Fenómenos extraños en la vieja Facultad, en el antiguo Hospital Militar

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Uno de los lugares que tienen la fama de estar encantados dentro de la ciudad de Badajoz, en Extremadura, es la Facultad de Ciencias de la Documentación y Comunicación. Un punto en el que, pese a ser rehabilitado y remozado, se hablan de fenómenos paranormales que pudieran ser un reflejo de su azaroso pasado.

Los fenómenos inexplicables que suceden en este edificio han podido ser vividos por trabajadores del mismo, alumnos o personal de seguridad y va desde el mismo sentimiento -subjetivo- de sentirse acompañado hasta presenciar como objetos, tales como sillas y meses, se mueven o, lo más inquietante, el presenciar sombras que se pasean por el mismo, por sus pasillos o estancias siendo la Biblioteca el lugar que más incidentes acumula y que más temores despierta.

Testimonios de las «víctimas» del misterio

Entre las experiencias que se acumulan en su interior encontramos la de las limpiadoras que hacían su labor en el mismo. “A las 5 de las mañana se sintió un grito que estaba en la planta de arriba. La limpiadora bajó lívida y nerviosa, se le preguntó por lo que le había pasado y respondió que en la biblioteca se habían movido sillas y mesas”, según confesaba un vigilante de seguridad.

Pablo G. era un estudiante de Onda Campus en la Universidad de Extremadura y también vivió un hecho desconcertante: «Vi como alguien pasada en dirección a un pasillo sin salida, me levanté y miré hacia el final del pasillo y no había nadie pero vi como había allí una presencia” decía.

Otra experiencia es la que tuvo Gloria C. cuando estaba haciendo un trabajo extracurricular y le sorprendió como «algo» pasó cerca, “era como una persona alta y delgada, un hombre” pero de allí no había ni rastro de ella.

Marta esa alumna y se encontraba en la biblioteca, allí intentaba estudiar de cara a unos exámenes cuando “la puerta se cerró de forma extraña, no había nadie y se cerró, entonces la temperatura bajó y no lo entendía bien. Estaba sola allí y no había nadie más. Fue cuando fui a abrir la puerta y no podía, llamé para que me abrieran y sentía como allí había una respiración, muy profunda, con dificultad, Grité para que me abrieran y me fue a un rincón desde el que controlaba todo lo más cercano. Lo pasé fatal. Me armé de valor y recorrí los pasillos con las estanterías de libros, fue cuando se abrió la puerta y salí” decía.

En la misma biblioteca dos alumnos presencias con se mueve una silla y se acerca a una de las mesas. Primero en una ocasión y luego en otra posterior que les deja perplejos. “Un profesor nos dijo que vio como una mesa, más voluminosa y pesada se movió delante suya”.

Ella lo habló con otros compañeros como Juanjo que estaba una tarde en la biblioteca. “Comenzaron a parpadear las luces como si se fuera a apagar de un momento a otro. Entonces, en una de las estanterías se cayó un libro, como si “algo” lo empujara, pero es difícil por qué la estantería es grande. Puse el libro en su sitio y al irme se cayó de nuevo. No quise pensar en fantasmas hasta que la temperatura cae y se comienzan a caer varios libros de la estantería y, ahí, tú ves, si me dio miedo” explicaba. “Salí de allí y procuré calmarme pensando que allí pasaba algo raro y si no hubiera sido por que mi hermano te conoce esto no se hubiera nacido porque, muchas veces, lo que no se entiende se toma por una locura” concluía.

Otro chico en la cafetería tuvo la sensación de estar siendo observado, se levantó y se fue pero algo le estuviera tirando de la manga de la camisa. “Entró un amigo y lo llamé y cuando el vino a donde estaba ya aquello me soltó, me liberó. Al verme la cara que tenía creyó que estaba malo y me dijo: “¿Te pasa algo? Estás muy pálido” y sólo le pude explicar, luego, lo que me había pasado”.

