Hay ocasiones en las que un fenómeno natural puede ser confundido con un fenómeno de carácter inexplicado atendiendo a las circunstancias que rodean al protagonista del hecho. En muchas ocasiones la explicación más sencilla suele ser la acertada, sin buscar más rarezas a un caso que lo reúne todo. En el caso que nos ocupa TODO FUE UN BULO.
La Catedral de Sevilla, en su altar, guarda celosamente en una urna de plata, los restos del Rey Santo, de Fernando III, bajo la imagen de la Virgen de los Reyes. Cuerpo incorrupto cuya vida y milagros le valió ser canonizado en 1.671, bajo el papado de Clemente X, y reinando en España de Carlos II.
Fernando III, Santo Patrón de Sevilla, hijo de Alfonso IX y Berenguela, nació en la población zamorana de Valparaíso en el año 1.199 o 1.201. Tras la muerte de Enrique I y de su padre Alfonso IX, en 1.230, une las coronas de Castilla y León.
Cabeza de la Reconquista en 1.224, logró situar a la corona Castellano – Leonesa en la primera, por extensión, de España.
Falleció en el año 1.252, fue enterrado en la Catedral de Sevilla. Coincidiendo con su onomástica, que se celebra el 30 de mayo, es expuesto su cuerpo incorrupto, en la Catedral.
Y la sorpresa surge cuando en la última ostensión del cuerpo, cuya momia lleva visitándose públicamente 763 años, se produce un raro incidente para unos real y para otros incierto. ¿Qué ha sucedido? Pues que el Rey Santo parece que sufrió como uno de sus miembros, una pierna, se movía. Desde una publicación digital sevillana se narraba: «Decenas de testigos pudieron advertir en la capilla Real de la Catedral de Sevilla, como el cadáver incorrupto de San Fernando daba lo que parecía ser una pequeña cojetá.
Los allí reunidos, precisamente, para rendir sus respetos a los restos del patrón de la ciudad, San Fernando, no salían de su asombro, aunque sí de la capilla real, que quedó vacía en segundos tras el extraño suceso». ¿Donde está la pega? Que la revista Sevilla Today es de humor satírico y la credibilidad es escasa.
Por su parte las autoridades eclesiásticas no han hecho ninguna declaración sobre el tema, que ha llamado la atención y que convoca al misterio, la revista recoge “eso sin tener en cuenta días como hoy, aniversario de su conquista de Sevilla, en los que la nube de buenos recuerdos se le hace insoportable.
Además tengan en cuenta que todos esos miles de sevillanos que pasan mirándolo con carita descompuesta no ayuda, la verdad…”, publica la mencionada revista digital Sevilla Today. Quizás un poco más de respeto sería lo más correcto respetando enormemente al género de la publicación.
Este investigador fue uno de los sevillanos que visitó ese mismo lugar pues, como amante de misterios y temas extraños de la ciudad, es un buen día para visitar al Rey Santo como a otras momias ilustres y cuerpos incorruptos de la ciudad. Me comentaron este hecho, busqué información y no encontré nada sobre ello y salvo algo en un tono irónico que tampoco invitaba a creer el rumor de lo sucedido, hasta que desde dentro del templo una voz amiga me indicó: «algo de ello ha habido». Sorpresa…
Si no hubiera sido un bulo -que lo es-, y puestos a ser racionales, por buscarle una explicación hay muchas y diversas, desde un simple movimiento de la urna que pudo desplazar alguna parte del cuerpo y al tiempo manifestar ese movimiento de desequilibrio hasta el mismo estrés al que se ve sometido cada año. Las consultan ya han sido elevadas a los forenses y estoy a la espera de respuesta a un hecho que es un bulo, más en la ficción que en la realidad, para ser un poco racional.