Misterios en la Casa Hacienda San José

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En pleno siglo XXI desconocemos aun el mecanismo por el cual se producen determinados fenómenos paranormales en un edificio habitado o casa abandonada; los fenómenos paranormales no tienen un patrón fijo y, mucho menos, un horario a cumplir, por lo que su manifestación puede producirse en cualquier momento y en el lugar más insospechado.

Evidentemente hay ubicaciones que son más proclives a manifestar lo imposible que otras, edificio antiguos cargados de Historia o con hechos lúgubres que hacen que esos mismos fenómenos extraños estén más cercanos de lo que podríamos creer.

El grupo de investigación GPS se desplazó a la denominada ‘Casa Hacienda San José’ –nombre dado, ficticiamente, por el grupo atendiendo a su localización geográfica- en el término de San José de la Rinconada y que no hay que confundir con la ‘Hacienda Santa Cruz’ -relacionada con la azucarera- en esta misma localidad. Allí se tiene constancia -según su investigación- de la existencia de esta edificación desde finales del siglo XVl o principios del XVll, perteneciendo inicialmente la Compañía de Jesús, a los hermanos Jesuitas, con un uso de explotación mixta dedicaba al olivo (aceite) y cereales. Como vestigio mudo de esta actividad aún quedan visibles, y semienterradas,  aquellas grandes vasijas donde se vertía el aceite que sacaban de las aceitunas y permanecían macerando.

En su historia particular también figura la Casa de Alba que colaboró con la expulsión de la congregación de los hermanos Jesuitas de la ciudad así como en la expropiación de todas las propiedades durante la Desamortización de Mendizábal. Propiedades pertenecientes a congregaciones religiosas que estaban repartidas por otros municipios sevillanos tales como Alcalá de Guadaira, Gerena, Carmona, San José de la Rinconada y otros muchos.

La ‘Hacienda San José’ quedó sin dueño y fue el momento en el que la propiedad se subastó y pasó engrosar el patrimonio de la Casa de Alba, así como otras muchas haciendas de la provincia como Algarvejo, San Francisco de Los Ángeles o la finca de La Pizana.

Abolida la ley de Señoríos, en 1937, la casa Ducal vendió varias propiedades, entre esas ventas estaba la finca donde se encuentra el edificio encantado que investigamos y que, a lo largo de los años, ha tenido diferentes propietarios, entre ellos una famosa empresa sevillana.

Son los investigadores locales Lorenzo Cabezas y Carmen Bravo, junto con la periodista Elvira Lozano, los que comienzan una inédita investigación en el lugar.

Destaca de la construcción la disposición monástica con un gran patio central, un pozo exterior, una huerta cuadra, una gran cocina, un refectorio o salón y un gran número de habitaciones/celdas; igualmente destaca su parte alta, el segundo piso del mismo que, debido al mal estado, no se ha podido acceder al mismo. Igualmente quedan restos de la casa del guardés, un pequeño molino y la torre de contrapeso ya casi inexistente. Por último destaca la capilla donde se encontraba el altar y donde aún quedan los vestigios pétreos de las pilas de santiguarse marcadas en el suelo y las paredes.

El lugar tiene su propia leyenda, casi con estética becqueriana, en las cercanías –según narran los más viejos del lugar-  se aparece un hombre vestido de época, de años atrás, de aspecto serio, que entra en el establecimiento y, casi sin levantar la cabeza, se dirige al tabernero pidiéndole un paquete de tabaco marca «Ideal»,  ante la imposibilidad de servirle el tabaco se le ofrece otra marca disponible que tiene en la máquina expendedora, el hombre, sin abrir la boca y con la cabeza cabizbaja, simplemente se da la vuelta y lo ven adentrarse en las ruinas del cortijo donde desaparece.

En la investigación de campo realizada por el grupo de investigación GPS realizaron diferentes pruebas, documentaron gráficamente todo el entorno y cada rincón del edificio. Exploraron con detenimiento el cortijo teniendo especial cuidado en los diferentes agujeros en el terreno y comenzaron su investigación con grabadoras de audio, cámaras fotográficas, vídeo y la denominada ‘caja de espíritus’ o ‘Spirit Box’, que en los últimos tiempos está siendo utilizada -a modo orientativo sólo- por grupos en sus investigaciones.

Así el grupo GPS llevaba consigo estas máquinas -la versión 1 y 2- para tratar de captar las voces de lo imposible, las voces del misterio. Pero no hizo falta casi pues nada más comenzar la investigación pudieron escuchar, en varias ocasiones, pasos en la planta superior donde se encuentran los dormitorios. Puntualizando que el 90% del techo se encuentra derribado pudiéndose apreciar desde el primer piso las puertas de las habitaciones o celdas.

Armados con la ‘Spirit Box 2’,  de la compañera Verónica Almarcha, comenzaron la ronda de preguntas, la primera: “¿Eres un trabajador de este cortijo?” obteniendo como lacónica y terrible respuesta: “Mala muerte”.

Ello rescata una segunda historia, casi leyenda, que nos dice que en este cortijo vivían un trabajador junto a su esposa, un día regresa pronto de la faena del campo y la sorprende junto a uno de los señoritos, ante la impotencia de ver aquella escena en su lecho se va a la torre y desde allí se quita la vida ahorcándose.

Una nueva pregunta se formula en esta ronda en busca del registro psicofónico: “¿Estás con nosotros?” y una voz solemne e impresionante responde: “Estamos”.

El grupo pudo ver una sombra grande, negra, en el pasillo donde se ubicaba la investigación. La testigo, e investigadora, Carmen Bravo lo describe como “un hombre bastante corpulento que surgió justo detrás de pedir, en la sesión de psicofonías, que: “si había alguien hiciera algún tipo de señal”, y apareció esa sombra”.

La investigación en la ‘Hacienda San José’ sigue abierta tratando de buscar la esencia del misterio y el contacto con el más allá.