón- y viéndose sorprendidos por el fallecido decidieran matarlo y dejar ese sello tan particular de plumas y excrementos. Es otra hipótesis y como tal la cito.

¿Asesinato ritual, crimen esotérico o simple accidente con resultado de muerte? Nunca se sabrá y, aunque el caso esté cerrado, siempre hay posibilidades para buscar la verdad y las causas que llevó, a este fatal desenlace, para Francisco de la Higuera Muñoz.