El otro día ante el Albacete fue cara, hoy ante el Burgos ha sido cruz. El Cádiz CF ha merecido mucho más ante el equipo castellano, pero no ha conseguido ganar después de ver como los visitantes empataban gracias a un penalti en el minuto 87.
Un empate que, al contrario de muchos anteriores esta temporada, deja muchas cosas positivas y el sabor agridulce de que los amarillos merecieron los tres puntos y lo hubiesen conseguido, probablemente, si no hubiera sido por ese penalti de Fede que cazó el VAR.
Los amarillos han sido mejores más tiempo que su rival. Y han sido mejores cuando un equipo ha sido mejor que el otro, en el tramo central de la segunda parte. Hasta entonces, mucha pelea, mucha briega, mucha posición, pero pasó muy poco. Libreto de Garitano.
El técnico vasco sorprendió alineando a dos delanteros, tras el clarísimo 1-4-2-3-1 de su debut en el banquillo del Cádiz. Carlos Fernández superaba sus molestias y entraba en el once dejando fuera a Álex. Compartía delantera con un Chris Ramos que derribó la puerta de la titularidad ante el Albacete. El que no regresó al once inicial fue Ocampo, que espero su oportunidad en el banquillo.
Por lo demás, el Cádiz calcó el once con el que Garitano se estrenó con victoria. Y puede que el sistema, que estaba a caballo entre ese 1-4-2-3-1 y el 1-4-4-2 que hacía pensar la presencia de dos delanteros en el equipo inicial. Los amarillos volvieron a salir con las ideas claras y aunque el Burgos trató de mandar en el arranque, pronto pareció claro que venía a por el empate, con pérdidas de tiempo desde muy pronto y cortando el juego con faltas sin ningún problema. Un apunte, increíble que Marcelo Expósito, con lo que se prodigó en esta faceta de cortar el juego con faltas, no viera amarilla hasta el minuto 95. Cosas del nivelito del árbitraje, en este partido, malo para los dos. Muy malo.
Pero en el juego, el Cádiz lo intentaba. Y tenía dos planes de ataque. Por la derecha con internada y centro de Alejo y por la izquierda con Ontiveros en busca de sus acción de superclase y Matos doblándole constantemente. Así estuvo cerca de llegar el primer gol, cuando el marbellí se inventó un punterazo desde la frontal que se marchó fuera por poco.
Los amarillos tuvieron más el balón y lo intentaron más, pero sin demasiado peligro ante un Burgos muy ordenado atrás y que dejaba muy pocos espacios entre líneas. El cuadro de Garitano dominaba, pero le faltaba generar atrás, mientras se mostraba sólido en defensa. Fue casi la tónica del partido en general. Los amarillos tuvieron más el balón, más remates, más disparos entre los tres palos… pero no consiguieron cerrar el partido ni en el marcador ni en el campo.
Y es que en la segunda parte, los cadista fueron muy superiores. Desde la entrada de Ocampos, que desplazó a Ontiveros al centro con total libertad. Los amarillos jugaron entonces los mejores minutos no solo de la campaña, sino desde hace bastante. Con un Alejo entonado y con confianza que percutía una y otra vez, con un Ocampos que siempre parecía que iba a pasar algo y con un Ontiveros que sigue mostrándose como el mejor del equipo.
El marbellí por todos lados y se asociaba con todos. Pero de la sociedad con Ocampos salía mucho fútbol. Y así fue. Ontiveros encontró al uruguayo en la frontal con un sensacional pase y el charrúa, tras dos amagos, la puso imposible para el meta Cantero. Golazo y nueva reivindicación de un jugador que salía del banquillo.
Ahí lo comenzó a intentar el Burgos. Y se fue acercando conforme a Ontiveros se le iba el oxígeno y a Fede se le agrandaba la sombra de la segunda amarilla. Con el doble cambio preparado, un saque de esquina acabó en penalti. Fede compró muchas papeletas al agarrar al delantero y el árbitro, revisión en la pantalla mediante, tardó un mundo en señalarlo y expulsar por segunda amarilla al medio centro cadista.
Con un hombre menos, el Cádiz mantuvo los cambios y se armó con dos medioscentros de refresco, aunque quedaba Roger muy aislado. Aún así, se defendió bien y con orden, sin conceder apenas ocasiones. Lástima que el colegiado no mantuvo el mismo rasero a la hora de señalar las faltas y mostrar amarillas a ambos equipos, porque en alguna de esos cortes el Cádiz habría tenido alguna ocasión.
Pero no pudo ser. Es difícil ganar los dos partidos cuando son consecutivos en casa y el Cádiz ha estado cerca. Refrenda la mejoría vista en el primer partido de Garitano y se muestra más solido y competitivo. Pero ojo, ante un rival que también está en la zona baja. Eso sí, con muy poco le cambia la suerte a este equipo y normalmente le sale cruz.