En Cádiz se han investigado muchos misterios y una buena parte de ellos tiene que ver con el fenómeno OVNI, quizás uno de los más desconocidos es lo ocurrido con un barco pesquero en aguas gaditanas y que provocó no pocas habladurías y comentarios en su día.
Nos hemos de trasladar en el tiempo al año 1972 a la localidad de Barbate, allá nos encontramos con un embarcación que sería la protagonista absoluta de lo imposible. Eran tiempos en las modernas embarcaciones -en la época- incrementaban el ritmo y efectividad en las capturas y hacia que hubiera cierta escasez en los bancos de pasca. Los tripulantes de aquellas embarcaciones era gente aguerrida acostumbrada al trabajo en la mar pero no a hechos que resultaban desconcertantes como el ocurrido al «Manolo Cid».
Entrevistas con J.J.Benítez
Era el referido año 1972, un caluroso mes de agosto, y aquel barco llegó a puerto, sin apenas capturas y desembarcando a su tripulación y marchándose a casa sin articular palabra ni apareciendo ninguno en los tres días siguientes. A todos extrañó aquella actitud pues eran habituales en el bar o en el estanco, en el muelle. No se sabía que pasaba, tal vez una enfermedad o algo que habían comido creando un mal general pero era todo un misterio. La realidad es que tuvieron en un encuentro en la mar que las aterrorizó.
Sería el escritor J.J.Benítez, que se afincaría en esta zona años después, el que investigó el suceso cuando hacían un reportaje para el programa dirigido por Fernando Jiménez del Oso «Más allá», era 1976 y se encontró con Antonio Abellán Guerrero, jefe de máquinas del «Manolo Cid» y este se atrevería a narrarle lo que les ocurrió estando de testigo el jefe de la policía municipal de Barbate y dos radioaficionados. Su relato comenzó así:
«Por aquel entonces, yo navegaba en el Manolo Cid. Nos dedicábamos a la sardina y al boquerón. Y salíamos cada noche hacia la bahía. Un día, al regresar a Barbate y mientras me dirigía a casa, compré el Diario de Cádiz y leí que un cobrador de la Valenciana (así se llamaba en aquella época, por esa zona, a los autocares de viajeros) que se había avistado un objeto que marchaba de Vejer de la Frontera a Ceuta, pasando por Zaragoza. Sobre las cuatro de la mañana apareció por el poniente. Era redondo. Con un diámetro parecido al del sol cuando empieza a ocultarse y de color rojo».
Experiencia estremecedora
El maquinista gritó: «¡Asomarse! ¡Asomarse! y salieron a cubierta todos, el segundo maquinista, el patrón de papeles, los marineros…,todos. Lo vieron pasar en dirección a Ceuta«.
En la época tuvieron lugar avistamientos en la zona del Estrecho, en Ceuta y Melilla, no obstante, días después, Antonio puso un foco de 100 w. en cubierta para hacer señales a aquel objeto si aparecía de nuevo. Quedó en cubierta Antonio y un marinero que se encargaba de vigilar los bancos de peces. Así, J.J. Benítez, narraba: «El Manolo Cid se mecía muy suavemente en medio de aquel silencio. Salvo el botero, que se había situado a popa del barco y a una cierta distancia, todos habían preferido bajar a las literas, en espera de la voz de alerta del conocido como hombre de la luz».
Sobre las cinco de la mañana vieron una luz azulada, Antonio comenzó a hacer señales y aquella luz -ya roja- se detuvo. La tripulación había acudido a ver aquello, el OVNI se ubicó sobre el mástil del «Manolo Cid» y la luz se hizo sobre el mar. Todos estaban asustados, aquel objeto hacía un sonido y provocaba interferencias en la radio del mismo. Sobre la descripción del OVNI Antonio, el maquinista, decía que era «completamente redondo y conforme fue bajando iba cambiando de color, del rojo había pasado al naranja y de ahí al blanco de una forma cegadora como un flash, terminando en una luz verdosa muy fuerte». El descenso del OVNI fue muy «brusco» y con el miedo en el cuerpo se decidió volver a puerto.
En aquel programa de «Más Allá» se realizaron esas entrevistas que causaron un hondo impacto entre todos los pescadores.