El Cádiz CF vuelve a las andadas y se topa con sus propias limitaciones ante el Sporting de Gijón (2-0)

Los de Paco López pierden un partido en el que no han rematado entre los tres palos y en el que la falta de contundencia atrás les ha penalizado

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El regreso de Roger Martí en liga ha sido de las pocas buenas noticias para el Cádiz en El Molinón. Foto: Cádiz CF.

Acciones puntuales, una falta de atención, un disparo que desvías y acaba dentro… Son las típicas razones por las que s eencajan goles en segunda división. Al Cádiz CF le ha vuelto a pasar en Gijón, donde ha vuelto a las andadas, topándose con sus propias limitaciones.

Los amarillos apenas se han salido del choque un minuto o minuto y medio, pero como en todo lo que se lleva de temporada, esas desconexiones le estan costando goles a los amarillos. Y puntos. Demasiados. Y luego, es incapaz de remontar.

Ante el Sporting, contra casi todo pronóstico, el entrenador del Cádiz CF, Paco López, dejó en el banquillo a uno de los jugadores que parecían más acertados del cuadro amarillo: Ontiveros. El técnico optó por dos extremos más puros, aunque Brian Ocampo juega a banda cambiada, para tratar de buscar a los laterales rivales.

El amarillos empezaron como casi siempre en esta liga, teniendo el balón y presionando arriba. Pero sin generar peligro. Decíamos en la previa que a este Sporting no le hacía ni tener más el balón ni tirar más a puerta que el rival para ganar. Y así ha sido. Eso, unido a la, una vez más, falta de contundencia de los amarillos en ambas áreas.

El choque comenzó como iría, con dos equipos buscando presionar arriba para tratar de conseguir una posesión peligrosa cerca del área rival pronto. Y a la espera, ambos, de cazar un fallo rival. Lo típico de la segunda división, que esta vez, el Cádiz, no ha sabido o podido dárelo al encuentro. Ni siquiera ha rematado entre los tres palos para que detuviera el meta Yáñez.

Tras un arranque igualado, en el once, el Cádiz volvió a las andadas con la falta de contundencia y de un balón perdido en el banderín de corner del rival, Otero la tuvo a portería vacía para adelantar a los asturianos. .Afortunadamente, el grueso error coletivo no le penalizó a los amarillos. Por cierto, espectacular el detalle técnico de Dubarsic para superar a David Gil.

El equipo amarillo, esta vez, no se descompusieron, pero tampoco supieron leer lo que era un aviso de cómo iria el partido. Los cadistas parecieron recomponerse el susto y tomaron el mando del partido durante unos minutos. Una internada de Brian, que pareció tocar Yáñez.

El choque entró en unos compases de alternativas en el juego, pero sin ocasiones en ninguna de las dos áreas. Hasta que llegó la dosis de desconexión atrás de los cadistas. Primero en un saque de banda, que cogió relajada a la zaga y que Kovacevic puedo hacer algo más que enviarla a córner.

Y en ese saque de esquina, nadie fue a apoyar a Alejo que defendía el saque y en el dos contra uno Gaspar pudo enganchar desde la fontral con la mala fortuna para los cadistas que cuando parecía que iba a llegar David Gil, Chris Ramos envió al fondo de la portería de cabeza.

Ese golpe sí que lo acusaron los amarillos y estuvieron varios minutos en los que parecía más cerca el segundo tanto local que el gol del empate de los amariillos. Esos compases vieron de nuevo a un Cádiz sin contundencia atrás y que, en algunos momentos, se complicaba él solo ante la presión ante del Sporting.

Pero, como en buen partido de segunda, se jugó a muy poco en el tramo final. Y sin muchas opciones. Las dos defensas se aplicaron y no concedieron opciones al rival, para que el partido se marchara al descanso con el 1-0 que iba.

Los amarillos salieron bien del vestuario en la segunda mitad, pero su arreón inicial no se tradujo en ocasiones de gol. Ni el arreón inicial ni bastantes minutos después. Es más, la sensación era que en una contra el Sporting iba a cerrar el choque.

Paco López comenzo a agitar el árbol, dejándole la banda completa a Iván Alejo y dándo entrada a Ontiveros por Iza. El malagueño comenzó a aparecer por toda la zona de creación, sobre todo por la izquierda pese a arrancar desde la otra banda, pero demasiado lejos del área.

El técnico siguió moviendo piezas y jugadores, con las entradas de Roger, De la Rosa y Escalante, pero los amarillos no eran capaces de generar peligro. Ya sabes, aquello de atacar con más gente no es atacar mejor. Y eso es lo que ha pasado. Pero es que tampoco a defendido mejor.

No fue hasta el minuto 85 cuando llegó la primera ocasión de peligro de los amarillos, cuando Kouamé remato de cabeza alto un saque de esquina. Eso animó a los amarillos, pero fue a base de empuje, sin apenas fútbol ni claridad. Balones al área a la espera de ocurriera algo y poco más.

Y ese algo no ocurrió. Al revés, en una acción tonta, cuando el balón ya se iba de la zona del área pequeña tras un centro, el esférico tocó en el brazo e Victor Chhust que ocupaba un espacio y estaba en una posición poco natural. Penali poco discutible y Campu que cerraba el partido.

De este modo, el Cádiz vuelve a las andadas de sus propias limitaciones. Limitaciones arriba para generar juego más allá de fiarlo todo a centrar al área o esperar la inspiraciones de los Ocampo u Ontiveros de turno. Y limitaciones atrás donde, casi cada desconexión, la está pagando con un gol en contra.

Los de Paco López sin poder enganchar dos victorias seguidas y vuelven a mirar hacia abajo en la tabla. No entrará en descenso por los partidos aplazados esta jornada, pero la falta de regularidad no hace más que acrecentar las sensaciones de que este equipo está para pelear la permanencia. Al menos por ahora.