El Cádiz CF consumó este domingo el descenso a Segunda División tras no poder pasar del empate en casa frente a la UD Las Palmas (0-0), un resultado insuficiente para llegar con opciones de salvación a la última jornada del campeonato. Termina así una aventura de cuatro años en la máxima categoría y se abre un nuevo horizonte en Segunda División, un drástico cambio que traerá consigo importantes modificaciones en la plantilla del conjunto amarillo.
El primer relevo estará en el banquillo, pues parece poco probable que Mauricio Pellegrino vaya a continuar al frente del equipo cadista. El técnico argentino tenía en su contrato una cláusula de renovación automática en caso de permanencia, pero una vez certificado el descenso es libre de elegir destino a partir del próximo 30 de junio. En su país ya suena como posible candidato para dirigir a Independiente tras la salida de Carlos Tévez.
En cuanto a los jugadores, son más de una veintena los futbolistas que tienen contrato en vigor para al menos la próxima temporada, aunque El Desmarque advierte que algunos, como es el caso de Sobrino y Sergi Guardiola, cuentan con una cláusula liberatoria en caso de pérdida de la categoría.
El presidente cadista, Manuel Vizcaíno, explicó anoche en rueda de prensa que los contratos de todos los futbolistas estaban diseñados contando con la posibilidad de un eventual descenso, por lo que los salarios de los que continúen deberán adaptarse a la nueva realidad del club en Segunda División. Según el portal Capology, actualmente los salarios del primer equipo ascienden a unos 27 millones de euros al año, una cantidad insostenible en la categoría de plata.
A día de hoy tienen contrato con el Cádiz más allá del 30 de junio, a expensas de posibles cláusulas liberatorias, Conan Ledesma (2026), David Gil (2027), Fali (2026), Víctor Chust (2026), Luis Hernández (2026), Iza Carcelén (2025), Zaldua (2025), José Mari (2025), Kouamé (2026), Rubén Alcaraz (2025), Escalante (2026), San Emeterio (2026), Álex Fernández (2025), Brian Ocampo (2026), Iván Alejo (2025), Chris Ramos (2028), Sobrino (2026) y Sergi Guardiola (2025).
También pertenecen aún a la disciplina cadista Santiago Arzamendia (con contrato hasta 2026 y cedido en Cerro Porteño), Tomás Alarcón (2025, cedido en el Cartagena), Álvaro Jiménez (2025, cedido en el Tenerife) y Francisco Mwepu (2026, cedido en el Sanluqueño). Terminan contrato este 30 de junio Momo Mbaye, que parece destinado a abandonar el club, y Martín Calderón, que se encuentra cedido en el Sanluqueño.
En cuanto a los cedidos en la actual plantilla amarilla, no parece que ninguno de ellos vaya a continuar la próxima temporada en el Nuevo Mirandilla. Regresarán a sus clubes de origen Aiham Ousou (Slavia de Praga), Jorge Meré (Club América), Javi Hernández (Leganés), Lucas Pires (Santos), Sammasékou (Hoffenheim), Robert Navarro (Real Sociedad), Juanmi (Betis), Darwin Machís (Valladolid) y Maxi Gómez (Trabzonspor).
Hacer caja
Que determinados jugadores tengan contrato en vigor no quiere decir necesariamente que vayan a formar parte de la plantilla del Cádiz CF la próxima temporada. Los que tengan buen cartel tanto en Primera como en el extranjero buscarán un traspaso, dejando una buena suma en las arcas del club.
La mayoría de los jugadores cuentan con una cláusula distinta según la categoría del equipo cadista. La de Chris Ramos, por ejemplo, con contrato hasta 2028, es de 20 millones en Primera y de 10 en LaLiga Hypermotion. Recientemente diferentes medios publicaron el interés del Orlando City de la MLS por el gaditano, máximo goleador del curso con cinco tantos.
Conan Ledesma, que ya estuvo cerca de abandonar la entidad el pasado verano y acabó renovando hasta 2026, es uno de los principales activos del Cádiz y una de las opciones más claras para hacer caja. Su valor de mercado, según el portal Transfermarkt, es de 6 millones de euros. También puede resultar atractivo para los equipos de la máxima categoría Víctor Chust, un jugador joven (24 años) y que esta temporada se ha destacado como uno de los mejores futbolistas del club amarillo.
Una vez se resuelvan las posibles salidas, el club deberá moverse rápido y sin titubeos para conformar un equipo sólido y capaz de competir en una categoría tan apasionantemente complicada como la Segunda División. La reconstrucción será profunda y los cimientos son clave para evitar otro desplome del conjunto cadista, que ni puede ni debe permitirse más experiencias fuera del fútbol profesional.
Lo primero, un nuevo entrenador
Lo primero para definir el nuevo proyecto será determinar el inquilino del banquillo. La opción de Guille Abascal, ya desvinculado del Spartak ruso, vuelve a ganar enteros por ser un técnico joven y que conoce la casa. Pacheta, Rubi y Diego Martínez, que han sonado en otras ocasiones para dirigir al club, son nombres a tener en cuenta.
También, por qué no, el de Sergio González, respaldado por la dirección del club hasta que su cese se convirtió en inevitable. Puestos a soñar –aunque sea absolutamente imposible por sus desencuentros con la directiva– también está libre un tal Álvaro Cervera…
