Extremadura es tierra de misterios, de belleza sin igual y de sorpresas, algunas de ellas pueden abarcar toda una eternidad, y es el caso de la monja espectral que se aparecen en Badajoz, en el Hospital del Perpetuo Socorro.
Allí, en sus fríos pasillos siempre se encontraron relatos y testimonios de personas que afirmaban haberse encontrado, cara a cara, con lo imposible, con una aparición de una religiosa que viste hábito blanco y pese a haber muerto sigue vinculada al lugar en el que pasó buena parte de su vida, las eternas rondas de la monja espectral.
Pero todo tiene una antítesis y también se habla en el lugar de una ‘Dama de Negro’ que vaga por toda la eternidad levitando por los pasillos ante la consternación que ello provoca en quién es el inesperado testigo de lo insólito.
Israel J. Espino cuenta al respecto, en virtud de los testimonios recabados, que «la verdad es que la familia estaba muy reticente a entrar en plató. Son de un pueblo y temían el ‘qué dirán’, pero está claro que gracias a valientes como ellos cada vez hay menos vergüenza a contar experiencias extrañas. A todos nos puede pasar algo inexplicable en la vida», tras una reciente aparición en televisión al respecto de esta aparición.
Historia del la monja y el hospital
En torno a ello se habla de una experiencia actual de una chica que vio a la monja fantasma y «le mandó un mensaje a su madre para avisarle de que estaban hablando de la mujer que habló con ella hace unos veinte años, cuando su hija se encontraba en coma en la UCI». El impactante testimonio prosigue «esta misteriosa mujer, según cuenta la familia, les entregó un objeto y desapareció, diciéndole que no se preocupasen, que su hija se recuperaría.
Así ocurrió casi inmediatamente, y desde entonces la familia ha guardado silencio sobre la experiencia, hasta ahora. La madre no tiene dudas de que fue la Dama de Negro del Hospital de Badajoz la que habló con ella».
Habría que separar bien lo que es leyenda de lo que es realidad, así Israel J. Espino decía que: «Yo no diría que son leyendas, puesto que no tienen una historia detrás y no están perdidas en el tiempo, sino testimonios de personas, la mayoría trabajadores del hospital, y algunos bastante escépticos, que en un momento dado se encontraron con alguien que desapareció ante sus ojos.
En estos testimonios he encontrado dos arquetipos que se repiten: una monja y una señora vestida de negro con el pelo también muy negro y liso, que por algunas descripciones podría ser una toca de monja».
El misterio siempre está de enhorabuena cuando investigadores y divulgadores se afanan por contar el producto de su trabajo.