Houston, Houston, tenemos un problema… un problemón, mejor dicho. El Cádiz CF se ha metido en un serio problema tras perder en casa, otra vez. Esta vez ante el Racing de Santander, el líder de LaLiga Hypermotion, algo que puede entrar en cierta lógica, pero que le ha supuesto caer a puestos de descenso (actualización tras finalizar el Zaragoza, 1- Almería, 2).
Los de Paco López han vuelto a mostrar sus dos caras y han recibido otra lección de cómo se juega en Segunda. Tras un buen primer tiempo de los amarillos, sus propios errores han cambiado la inercia del juego, tras ponerse abajo en el marcador, se han vistos sin armas para remontar.
Porque empecemos por el final en lo táctico. Un equipo que quiere competir, que tiene que estar en la primera mitad de la tabla no puede acabar con lo que ha acabado en el campo para tratar de emptar. Vale la cuota de responsabilidad de Paco López, pero es que tampoco tenía mucho más de donde tirar. La que para alguno era tan buena y tan larga plantilla qu ele habían puesto en las manos del técnico valenciano ha acabado con con Alejo de lateral derecho, Escalante y Melendo en el medio mediocentro, Sobrino como uno de los extremos y Mwepu como de los dos delanteros.
Ahora sí, pasamos a leer el partido en la línea temporal lógica. Un encuentro en el que el entrenador cadista ha repetido el dibujo del 1-4-4-2 que empleó de inicio ante el Málaga CF en la última jornada. Y de nuevo con las dos caras. El técnico ha dado entrada únicamente a Fali y Matos en el once como variaciones, pese a que avisó el viernes en su rueda de prensa de previa del choque de que va a habe rotaciones en estos tres encuentros que los amarillos van a jugar en una semana.
Los amarillos merecieron más en una primera mitad que ha finalizado con el 0-0 inicial. Los amarillos tuvieron más ocasiones de gol, sobre todo una de Carlos Fernández en el minuto 33 que salvó un defensa en la linea. Pero también tuvieron más llegada, sobre todo con un gran Brian Ocampo, y más control del juego, aunque haya tenido menos posesión de balón (42 por ciento frente al 58 del rival al descanso).
Sin embargo, a este Cádiz le hace falta un mundo para marcar. Y encaja con demasiado poco del rival. Sólo en el tramo final del primer acto el Racing apretó más a la meta rival, aunque la sensación durante los primeros 45 minutos era que la velocidad del cuadro cántabro arriba podría desequilibrar el choque en cualquier momento.
Pero la segunda le puso poniendo la cara colorada a este Cádiz. La segunda y el propio Cádiz que en la segunda mitad fue otro equipo distinto. De nuevo de los errores propios salieron los fantasmas y los nervios. De los excesos de confianza de Chust casi llegan un par de goles, pero el peligro descompuso al Cádiz. Demasiado poco para que se descomponga un equipo teóricamente competitivo.
Lo cierto es que ese par de acciones cambió la inercia del juego. Y el Racing comenzó a crecer y a buscar la meta de David Gil. Con muchas facilidades por parte local. Como la acción del saque de esquina que dio origen al gol, con un error de Kouamé en un pase atrás. Quedó en saque de esquina, pero este Cádiz no sabe defender las estrategías del rival. Pelota parada en contra es al menos un uy del rival.
Así llegó de nuevo un tanto en el arranque de la segunda parte. Esta vez Arana adelantó al Racing al rematar solo en el área un saque de esquina. Inexplicable. E indignante. Luego, llegó la nada del Cádiz. Ni sangre, ni fútbol, ni alma… Lo dicho, la nada.
Alguna intento, algún acercamiento, alguna acción aislada de Brian, un remate de Sobrino… muy poco. Demasiado poco. El intento de arreón final de los cadistas fue con los citado Alejo de lateral, Escalante y Melendo de mediocentros, Sobrino de extremo y Mwepu como de los delanteros. Con todo el respeto. Son futbolistas importantes, pero en conjunto y en este momento, no están para que el Cádiz le remonte a nadie. Menos a un líder tan serio como el Racing.
La bronca del público al final del choque contra todo y todos así lo evidencia. Por mucho que el club subiera el volumen del pasodoble de Manolo Santander (a cuyo hijo, recordemos, también le han mandado un burofax ese tándem Vizcaíno-Contreras), los gritos y críticas se pudieron escuchar. Como los vítores a Álvaro Cervera.
Algo hay que hacer. Y no vale solo con pedir unidad al cadismo. Y lo mismo, ni siquiera vale con cambiar el entrenador. Hay lo que hay es que con lo que hay que jugar, al menos, hasta enero. Y no alcanza. Espero que no alcance de momento y se enmiende el rumbo. Pero a este Cádiz CF tiene los mismos pecados del año pasado y que se advirtieron en verano. Y se ha hecho entre poco y muy poco por cambiarlo. Lo dicho, Houston, Houston…
Te dejamos la ficha técnica interactiva y un resumen de las estadísticas del encuentro:
