El padre José María Pilón, sacerdote y erudito, ha marcado una huella indeleble en el mundo del misterio o de la parapsicología y la investigación de fenómenos anómalos y/o paranormales.
Nacido con una curiosidad insaciable y una mente inquisitiva, Pilón se graduó con alta nota, con honores, destacado en Filosofía y Sagrada Teología en la prestigiosa Universidad de Granada, donde empezó a forjar su camino hacia la exploración de lo inexplicable.
Desde hace décadas, el padre Pilón se ha dedicado apasionadamente al estudio y la comprensión de lo extraño, de los fenómenos paranormales. En enero del año 1987, fundó el grupo de investigación Hepta, convirtiéndose en un referente en la comunidad dedicada a desentrañar los misterios del mundo más allá de lo racional, de lo visible.
Su incansable labor lo llevó a dirigir durante años las célebres conferencias de Madrid o Jornadas de Parapsicología en el “Salón Borja” de la religiosa Casa Profesa de los Jesuitas en la popular calle Serrano de la capital española, eventos que se convirtieron en punto de encuentro para investigadores, curiosos y escépticos por igual.
Las contribuciones del padre Pilón han sido vastas y significativas. Sus intervenciones en casos de con impresionantes fenómenos paranormales como el Palacio de Linares y el «Baúl del Monje» en la capital fueron destacado y lo han establecido como una autoridad en la materia.
Además, su habilidad para localizar pozos utilizando el péndulo o las varillas, así como su destreza para buscar personas desaparecidas, incluso aquellas víctimas de secuestros, mediante sus habilidades radiestésicas, han sido aclamadas y reconocidas tanto por el público como por sus pares.
Como cofundador de la Asociación de Amigos de la Parapsicología, AMIPSA, el padre Pilón fue un benefactor y ha contribuido al establecimiento y crecimiento de una comunidad dedicada al estudio serio de lo paranormal.
Sus esfuerzos se han plasmado en obras destacadas como «El gran libro de la radiestesia» y «Lo paranormal, ¿existe?», textos que han iluminado y educado a generaciones de lectores ávidos de comprender lo inexplicable.
La pasión, el compromiso y la erudición del padre José María Pilón lo han convertido en una figura icónica en el campo de la parapsicología, ganándose el reconocimiento y el afecto de aquellos que buscan respuestas más allá de lo convencional.
Su legado perdurará siempre como un faro para las futuras generaciones de buscadores de la verdad oculta en los misterios del universo.
El padre José María Pilón ha demostrado a lo largo de su carrera un compromiso inquebrantable con la exploración de los límites de la realidad conocida. Su enfoque riguroso y su disposición para desafiar las convenciones han llevado a avances significativos en el entendimiento de los fenómenos paranormales, ganándose el respeto, la empatía y la admiración de sus colegas y seguidores.
Su participación en la fundación de la Asociación de Amigos de la Parapsicología ha permitido que sus contribuciones trasciendan lo académico, creando un espacio para el intercambio de ideas y el fomento de una comunidad comprometida con la investigación seria y objetiva de lo paranormal.
A lo largo de su trayectoria, el padre Pilón ha desafiado prejuicios y escepticismo, abogando por un enfoque científico y empírico en el estudio de lo inexplicable.
Su valentía y rigor para enfrentar lo desconocido así como su dedicación para brindar respuestas fundamentadas han sido fundamentales para legitimar el campo de la parapsicología y abrir nuevas perspectivas en la comprensión de la naturaleza humana y del universo en su totalidad.
José María Pilón fue sinónimo de investigación paranormal y de amor por todo lo misterioso y lo extraño, cuidó al máximo rodearse de personas con las mimas inquietudes y que pudieran formar un sólido equipo con el que poder ir a investigar a numerosos lugares por toda España.
Grupo HEPTA
Este hecho que le granjeó haber conseguido el estudio de casos tan sorprendentes como fascinantes y con el rigor que se les atribuye pues el Grupo HEPTA aun está operativo y sus componentes renovándose teniendo aún la experiencia de personas ilustradas como Sol Blanco Soler o de Piedad Cravero a quienes se ha unido el famoso médium, el televisivo, Aldo Linares.
La metodología, la exhaustividad, el rigor y las formas que aplicaba a sus investigaciones van más allá de lo imaginable. Era un hombre de una exquisita cultura y amplios conocimientos en muchas ramas del saber pero también logró que la Iglesia aceptara está derivación en cuanto a sus aficiones que no quebrantaba su fe ni hacía que fuera en contra de ningún principio religioso.
Aún más fue su dedicación a todos los demás y a los necesitados o a su ministerio si bien es cierto que destacó, sobre todo, por esta particular forma de entender la vida y el misterio.
El legado del padre José María Pilón es uno de valentía intelectual, perseverancia y empatía. Su incansable búsqueda de la verdad ha inspirado a muchos a cuestionar lo establecido y a aventurarse en los territorios inexplorados de la mente y el espíritu. Su influencia perdurará como un faro de sabiduría y coraje para todos aquellos que se adentren en los misterios del mundo invisible.