Fantasma o aparición de carretera en la autopista de Cádiz

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“Lo que te quiero contar es un tema que me pasó en esta pasada Semana Santa y que no sabe nadie” así comenzaba mi testigo a narrarme una experiencia cuando menos inquietante.

“Todo pasó esta Semana Santa, uno de los días que tanto llovía. La cosa es que tuve que ir a Sevilla por temas del negocio, a ver a unos proveedores y re-gestionar precios por que los han subido y claro, todo se encarece. Ya en Sevilla comenzó a llover, el Lunes Santo y yo no quería que me cogiera la lluvia en la carretera. Llamé a mi mujer sobre las cinco de la tarde diciéndole que ya había acabado y que salía para Cádiz, que en una hora y poco estaría por allí para ver si salíamos, pero me dijo que aunque estaban saliendo estaba lloviendo y que tuviera cuidado en la carretera” explicaba Roberto.

Día de lluvia

“Salí en dirección a Cádiz a las cinco y trece minutos de la tarde exactamente, fue cuando encendí el coche y puse el cuentakilómetros a cero para ver el consumo que tenía, por curiosidad. Dejé el campo del Betis detrás y sobre las cinco y media estaba ya metido en la autopista. De repente, a mitad de camino, pasado el “Fantasma”, se puso todo negrísimo y encendí hasta las luces del coche, entonces comenzó a caer agua a manta. Claro, eso hizo que yo redujera la velocidad por que costaba trabajo ver entre la cortina de agua. Hubo un momento en el que me pareció ver a una chica en el arcén de la carretera mojándose en dirección Cádiz, fijé bien la vista y, efectivamente, allí estaba. Eché el coche a un lado, al arcén, y cuando pasó al lado le dije que si la podía acercar a algún sitio. No es lo normal en mi pero me dio mucha pena” decía recordando aquel momento.

“La chica asintió con la cabeza y abrió la puerta de atrás. Le dije que si se había mojado mucho y me dijo: “Mucho”. “Mira, si tienes frío coge mi chaqueta que está atrás, algo te hará». Y puse la calefacción un poco por que hacía frío, anormal, pero bueno, es abril y ya se sabe” entonces fue cuando pasó algo extraño.

Terrible advertencia

“Mira yo no creo en leyendas urbanas ni en cuentos de esos pero lo que te cuento es la auténtica verdad de la vida. Apenas había recorrido unos kilómetros en aquella cortina de agua cuando la chica me dice: “Tenga cuidado delante que hay un camión parado y puede tener un accidente, está en este carril”. Yo miré por el retrovisor mientras veía la mirada perdida de aquella chica. La cosa es que fijé mi vista en la carretera y levanté aún más el pie del acelerador cuando a unos 100 metros vi un camión que, efectivamente, había parado delante y que estaba justo a la salida. Entonces le dije: “Menos mal que me has avisado por que me lo hubiera comido y al mirar atrás pues la muchacha ya no estaba. Me puse nervioso y paré justo delante del camión. Toque el asiento y estaba mojado, también la chaqueta pero de la chica ni rastro y bien sabe Dios que estaba allí atrás” cariacontecido.

Cuando llegué a Cádiz mi mujer me vio muy callado y pálido y le expliqué lo que me había pasado. Después de la bronca por coger a una desconocida en el coche me dijo que no le extrañaba por que ella sabe de personas que le ha pasado eso mismo más allá de las leyendas urbanas y esas cosas, me creyó” concluía.

Hechos extraños en torno a una historia que se entroncan con esas leyendas urbanas a las que hacía referencia Roberto y que, sin embargo, son una realidad.