Fenómenos inexplicables en una casa encantada en la Sierra de Grazalema

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Los fenómenos paranormales son atemporales, no sabemos cuándo se van a producir ni donde pero si, ciertamente, que son tan sorprendentes como inquietantes y que cualquiera puede ser víctima del misterio.

Es lo que le sucedió a una pareja que decidió pasar unos días en la Sierra de Grazalema, en un punto determinado dentro de un alojamiento rural y que iba a ver como aquellos días se convirtieron en unas jornadas de pánico y terror.

Fenómenos inexplicables

Todo comenzó cuando deciden ir unos días de vacaciones, ella se inclinaba por la playa, por pasar unos días en Tarifa o Conil, como otros años, a él, por el contrario, le apetecía más cambiar e ir a la sierra, a estar tranquilos y visitar muchos de los pueblos blancos que jalonan toda esta bella zona.
Pronto llegaron a un acuerdo y sería una semana de sierra y otra semana de playa y tan felices. Así llegaron al alojamiento rural que tenían alquilado por unos días. Con buena ubicación y confort, lo que él pedía para relajarse unos días. Ya al llegar, sobre las dos de la tarde les vino a ocurrir el primer hecho extraño: «Al entrar y comenzar a ordenar la ropa en el armario, no mucha, vino un olor muy penetrante, muy desagradable. Llamé a Paco y le dije si lo olía y me dijo que sí, pero bueno, lo achacamos a cualquier cosa del sitio, apenas unos minutos después sentimos un portazo tremendo y al asomarnos la puerta estaba cerrada, pero es que la dejamos cerrada por lo que aquel portazo no tenía razón de ser» comentaba Belén R. recordando lo sucedido.

La primera noche fue bien «estábamos tan cansados que nos dormimos rápido y con un sueño muy profundo, al día siguiente otro hecho raro: desaparecieron las llaves del coche. Por mucho que la buscamos no la encontramos y cuando fuimos a preparar el almuerzo, un almuerzo fresquito, estaba dentro del espacio de los hielos. Yo le dije a Paco que la habría dejado ahí por descuido pero él me dijo que la dejó junto a la televisión dentro de un cenicero. Pero la noche sería movida por que en un momento determinado, a las doce y medio o un poco más, sentimos como la puerta pegaba otro portazo y una voz que decía «Buenas noches», bueno, el salto que dimos de la cama fue espectacular. Paco salió pensando que podría ser el dueño o algo pero me llamó desde el saloncito y al ir encontré la puerta cerrada con las dos cerraduras y nadie en el salón. «¿Tu lo has escuchado, verdad?» me dijo y asentí con la cabeza pero allí no había nadie» decía.

«No sé cómo pero ya teníamos la mosca tras la oreja, al día siguiente estuvimos visitando algunos pueblos y probando las tapas, llegamos tarde y salgo unas oleadas de frío que venían de vez en cuando no había nada anormal. Pero al día siguiente si volvimos a tener problemas. A las 8 de la mañana la televisión de puso sola y comenzamos a escuchar a alguien que se reía. Salí a ver que era y sólo estaba la televisión puesta, aquella risa era de alguien que estaba allí, no de la tele, pero por no dar más vueltas pensamos que habría sido del aparato, mejor no pensar nada raro me dije a mí mismo» explicaba Paco mientras jugaba, nervioso, con las llaves del coche.

«Una noche muy fuerte»

Pero algo vino a turbar aquellos de días de vacaciones: «La última noche que pasamos allí es que fue muy fuerte. Acabamos de cenar y nos quedamos viendo una película. La cosa es que sentimos como si alguien nos mirara y me volví y vi una sombra, una silueta, apoyada en la puerta, Belén también se giró y la vio, dio un grito de pánico tremendo y sólo me pidió que nos fuéramos, cosa que hicimos rápidamente. A mi estos temas me gustan mucho pero una cosa es verlo en la tele y otra que te pase a ti» sentenciaba.

El resto del tiempo «lo pasamos en la playa donde nos olvidamos de lo que había pasado y luego Paco investigó un poco sobre lo que nos pasó y encontró un programa de «Cuarto Milenio» donde hablaban de una cosa sucedida en una casa rural y un par de artículos tuyos, por eso contactamos contigo» decía la chica mientras trataba de que encontráramos alguna explicación a lo sucedido.

Son hechos inexplicables, paranormales, que tienen lugar en viejas casas cuyo pasado desconocemos así como lo que pudo pasar dentro de ellas o si la carga «psíquica» -que dirían los parapsicólogos- es lo suficientemente intensa como para provocar estos hechos y que se materialicen con tanta fuerza. La credibilidad de los testigos es tan fuerte como la sinceridad de su vivencia y nos pone, de nuevo, tras la pista de lo paranormal en la provincia de Cádiz.