Sonidos y experiencias extrañas

En el pasillo de comunicación audiovisual dos limpiadoras vieron como en el mismo se tenía, con frecuencia, la sensación de estar acompañada por algo y no estar sola. Esto se puede entender como la sugestión por los comentarios que circulaban allí. Otra dijo que había caídas de temperatura o limpiando en la biblioteca también sentía como alguien había allí.

Un profesor me decía que en un micrófono abierto se “escuchó como si algo hubiera hablado, como una psicofonía. Otros compañeros del profesorado me dicen que ellos han visto a una figura blanca en los pasillos del edificio”.

En la cafetería también, como he relatado, ocurren hechos extraños. Ángel C. decía: “aquí se cerraban las puertas, un día se apagó la luz y pasó alguien por el pasillo, alguien que me llevó a gritar que ya estaba cerrado», él tenía la seguridad que estaba cerrado pero le pareció ver a alguien, “alguien que estaba allí de pie pero que al salir ya no estaba, había desaparecido”.

Otro profesor me indicaba: “a mí, a veces, me han llamado a la puerta del despecho y al salir no había nadie. O cómo ves, delante de ti, como se mueve algo del escritorio de una forma totalmente antinatural. Yo no le encuentro ninguna explicación pero creo que puede ser debido al antiguo hospital que había en la zona” afirmaba.

El edificio tiene una serie de patios y su arquitectura nos lleva a buscar en el pasado del sitio en el que se sabe que está situado sobre el antiguo Alcazaba de Badajoz, el antiguo Hospital Militar que ocupaba este espacio en el siglo XIX.

Además se asienta junto sobre las construcciones anteriores como la de la catedral de Santa María edificada por orden de Alfonso IX de León en el año 1230 y que se añadieron tres ábsides de estilo gótico-mudéjar al lado oriental de la mezquita del palacio de Adb al-Rahman ibn Marwan. De todas estas etapas se han sacado importantes piezas arqueológicas que hablan de dicho pasado.

Es importante destacar que aún permanece la torre de la iglesia con sus características fortificadas así como el ábside norte. Siendo muy evidente este pasado que marca el sitio.

En el patio un vigilante vio “una sombra, creí que podía estar provocada por alguien y fui hasta allí, lo que me pareció ver era como un monje que parecía mirarme bajo ese hábito. Un compañero sintió pisadas en la planta de arriba y subió, al hacerlo se le encendieron las luces y vio como había una sombra que giraba una esquina, dos noches después pudo ver lo mismo dentro de ese mismo sitio y que sabemos que la ha visto más gente como alumnos o limpiadoras, te diría que hasta profesores pero estos son más reservados” me confesaba.

Pero lo importante es recurrir a ese pasado para investigar estos fenómenos y saber que como actividad hospitalaria pudo dejar una fuerte carga en el edificio que estuviera, de alguna forma, manifestándose en el presente. Igualmente nos encontramos con otros hechos destacados y es que es este punto se enterraban a personajes ilustres de la ciudad teniendo todo una incidencia directa en lo que hoy acontece.

¿Qué podría estar provocando esos fenómenos? Puede que las obras en el edificio hayan removido restos que ahora estén desencadenando esa fuerza inexplicable. Igualmente la realización de investigaciones de «una noche» que suelen dejar muchos cabos abiertos -no es el modelo de investigación- y puede haber destapado aún más esa actividad: «desde que se estuvo aquí grabando un programa yo siento que todo ha ido a peor, como si se hubieran empeorado las cosas» decía una persona que trabaja en el mismo.

No me corresponde juzgar todo ello pero si seguir investigando la línea que nos lleva a pensar que esté lugar está encantado. Más allá de la opinión de los afectados también encontramos que la riqueza de testimonios nos lleva a pensar que algo muy extraño sucede en la Facultad de Ciencias de la Documentación y Comunicación de Badajoz, en el viejo Hospital Militar.