/Fue uno de los grandes alquimistas -¿y mago?- de la Inglaterra del siglo XVI, al servicio de su majestad, cual 007, John Dee (1527 a 1608) fue una de las personas de confianza de la reina Isabel I y, también, escondía muchos secretos.
Poseía un espejo que decían que «era mágico» y siempre alimentó la curiosidad y la imaginación de todos. Quizás por ello el doctor Yaroslav Kuzmín, del Instituto de Geología y Minerología de Rusia, junto a un grupo de expertos internacionales, quisieron estudiar mejor la pieza afirmando que tiene un origen mexicano, de Mesoamérica.
El estudio se llevó a cabo en las instalaciones del Museo Británico y se decía, a modo casi de leyenda, que lo utilizaban en sesiones de ocultismo para invocar a los espíritus, si bien es cierto que, objetivamente, perteneció a John Dee y está realizado en obsidiana.
El investigador indicó sobre este particular que «se creía que el origen de la roca a partir de la cual se hizo el objeto era México, pero no se han realizado análisis científicos previamente», sólo se conocen 16 espejos similares -en obsidiana pulida- en el mundo «y todos ellos pertenecieron a la élite del estado azteca, conquistado por los españoles a principios del siglo XVI».
Del espejo se dijo que podía ser, igualmente, de origen italiano, teniendo su cuna en la isla italiana de Lipari, conocedor de esta circunstancia quiso hacer un análisis geoquímico del objeto siendo realizado por los expertos de la Universidad de Mánchester (Reino Unido), Stuart Campbell y Elizabeth Healey, con Kuzmín, que indicó que «juntos, logramos determinar que la fuente principal de ese objeto único es Pachuca, en México, donde el tamaño de los bloques de obsidiana, sin grietas u otros defectos, alcanza un metro y más».
Se cree que el espejo viajó de México a España de aquí a Francia. Se piensa que William Pickering dio la valiosa pieza a John Dee por William Pickering, aunque «no se puede descartar que piratas británicos interceptaran una caravana española de barcos con oro y joyas procedente de México, donde estaría el espejo de obsidiana que, de un modo u otro, llegó a John Dee».
Es otro de los misterios en torno a John Dee que, ahora, parece haber sido resuelto.