La triste noticia de los incendios forestales que asolan al norte de Extremadura hacen que recuerde los buenos momentos de investigación y ocio vividos allí y que quiera hablarles de una aparición muy especial que tiene como escenario la incomparable -y misteriosa- zona de Las Hurdes.
Si nos desplazamos a la alquería de Aceitunilla en las proximidades con la carretera a Nuñomoral, encontraremos que se habla de una aparición espectral muy especial, de un «Niño Blanco», como lo llaman allí, y que no debe tener demasiada edad aunque siempre crea el miedo entre sus habitantes y visitantes de encontrarse con él.
Testimonios directos con el «Niño Blanco»
La descripción que hacen los testigos indica que no tiene mucha edad, Antonio R., vecino de la zona me decía en una investigación realizada en Las Hurdes sobre el niño:
«No se, tendría como mucho unos tres o cuatro añitos, yo lo vi muy bien. Venía por el camino y sentí como lloraba alguien, eran un llanto muy lejano y pensé que podía ser algún animalillo aunque, en el fondo, sabía que no. La cosa es que miré y vi, a unos 10 metros a la forma de un niño como luminoso, con ropa clara que no te sabría decir el color pero era clara y me dio mucho miedo, la verdad, supe que no era de este mundo y aquel llanto me ponía los pelos de punta» confesaba.
Se sabe que este «Niño de Blanco» o «Niño de nadie» como yo prefiero llamarlo se aparece en ese mismo punto desde el año 1870, más de un siglo y medio, cuando ya tuvo acto de aparición en varias ocasiones y los testigos corrían aterrados y, por las noches, evitaban pasar por donde suele aparecerse.
Israel Espino, la magnífica investigadora extremeña tiene documentados muchos casos en toda la comunidad autónoma y este «Niño de Blanco» no es ninguna excepción. Sobre la misma Pedro Martín decía: «Sucedió una noche cuando iba en dirección a mi casa en moto. Poco antes de llegar se me paró en una curva, justo en un lugar que siempre me había producido algo de respeto. Miro y me encuentro con un crío vestido todo de blanco. Parecía un monaguillo con una chilaba blanca» desvaneciéndose cuando llegaba al muro del cementerio.
Más apariciones del Niño Blanco de la Hurdes
Otra aparición de este fantasma infantil sucede, tal y como se tiene constancia, el 14 de julio de 1987, cuando Juan José Azabal y sus amigos vieron, entre los matorrales como «surgió una especie de feto con una cabeza desproporcionada». El impacto fue tal que salieron corriendo de allí hasta llegar a la localidad de Aceitunilla.
También el historiador José María Domínguez cuenta, en sus crónicas de Ahigal, que en la casa de una familia la abuela sintió como llamaban a la puerta y al abrir encontró a la forma «de un niño vestido con un babi blanco que le llegaba hasta los pies».
Otro relato es el de David Gutiérrez cuando, en una inolvidable madrugada de agosto vio algo que le rompió los esquemas mentales: «en cuestión de segundos vi un cuerpo flotando, suspendido en el aire, con los brazos estirados, que se acercaba a mí. Era una figura muy blanca con los ojos muy grandes. Sentí tanto miedo que salí corriendo a la habitación de al lado. Cuando regresamos al dormitorio ya no había nada».
Son relatos de esta aparición tan singular de aquel «Niño Blanco» que nadie sabe lo que le ocurrió ni por qué se encuentra apegado a este lugar que es escenario de los fenómenos paranormales que narran los testigos que lo han vivido en primera persona.