Llamadas del más allá, mensajes de ‘otra vida’

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¿Qué sentiría si un día -o una noche- recibe una llamada telefónica y al otro lado se comunica con usted una persona ya fallecida? El espanto y la perplejidad sería la nota normal y predominante.

Fue en la década de los 70 del siglo pasado cuando investigadores como el doctor Scott Rogo o Raymond Bayless comenzaron a investigar en este mismo campo y trata de descubrir si, de verdad, tras esas llamadas telefónicas, se escondía realmente un difunto tal y como afirmaban sus familiares.

Y no fue un estudio cualquiera pues dio lugar a una importante obra: ‘Phone calls from the dead’, que traducido podría ser ‘Llamadas telefónicas desde la muerte’. Entre los casos más destacados cabría reseñar el de Mary Meredith, una señora que recibió la llamada telefónica de su prima recién fallecida en el momento en el que leía una nota de su madre en la que le informaba de la muerte de esta.

Según el estudio de estos dos reputados profesionales, las llamadas del más allá duraban escasamente unos segundos y eran voces -por lo general- distorsionadas y con interferencias. Además se recibían cuando los familiares mostraban el deseo de haber hablado -en vida- con el fallecido.

Llamadas al movil o celular de espíritus

En Sevilla un reconocido pintor tuvo una experiencia sorprendente: «Mi padre había fallecido hacía unos meses, aquella noche era la de su cumpleaños, me encontraba un tanto inquieto y sobre las dos de la mañana sonó el teléfono. Miré la pantalla y ponía ‘Papá’ y su teléfono. Pensé que podía tratarse de mi hermana que estaría probando en su casa el teléfono de mi padre, que se lo habría quedado ella. Descolgué y a lo lejos sólo sentía un ‘Hijo, hijo…’. No me lo podía creer, era mi padre. Le contesté y estuvo hablando con él unos minutos. Te garantizo que aquello no era un sueño. Cuando se despidió de mí me dijo que me cuidara por un enfermedad recién diagnosticada. Al cerrarse la comunicación recordé que las cosas de mi padre las tenía yo, fui al despacho y allí, en una caja de folios, estaba su cartera, sus gafas y su móvil, con la batería quitada… Fue un hecho que me dejó conmocionado, mi padre habló conmigo después de su muerte y fue una experiencia muy bonita». Y es que no siempre tiene que dar miedo. ¿Qué no darían muchas personas por tener una última conversación con la persona querida y fallecida?

Pero todo esto es un viejo deseo del ser humano, Marconi o el mismo Thomas Alva Edison intentaron crear una máquina para hablar con los difuntos, dicen que el fonógrafo no sería más que un fallido intento de ello.

Para los psicólogos todo ello tiene una explicación, el deseo de no olvidar a un familiar fallecido, el consuelo de poder hablar una vez más con ellos, pero también lo explican como fraudes, sueños lúcidos o trastornos mentales. Más difícil de explicar es cuando la llamada queda reflejada en el móvil y procede del  aparato del difunto que se encuentra desconectado y sin baterías. Vivimos en un mundo de fenómenos extraños.