El fenómeno paranormal, en muchas ocasiones, puede surgir cuando menos se espera, son atemporales, imprevisibles y sorprendentes; en cualquiera de los casos suele ser un fenómeno que despierta la curiosidad de los investigadores y que, ante todo, se debe buscar en su pasado las huellas de lo paranormal en el presente.
Un buen ejemplo de ello lo podemos encontrar en el Centro de Música en Aguilar de la Frontera, en la provincia de Córdoba, donde suceden todo tipo de hechos que, desde luego, no tienen ninguna explicación y que pueden calificarse bien como de «extraños» o «sobrenaturales», máxime cuando hay una gran cantidad de testigos que así lo atestiguan.
Es un lugar que está cargado de hechos inquietantes, de experiencias demoledoras y donde ocurren cosas de lo más extrañas como, por ejemplo, instrumentos musicales que tocan solos sin ser manipulador por manos humanas, niños invisibles que corren por sus pasillos o gritos desgarradores en la parte baja que, desde luego, hielan la sangre de quienes lo escuchan.
Hoy día el fenómeno está «vivo» en su interior en un edificio que está encuadrado dentro de las dependencias municipales y hace una función de espacio escénico polivalente dándose la circunstancia que se trata de una antigua iglesia con advocación a la Virgen de los Desamparados y que guarda muchas sorpresas en su interior.
Así es un amigo e investigador, José Manuel Morales Gajete, quién en el marco de unas jornadas de misterio, me comentaba: «allí pasan cosas raras desde hace mucho tiempo, fenómenos que no tienen explicación ninguna y que, incluso, a afectado a los propios trabajadores del centro que también llevan vivido lo suyo con todo lo que pasa».
Testimonios de experiencias muy sorprendentes
Y no le falta razón pues hay testimonios realmente impresionantes, como el de un profesor de música llamado Juan Antonio Jiménez, que se encontraba en una sala acompañado cuando, de repente, «sonó el bombo como si lo tocara alguien pero allí no había nadie, estábamos solos en la sala». En otra ocasión «terminé la clase y hablaba con una alumna, miré hacia una zona determinada, me giré, y vi en la cortina un bulto y el bulto se acercaba hacia mi, cuando estaba muy cerca la cortina se abrió y no había nada» decía asombrado, y no es para menos.
Otros afectados hablan de instrumentos musicales que suenan solos como un teclado que se le escuchó, en varias ocasiones, pulsar una tecla emitiendo el sonido de la nota o escuchar timbales sonar, claramente, pero que no eran tocados por nadie pues en la sala no había nadie, se dirigieron a ella y abrieron la puerta para ver que todo estaba solo. ¿Quién tocaba los timbales? La persona que lo escuchó se encontraba tocando el trombón y prefirió dejarlo, recoger e irse, demasiadas emociones para una sola tarde-noche.
Igualmente la concejal de Cultura, Carmen Lucena, hablaba de un fenómeno muy impactante: «sentimos a niños y algo rozó las piernas, a la vez de eso mucho frio» en un claro fenómeno de termogénesis.
Otro testimonio importante es el de una persona vinculada al servicio de limpieza, a Inmaculada Palma, que estaba realizando allí su trabajo cuando escuchó, en un punto de la planta baja, un grito que parecía proceden del fondo de la estancia, un grito como «alargado en el tiempo, de persona, pero no había nadie». La chica, asustada, tiró lo que tenía en las manos y salió corriendo hacia la parte de arriba jurando que no volvería a bajar sola allí. «Si me vuelven a llamar para trabajar en este sitio te puedo decir que no lo voy a aceptar», ante el miedo que pasó.
Explicaciones e investigaciones en el centro
Pasear por los pasillos del centro es muy interesante, colorista, con una gran cantidad de estancia y todo preparado para la actividad que se desarrolla en su interior. No hay alteraciones extrañas pero lo cierto es que los medidores de EMF suelen descontrolarse en determinadas salas, igualmente los medidores de temperaturas registran bajadas que no son normales y las cámaras de visión térmica registran «masas frías» de difícil explicación.
La respuesta a lo que sucede en este centro podría tenerlo su pasado pues la Iglesia de los Desamparados es un edificio de finales del siglo XVIII, de 1794. Francisco Zurera, historiador, decía que en la década del 2000 se hicieron unas catas arqueológicas y se descubrieron entre 115 y 130 personas, en diferentes estratos de antigüedad donde, incluso, se hallaron restos de niños. Estos restos humanos podrían ser debidos a las diferentes epidemias del pueblo en los siglos XVIII y XIX y que hoy, de alguna forma, habrían despertado. Quizás una obra o una persona de especial sensibilidad haya sido el desencadenante.
Son los fenómenos paranormales de este centro municipal de Aguilar de la Frontera, allá donde lo imposible se hace realidad y la realidad es más sorprendente que la ficción.