La historia de los hospitales psiquiátricos es realmente terrible, sobre todo por las prácticas que se realizaron en su interior, desde «terapias» de electroshock hasta lobotomías que dejaban al paciente en un estado lamentable. Todo eso hace que sean lugares con marcada presencia de hechos inexplicables.
El Beechworth Lunatic Asylum
Uno de esos lugares es el Beechworth Lunatic Asylum donde se han presenciado el pasear lastimero de fantasmas, bajadas tremendas de temperatura o el desagradable olor de la carne en descomposición, putrefacta. Todo ello tiene que ver con el pasado de un lugar tan apartado como de película, de terror.
Está en Australia y se le considera como uno de los puntos más terribles del país. Este centro psiquiátrico tuvo su apertura en 1867 y cerró sus puertas en 1995. En su interior se dio «asistencia» -en algún momento de su existencia- a miles de pacientes pero el dato estremecedor es que 3000 de ellos murieron en su interior. ¿Es eso normal? la verdad es que no y muy pocos de los que entraban allí salían con vida. Era un pasaporte a la muerte.
Lo normal es que tuviera una capacidad para 1200 pacientes aunque las cifras se desbordan y el trato al paciente no era el mejor. Se argumenta que al no existir medicamentos en la época pues se usaban camisas de fuerza o se encadenaba al paciente usándose la «terapia» de electroshock como «algo normal» y tratamiento genérico.
Eran tratamientos individuales en las habitaciones -celdas- del psiquiátrico donde se hacían estas prácticas y donde hoy se producen la mayoría de los hechos paranormales que describen los testigos que hasta su interior han querido entrar a investigar o los numerosos relatos que existen de testigos.
Los que allí dentro «están» se niegan a abandonar el centro, quizás por no tener consciencia de muerte o por ser tan alta la impregnación del lugar que hace que toda esa energía aflore. Se habla de presencias, de fantasmas que pasean aún por sus pasillos, de quejidos lastimeros y alaridos de horror.
Presencias fantasmales
Dos son los fantasmas que mejor se tienen identificados en este lugar, el primero es el de Matron Sharpe que está en la zona de los dormitorios, trabajaba allí y mostraba especial compasión por los enfermos mentales. Mostraba cariño y respeto a los internos de Beechworth aun cuando uno de ellos fallecía -algo que era muy usual-. Dicen que su fantasma se pasea por esas mismas habitaciones y que no suele interactuar con los testigos dejando una estela gélida a su paso que sería el típico fenómeno de termogénesis.
Otra de las presencias del hospital es el de Tommy Kennedy, un paciente que trabajaba en la cocina y que murió allí mismo que es donde hoy se le puede ver entre imaginarios fogones y peroles.
Finalmente hay una tercera presencia que es el de un paciente desconocido que logró fugarse y desapareció. Fue encontrado semanas después cerca de un árbol, en un avanzado estado de descomposición, putrefacto, con miembros extrañamente separados del cuerpo. Hoy se pasea, de esa forma, por el recinto dejando una estela de olor putrefacto nauseabundo. La percepción de olores (gratos o ingratos) es otro fenómeno relacionado en parapsicología con este tipo de hechos inexplicables.
Es otro centro más, dedicado a la «psiquiatría» que más que encantado parece estar maldito.