Hace mucho tiempo que conozco a José Antonio Caravaca, desde aquel mítico boletín informativo, «Investigación», que editaba en Cádiz un común amigo como Paco Cabrera. Recuerdo que siempre sorprendía con sus artículos dedicados a los avistamientos OVNIs y encuentros en El Cobre y la zona de Algeciras y ya, en la década de los 90, apuntaba a ser uno de los más grandes ufólogos de esta país.
Caravaca: Un buscador de respuestas
El tiempo pasó, escribió cientos de artículos e hizo numerosos reportajes, escribió varios libros de diferente género pero orbitando, la mayoría, en torno a los OVNIs y, un buen día, nos sorprendió a todos yendo más allá de los OVNIs, queriendo dar explicaciones a un fenómeno intrigante por el que aún nos hacemos preguntas.
Fruto de aquel esfuerzo y trabajo abnegado surgió su «Teoría de la Distorsión». Como si un Julio Verne o Charles Fort hubiera sido, durante años, recopiló todo tipo de información de encuentros y avistamientos, estableció paralelismos, realizó un trabajo único y digno de elogio para, posteriormente, darle forma como libro y compartirlo con todos aquellos que tienen las mismas inquietudes.
Muchos de esos encuentros imposibles los conoce bien, se produjeron en Cádiz, como el «Caso Conil», los encuentros en El Cobre o la experiencia de un trabajador del Ayuntamiento de Algeciras que, en 1981, pudo ver una extraña nave con sus tripulantes, era el caso de Juan González Santos en la N-340.
¿Qué hay de trasfondo?
Pero, más allá de los avistamientos de luces o los encuentros con humanoides tripulantes -que no es poco- hay «algo» más allá a lo que poder sumar horas de estudio, es sacar una línea informativa de todo ello, de esta forma el propio José Antonio habla de las tipologías de esos seres, desde entidades de pequeña altura a otros que son todo lo contrario, desde los que necesitan una especie de máscara o escafandras para respirar a los que son «cabezones y de ojos grandes», los que llevan ropas ajustadas a los que dejan ver una especie de forma acolchada. La variedad casi no tiene límites, como los propios OVNIs y sus muchas formas.
En la «Teoría de la Distorsión» que presenta José Antonio Caravaca se explica como la forma en la que se perciben estas criaturas es importante, en función de la persona cambia, pero también en función de la cultura o la época en la que se tuvo el encuentro, los condicionantes sociales o culturales. De esta forma el fenómeno como tal presente un alto grado de interés pero también de desconcierto pues hay como una adaptación o acomodación psicológica a la propia persona, a su cultura, a la región donde vive e, incluso, a su pensamiento.
El factor testigo siempre ha sido importante pero hay un interesante punto de psicología en estos encuentros donde puede tener una percepción, en apariencia, real, en una compleja escenografía. Si se revisan los encuentros OVNI de otras épocas incluso podremos ver esta categorización donde, por ejemplo, un «tripulante», en la Edad Media, podría ser considerado un demonio o un ángel y donde jugaba un papel fundamental la época y la religiosidad. Pero en otros tiempos pudieron tener carácter mitológico o de criaturas sobrenaturales. El paradigma es el mismo pero de adapta a la persona y al tiempo en el que vive. el factor cultural es clave en todas esas descripciones que da a entender que también hay un innegable factor psicológico.
La importancia de los testimonios
Y esto es sólo una parte del voluminoso trabajo realizado, con mucho esfuerzo, por José Antonio Caravaca. En sus propias palabras decía: «Es más que factible que lo que hemos estado catalogando históricamente cómo unos testimonios confiables de una presencia alienígena en nuestro planeta sea, en la realidad, un tipo de manifestación que estaría más relacionadas con la percepción humana de esas otras realidades o dimensiones que con la existencia de unos hipotéticos viajeros espaciales. En mi opinión hay un fenómeno antiquísimo que en determinadas y especificas circunstancias, este fenómeno tiene la capacidad de presentarse ante nuestros ojos teniendo diferentes roles socioculturales, nosotros somos los que los hemos etiquetado como sobrenaturales o extraordinarios. Pero en cada época esas enigmáticas apariciones se adecúan a una estética expresa conforme y en función a nuestra cultura y ciencia”.
Un trabajo extraordinario surgido del corazón de Cádiz, de Algeciras, que merece la pena conocer y que ha sido editado por Guante Blanco. Les recomiendo «Encuentros cercanos con OVNIs», «En la mente de los OVNIs», «OVNIs: las mejores evidencias» y «Distorsión, ¿una teoría explicativa». Seguramente vengan más libros pero a él nadie le podrá quitar el haber hecho historia en la Ufología española e internacional.