Hay veces que nos quedamos fascinados por objetos ordinarios que tienen un extraño poder e influencia sobre nosotros, no lo sabríamos explicar, sólo nuestro deseo de poseerlo. Quizás ese mismo deseo es el que va a ser el hilo conductor de la misteriosa caja Dybbuk.
Habría que comenzar diciendo que la caja Dybbuk es el nombre que se dio a un mueble para almacenar vinos, en su desconocimiento no sabían que –según la tradición judía- en el interior de aquel aparente “mueble” vivía un Dybbuk; un espíritu judío.
La fama de la caja llegó cuando fue vendida por la casa de subastas en internet eBay junto con su historia de horror y terribles sucesos ocurridos en torno a ella.
Se popularizó mundialmente a raíz del lanzamiento en la gran pantalla de la película “The Possession” (“El origen del mal”) dirigida por Sam Reimi y basada en hechos reales.
En la película se narra cómo sinopsis que “Clyde (Jeffrey Dean Morgan) y Stephanie Brenek (Kyra Sedgwick) se preocupan al ver a su hija menor obsesionándose con una antigua caja de madera que compró de segunda mano.
A medida que el comportamiento empeora y se vuelve más agresiva, además de observar fenómenos paranormales, la pareja teme que haya la presencia de una fuerza maléfica entre ellos. Descubren que la caja fue construida para contener una dybbuk, un espíritu malévolo según la tradición judía, y que destruye a su huésped humano”.
Un guion así es propio de una película de terror pero había algo más que sería descubierto por el diario estadounidense “Los Angeles Times” y que era una realidad terrorífica: la caja Dybbuk existió realmente teniendo constancia de ella en 2004 y siendo vendida en eBay a John Haxton, un conservador de museo por 280 dólares.
Inicialmente fue adquirida por un anticuario, en la típica venta de objetos de “garaje” que se hacen en los Estados Unidos, aquel hombre sintió fascinación y ni siquiera regateó el precio; Kevin Mannis de Oregón, no sospechaba lo que se le venía encima, era un coleccionista de antigüedades y el siglo de antigüedad de la caja (103 años), perteneciente a la abuela de la vendedora lo seducían; pero le chocó lo que le dijo alguien: “no abras la caja”. Pero al llegar a su casa no se resistió y la abrió…
En su interior había dos mechones de pelo, una losa de granito, un capullo de rosa seca, una copa, dos monedas de un centavo de trigo (moneda Estadounidense de 1909), una vela y, supuestamente, un “dybbuk”, una especie de espíritu popular en el folclore judío.
Llevó la caja a su establecimiento de antigüedades y, según su testimonio, era como si desde que entró aquel objeto en la tienda una “fuerza misteriosa estuviera presente, rompiendo artículos de la tienda y asustando a sus trabajadores, además se percibía olores como flores de jazmín en diversas partes del negocio”.
Tuvo la idea de regalar el objeto a su madre que al abrirlo recibió una extraña bocanada de aire y sufrió un derrame cerebral que la dejó temporalmente sin poder hablar.
Mannis decidió desprenderse de ella ya la vendió por eBay al universitario Iosif Nietzke, al precio de 140 dólares. Comenzó a hacer un diario –tipo blog- donde hacía partícipes a sus lectores del vivir diario junto a aquel objeto. Todo transcurría con normalidad hasta que olores extraños invadieron su casa, una invasión de insectos, mal funcionamiento de aparatos electrónicos y una especie de manchas oscuras verticales. Su carácter se vio afectado, incluso desatendió su aspecto y aseo personal, el cambio fue radical en poco tiempo, Nietzke no parecía él y cansado de todos estos fenómenos de nuevo puso a la venta en eBay la caja.
Iosif Nietzke, hizo una curiosa descripción: “caja embrujada judía” que asoló a varios propietarios con la mala suerte y una serie de extraños sucesos paranormales.
Curiosamente su valor se disparó, de 1 dólar subió rápidamente a 50 dólares hasta que finalmente logró el precio de 280 dólares apostado por un conservador de museo universitario llamado Jason Haxton de Missouri. Tras ello muchos fueron los que se ofrecieron a investigar la caja Dybbuk y los que se pusieron en contacto con su comprador.
Los fenómenos paranormales en la casa de Haxton se comenzaron a manifestar. Una mañana se despertó de golpe como si alguien le hubiese empujado o el sabor metálico en la boca, congestión nasal y tos constante, además dice que en ocasiones huele a orina del gato y flores. Eso le animó a abrir una página web www.dibbukbox.com para más información referente a la caja.
Según los expertos que analizaron el caso la misteriosa caja podría contener elementos que podrían haber servido para guardar elementos de personas difuntas, recuerdos de familiares muertos. Ello formaría una especie de “almacén” de energía del alma sirviendo de puerta a espíritus o presencias negativas. Es sólo una hipótesis.
En la actualidad la caja Dybbuk no ha deparado más sorpresas, quizás porque espera que otro curioso abra sus puertas.