Empate valioso del Cádiz CF ante el Granada CF. Puede que no sea valioso en lo numérico en este momento de la temporada (que lo será), pero lo es porque permite a los gaditanos acumular tres partidos seguidos sin perder y segundo encuentro sin encajar un gol, por primera vez en la liga.
La sensación es que el Cádiz Cf se ha salvado, sobre todo en el segundo tiempo. Da la sensación de que los amarillos siguen igual de poco contundentes en ambas áreas. Pero, por segundo partido consecutivo, los de Paco López han logrado un mejor resultado de lo que por méritos merecían. Y eso, en segunda, ya es mucho.
Finalmente el entrenador cadista optó por poner a Fali en el lateral derecho y mantener sus dobles parejas: la de centrales Kovacevic-Chust y la de delanteros Carlos Fernández-Roger. Mantenía su dibujo y redoblaba su apuesta por esos dúos de ataque y de defensa por los, junto al tándem en las bandas de Ontiveros-Ocampo, parece que quiere empezar a armar a este Cádiz.
El primer tiempo del Cádiz CF en Granada fue un claro reflejo de lo que está siendo este equipo en esta temporada. Unos primeros 45 minutos que más que de alternativas ha sido de altibajos. Los amarillos han podido aguantar los envites del Granada CF, pero los de Paco López no han sido capaces de aprovechar algunos acercamientos muy claros que ni siquiera acabaron con disparo a puerta.
Pronto se vio el plan de partido de cada equipo. El Granada volcando el juego por su izquierda, la derecha del Cádiz, y los amarillos tratando de salir con velocidad. Rodelas y Ocampo han sido desde el principio los jugadores más activos. Ya en el minuto 3, el cadista tuvo la primera opción de contra, pero tras un primer regate volvió a elegir mal y optó por intentar otro quiebro cuando llegaban hasta tres compañeros con él.
Pese a ello, el primer tramo del choque fue del Granada. Los de Escribá presionaban bien arriba difuctando la saldia cadista. O robaban o les quedaba el balón en su campo tras un pelotazo de la zaga amarilla. Y Rodelas le trataba de busca la espalda a Fali una y otra vez. Solo logró cogerla una vez y su disparo fue atajado por David Gil. Pero con el balón en juego elaborado siempre encaraba y generaba constante peligro.
Fue un cuarto de hora de sufrir y de tratar de capear el temporal de los locales. En el minuto 20 el equipo granadino acumulaba cuatro disparon y un 57 por ciento de posesión. Pero el meta cadista solo había aparecido en la citada ocasión de Rodelas, aunque la sensación de peligro era evidente. Incluso con una nueva acción de un saque de esquina en corto buscando la superioridad que, por enésima vez, los cadistas no han sabido defender. Ni en esa ni en casi ninguna, porque el Granada ha buscado esa opción en la mayoría de los córners.
En torno al ecuador de la primera mitad, despertó el Cádiz. Bueno, lo hizo primero Ontiveros, que comenzó a aparecer más. Y los amarillos salieron de la cueva. Pero a este Cádiz le falta colmillo. Dos regalos en forma de sesiones sin sentido del Granada no fueron aprovechados por los cadistas. Primero Carlos Fernández estuvo lento para rematar y su pase a Ontiveros acabó en un disparo bloqueado por la zaga. Luego Ocampo no supo que hacer en la línea de fondo tras regatear al portero y su centro fue desvíado por Mariño.
Luego llegó una jugada de estrategia en un saque de esquina en la que Matos enganchó desde la frontal de volea el saque de Ontiveros en una acción ensayada en la que pareció la acción más peligrosa de los amarillos en esta primera mitad. El balón se marchó alto por no mucho.
Con el descanso en el horizonte, un golpe en el tobillo de Ontiveros puso fin a los hostilidades. A las futbolísticas, las del balón, porque llegaron las del otro fútbol. Y casi todas de la mano (o el codo) de Reiner, que se mostró tan sobrado en esos lances como se le suponía en el juego. Todo se saldó con intercambio de amarillas para el brasileño y Ontiveros y con todo el granada tratando de forzar la expulsión de Ontiveros que, pese a su fama de que se enciende rápido, aguantó la calma y no hizo nada ante las provocaciones. Una tarjeta más de regalo para Miguel Rubio cerró ese tramo de no fútbol con el que se cerró el primer acto.
Fue curioso ver como cuando el colegiado señaló el descano, Fali y Chust corrían a proteger al marbellí mientras Ontiveros hacia gestos de tranquilidad. Por cierto, que ni en estos momentos tan cancheros se vio a un Escalante que no se encuentra (ni se le encuentra) ni en estos momentos donde un futbolista argentino siempre suele aparecer.
Debió espabilarse el argentino en la caseta, porque en el segundo tiempo ha estado más presente. Y en ambas áreas, aunque no siempre con acierto. En el fútbol no siempre se trata de correr mucho, hay que correr bien, y eso le está faltando al mediocentro, del que el Cádiz necesita más.
La reanudación comenzó con el Cádiz algo dormido y el Granada apretando desde el saque de centro. Tras los primeros avisos locales, el partido se rompió y el juego entró en una dinámica de esas que no gustan a los entrenadores. Acercamientos constantes a ambas áreas y sensación de peligro real de los dos equipos. Pero el Cádiz sigue sin pegada. Y parece que sin fuerza.
A la hora de juego, el campo pareció volcarse hacia la portería de David Gil y el juego y el balón casi únicamente iban en esa dirección. Los amarillos eran incapaces de dar tres pases seguidos y confundían la velocidad de ejecución con la precipitación. Carlos Fernández no llegaba a un balón de Ocampo, Ocampo no entendía un pase de Ontiveros, Carlos Fernández interfería un servicio del propio Ontiveros…
No pintaba bien la cosa para los amarillos. Escribá lo vio y comenzó a meter más polvora en el terreno de juego, aunque se quedó sin la chispa y la verticalidad de un exhausto Rodelas. Por contra, a Paco López no le quedaba otra que trata de anular os movimientos del rival y el Cádiz se encomendó a defender y a ver si había suerte en una. Los cambios acabaron dibujando en el césped uno de los sistemas con los que se especuló que podría salir Paco López.
Los amarillos apretaron los dientes ante la insistencia local. Disparo al poste incluido, los cadistas supieron sufrir en los minutos finales, pero no supieron jugarlos con el balón en su poder. De nuevo, incapaces de dar tres pases seguidos para parar el ritmo, para hacer pensar al Granada o para ganar tiempo defendiénse con el balón. Precipitaciones y pérdidas rápidas que le daban mucha posesión a los locales. Solo la experiencia de Fali y Carlos Fernández tirándose al suelo para cortar el juego paraba el arreón del Granada. Y por números, si hubera sido un combate de boxeo, a los puntos la victoria probablemente habrñia caído del cuadro nazarí.
Pero el fútbol va de marcar y el Granada, pese a tener un buen puñado de opciones, no pudo o no supo y el Cádiz, que salvo la de Roger Martí en uan vaselina que tuvo que elevar mucho, dio por bueno el empate. Un empate que es bueno, por el momento en el que estaba el rival y por prolongar una miniracha cadista. Pero también obliga a los amarillos a tener que derrotar al Depor la próxima semana para hacer, efectivamente, bueno.
Te dejamos la ficha técnica interactiva. Para ver más información, pulsa sobre el círculo que representa a cada jugador: