El Cádiz CF cierra la liga en Almería con un ‘pa na’ de partido

El entrenador del Cádiz, Mauricio Pellegrino podría hacer pasar por el trance de hoy a jugadores con los que no ha contado en ningún momento o que no han tenido la oportunidad porque el titular era intocable

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Iván Alejo intenta marcharse de Edgar, del Almería, en el partido de la primera vuelta disputado en el Nuevo Mirandilla.
Iván Alejo intenta marcharse de Edgar, del Almería, en el partido de la primera vuelta disputado en el Nuevo Mirandilla. Foto: Cádiz CF

Lo que viene siendo un pa na. Una pechá de kilómetros de ida y de vuelta para no jugarse absolutamente nada. La honrilla, cosa abstracta y que sirve de más bien poco a un equipo descendido e inmerso en un periodo convulso de exigencias de responsabilidades y salida a la luz de supuestos trapos sucios. Esa es la realidad del Cádiz CF en su visita de hoy al Almería.

Porque, empezando por lo primero, el partido de hoy no sirve absolutamente para nada. Como todos los de la última jornada LaLiga EA Sports, dicho sea de paso. Todo decidido y nada en juego. Y en estado de depresión tras el decenso y por haber llegado sin opciones a este último partido. Esa es la realidad del Cádiz CF en su visita de hoy al Almería.

El equipo amarillo, igual que el cuadro almeriense, afronta el choque con el deseeo de despedirse de la mejor forma posible de la máxima división del fútbol español. No serán las únicas despedidas esas de los dos equipos. En el Cádiz, un ristra de jugadores no volverán a vestir más la camiseta amarilla. Ni el técnico a sentarse en el banquillo cadista en competición oficial.

Con todas estas, el de esta tarde en el Power Horse Stadium (18:30 horas, La Liga Movistar) es mucho más que un trámite. Es una despedida amarga para un equipo como el Cádiz que no ha estado a la altura de la categoría desde septiembre y que en enero, no supo o no pudo encontrar los engranajes para rectificar el rumbo que lo llevaba a donde ha acabado: jugando en segunda la próxima campaña.

Con todo estos condicionantes, el choque de esta tarde está absolutamente descafeinado. Un pa na de libro, que no ha despertado casi interés en una hinchada más centrada en los ataques de Quique Pina de esta semana y la respuesta de Manuel Vizcaíno que en lo deportivo. ¿Para qué, si en lo deportivo ya está todo cerrado y hay que pensar en el próximo año?

El de hoy será, más que probablemente, el último partido de Mauricio Pellegrino en el banquillo cadista. Y también lo será, seguro, de un buen número de cedidos. Algunos a los que no se les recordará o al menos no se hará en positivo. Otros, a los que los servicios prestados en el Cádiz harán que la parroquia cadista mire de reojo sus actuaciones. Algunos, de los de uno y otro lado, ni siquiera han viajado. Pero las notas, como dijo el presidente Vizcaíno, se pondrán al final de temporada. Aunque lo de hoy sea esa pa na que nunca se quiere jugar.

Con todo esto, Pellegrino hará pasar por este trance a jugadores con los que no ha contado en ningún momento o que no han tenido la oportunidad porque el titular era intocable. Parecen los casos de David Gil o Momo. Recuperará a jugadores que a los que no les dio los minutos que probablemente merecían, como Alejo. Y podría hacer jugar a otros futbolistas que, directamente y por diferentes causas, no han estado mentalmente en el Cádiz, como Ocampo o Darwin Machís.

Lo peor (o lo más irónico) de todo y en un ejercicio de esos de “si mi abuela fuese una bicicleta” es que según se den los resultados de la jornada, el Cádiz podría acabar la liga habiéndo descendido (matemáticamente hablando) por los dos puntos que perdió en el descuento del partido de la primera vuelta en el Nuevo Mirandilla ante el propio Almería. Con todo lo mal que ha estado el Cádiz. Sería paradójico. Y demostraría que ha sido una campaña muy mala en la categoría y muy barata para salvarse. Y el Cádiz ha dado con sus huesos en segunda.