Caza de brujas del Cádiz CF contra el sector más crítico de su afición

La entidad envía un burofax a integrantes de Alma Cadista requiriendo que indentifique la autoría de comunicados del colectivo de hace tres meses justo en plena polémica por el cambio de nombre del estadio

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Vizcaíno y Contreras (a la derecha) en el palco del Bernabéu junto a Juanma Moreno y Florentino Pérez. Foto: X Juanma Moreno.

El Cádiz CF parece haber perdido definitivamente el norte. Después de que sus dirigentes lo cedieran como un juguete para que el Ayuntamiento lo usara en el proceso de intento de cambio de nombre del estadio de Cádiz a Estadio Carranza, ahora ha iniciado una caza de brujas contra el sector más crítico con su presidente, Manuel Vizcaíno, y su vicepresidente, Rafael Contreras.

Así, el club ha remitido un burofax en un tono demasiado parecido a la amenaza a algunas personas que forman o han formado parte de alguno de los colectivos más críticos o que lo han sido de manera individual con la gestión de Vizcaíno y Contreras. Una huída hacia delante en un momento convulso en lo social y en lo deportivo de la entidad.

Este burofax, calificado como un “requerimiento” por club en su encabezamiento, fue enviado el pasado 2 de agosto de 2024 y requiere que los destinatarios identifiquen la autoría o responsables del comunicado en el que Alma Cadista manifestaba su apoyo a las protestas convocadas por Brigadas Amarillas, uno de los grupos de animación más veteranos del cadismo, el pasado mes de mayo.

El burofax, que ha sido recibido incluso por personas que ya no pertenecen al colectivo, señala la voluntad de la directiva de “identificar y facilitar la información relativa a la autoría” del comunicado en cuestión, pero recuerda demasiado a una caza de brujas contra quienes que se atreven a criticar la gestión del club. Alma Cadista no ha emitido declaraciones oficiales sobre el tema.

A la búsqueda de la autoría

El burofax, enviado “vía burofax con acuse”, requiere específicamente que los destinatarios indiquen “si usted ha suscrito, votado o autorizado personalmente, como miembro del aludido colectivo que opera bajo la denominación de ‘alma cadista’, el comunicado mencionado”. Además, el documento exige que, en caso contrario, se “identifique y facilite la información relativa a la autoría del mismo”. Estas solicitudes, aparentemente legales, son percibidas por muchos como una táctica intimidatoria para acallar las voces críticas dentro del cadismo.

El club justifica estas acciones argumentando que son necesarias “a los efectos de cuanto se establece en la normativa vigente contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte (Ley 19/2007 de 11 de julio)”, una referencia que ha sido interpretada como una amenaza velada de posibles sanciones. Sin embargo, este recordatorio resulta especialmente desproporcionado dado que Alma Cadista en ningún momento ha emitido comunicados que inciten a la violencia o al odio, limitándose a expresar su malestar con la gestión de Vizcaíno y Contreras.

En las redes sociales, hay incluso usuarios que aseguran tener fecha de juicio.

Respuesta desmedida

El contenido del burofax ha provocado una profunda indignación entre los aficionados, quienes ven en este acto un intento de silenciar a los más críticos en un momento especialmente delicado para el equipo. Tras la previsible derrota en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid el pasado mayo, que deja al Cádiz al borde del descenso a Segunda División, la afición ha decidido alzar la voz contra la “nefasta” gestión de Vizcaíno y Contreras.

La convocatoria de protesta, organizada por Brigadas Amarillas para ese domingo, 12 de mayo, fue respaldada por Alma Cadista, que en su comunicado subrayó la necesidad de “mostrar el descontento del cadismo” para que la directiva “viva la realidad” de una afición cansada de los “pasos erráticos” en la gestión del club.

Es importante señalar que, a pesar del apoyo declarado por Alma Cadista, ninguno de sus integrantes estuvo entre la cabeza de la movilización durante la manifestación citada, y en sus comunicados no se emitió ningún insulto hacia la directiva. Sin embargo, el presidente Manuel Vizcaíno ya había advertido que no consentiría los insultos, lo que pone de relieve la desproporción de la reacción del club frente a una crítica legítima y pacífica.

Además, este burofax llega con tres meses de retraso respecto a la movilización en sí, un detalle que ha generado aún más suspicacias entre los aficionados. Coincidentemente, la carta fue enviada justo después de que el Ayuntamiento de Cádiz anunciara el inicio del expediente para el cambio de nombre del estadio a petición del Cádiz CF, un movimiento que “Alma Cadista” ha calificado como una “cortina de humo” para desviar la atención de la falta de fichajes y otros problemas reales que enfrenta el club.

Otro aspecto preocupante que se desprende del burofax es la impresión de que la directiva del Cádiz CF está tratando de identificar al autor, autora o autores de los comunicados emitidos por Alma Cadista. Este intento de búsqueda parece ir más allá de una simple solicitud de información y se percibe como un esfuerzo por desmantelar la estructura de uno de los colectivos más críticos con la gestión actual del club.

En lugar de centrarse en los problemas reales que afectan al equipo, la directiva parece más interesada en rastrear y amedrentar a aquellos que ejercen su derecho a la crítica, un derecho que debería ser inviolable en cualquier sociedad democrática.

Cortinas de humo y la desconexión con la afición

Alma Cadista ha denunciado públicamente que la reciente propuesta del club de cambiar el nombre del estadio es una “cortina de humo” destinada a desviar la atención de la falta de fichajes y la mala planificación de la temporada. Según el colectivo, esta maniobra, aparentemente ligada a intereses políticos del Partido Popular, no solo es inapropiada en el actual contexto de crisis deportiva, sino que también muestra una desconexión total con la realidad del cadismo.

“En las últimas semanas, el club no ha parado de promocionar y publicitar eventos que nada tienen que ver con el fútbol”, señala el comunicado de “Alma Cadista”. “No han respetado en nada el ‘luto emocional’ que vive el cadismo ante esta delicada situación y la pobre imagen del equipo”. Estas palabras reflejan un profundo malestar en la afición, que siente que la directiva está más preocupada por “espectacularizar” los partidos con música a todo volumen y anuncios de dudoso interés que por afrontar de manera seria y transparente los desafíos que enfrenta el club.

¿Una huida hacia adelante?

Este burofax no solo solicita la identificación de los responsables del comunicado, sino que también recuerda las “acciones dimanantes” que el club podría tomar en virtud de la Ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, un recordatorio que ha sido interpretado como una amenaza velada para aquellos que se atrevan a expresar su descontento. Esta acción, más que solucionar un problema, parece ser la definitiva huida hacia adelante de una directiva que se encuentra acorralada por la mala gestión y las críticas crecientes.

Este requerimiento, que pretende rastrear a los autores del comunicado de Alma Cadista, parece un evidente ataque a la libertad de expresión, que resulta especialmente preocupante que este ataque llegue en un momento en que los dirigentes del club parecen haber permitido que el Ayuntamiento utilice al Cádiz CF en el proceso de cambio de nombre del estadio, lo que ha sido interpretado por muchos como una maniobra para desviar la atención de los problemas reales que enfrenta la entidad.