Fenómenos paranormales en el hotel ‘El Caballo Blanco’ en El Puerto de Santa María

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Hay en Cádiz diferentes puntos en su geografía con fama de estar encantados, de tener presencias de “otros mundos” o de escucharse sonidos de origen desconocido. Estos lugares se mueven entre la leyenda y la realidad hasta que no se realiza la oportuna investigación que arroje luz a unos hechos narrados. Este sería el caso del mítico hotel “El Caballo Blanco” en Valdelagrana, El Puerto de Santa María.

El hotel “El Caballo Blanco” marcó toda una época en la zona y son muchos los que aún tienen un grato recuerdo del mismo. Abrió sus puertas a turistas y visitantes en 1962, la buena gastronomía, la playa y los muchos encantos de la región sumaban atractivos para alojarse en el mismo. Pero como otros muchos establecimientos se vio abocado al cierre y planeando sobre el mismo el derribo según indicaba el director del hotel, José Manuel Anguiano.

Fenómenos inexplicables

Derruir las instalaciones no sería más que -según proyecto de octubre de 2004- un paso para construir allí mismo un nuevo complejo hotelero según indicaba desde la promotora Aicosur, participada por las inmobiliarias Comunidades del Sur y Hogarsur; el futuro hotel pasaría a estar gestionado por la cadena Sol Meliá. Trascendieron algunos datos de ese futuro complejo hotelero que tendría disponibles 30.000 metros cuadrados siendo 20.000 para zonas ajardinadas, 160 habitaciones, spa, peluquería, restaurante y una galería comercial.

Pero mientras el hotel comenzó a generar historias de sucesos inexplicables que han sucedido en su interior ya que son muchos los testigos que afirman haber vivido experiencias extraordinarias en el mismo.

Uno de ello es Andrés García que junto a otros compañeros fue a investigar en el viejo edificio: “Habíamos ido a ver si había fantasmas en el hotel, el aspecto que tiene y los rumores que hay de apariciones allí nos animó a ir junto a unos amigos de Sevilla. Entramos dentro y en la primera planta, a eso de las diez y media de la noche, comenzamos a sentir como un llanto. Uno de los que venía con nosotros dijo que sería un gato. Pero más tarde vimos al final de uno de los pasillos como había una persona, o así nos pareció a nosotros. Le gritamos para que se esperara y nos contara si sabía algo que hubiera pasado allí pero al llegar no había nadie”. Pese a ello no perdieron la calma, pensaron que podía tratarse de un indigente con pocas ganas de ser molestado.

Testimonios

Nuestros protagonistas quisieron seguir su particular investigación y colocaron una serie de grabadoras a fin de captar psicofonías. Lo primero que preguntaron fue: “¿Estamos solos aquí?” y nada de escuchó. Pero revisando la grabación, apenas unos minutos después, una voz masculina dijo: “Yo soy” y los chicos comprendieron que no estaban solos en el hotel.

Se apresuraron a recoger el equipo dispuesto y en el piso superior comenzaron a sentir, claramente, pisadas y pasos a la vez que en la planta donde se encontraban vieran como “una sombra que se paseaba por allí y de la que no podíamos ver sus rasgos, la bajada de temperatura era muy fuerte y comenzamos a sentir miedo”.

Al salir de “El Caballo Blanco” miraron a la zona que habían estado investigando y comprobaron cómo había una luz, una esfera que se movía y que dejaba ver los destellos de la misma. De nuestro entraron creyendo que podría haber alguien más investigando con una linterna pero allí no había nadie más o, tal vez, estaban acompañados por algo que no era de este mundo…

Es un edificio encantado, presuntamente, donde se manifiesta lo imposible y donde los buscadores de lo imposible se afanan por desentrañar su misterio de «otro mundo».