El Cádiz CF parece mostrarse satisfecho con las operaciones que ha realizado en el mercado de fichajes de verano que concluyó el pasado viernes.
Con siete nuevas incorporaciones, el club ha tenido un período de 51 días sin movimientos, lo que generó incertidumbre entre los aficionados. Hoy, el director deportivo, Juanjo Cordero, y el secretario técnico, Juan Cala, han ofrecido su visión sobre cómo se desarrolló este mercado, destacando las fases clave y las decisiones críticas que marcaron el cierre.
Cordero y Cala creen que el club ha cerrado un mercado de fichajes con movimientos estratégicos y desafíos que han definido la configuración del equipo para la presente temporada en Segunda División. Eso sí, confían en la plantilla confeccionada: “Tenemos una plantilla competitiva y un cuerpo técnico con experiencia”, han señalado.
Estrategia del mercado en cuatro fases
Juanjo Cordero explicó que el mercado se estructuró en cuatro fases bien definidas. La primera fase, crucial para el éxito del proyecto, fue la contratación del cuerpo técnico. “El primer pilar indispensable era asegurar un entrenador con conocimiento de la categoría y confianza en el proyecto”, subrayó Cordero. Una vez asegurado este pilar con la incorporación de Paco López, el club se enfocó en la segunda fase: la adquisición de jugadores libres con experiencia en Segunda División, quienes podían adaptarse rápidamente a las exigencias del equipo.
La tercera fase fue la más compleja, centrada en la retención de jugadores clave de la plantilla anterior. “Había jugadores con cláusulas de salida que no podíamos retener si se ejecutaban, lo que complicó esta parte del proceso”, comentó Cordero, señalando la importancia de mantener un núcleo competitivo del equipo pasado.
Finalmente, la cuarta fase se enfocó en los movimientos de última hora, donde se aprovecharon oportunidades que surgieron en los últimos días del mercado, como las incorporaciones de Óscar Melendo y Carlos Fernández.
Incorporaciones clave, al final
Las llegadas de Óscar Melendo y Carlos Fernández fueron dos de los movimientos más destacados, pero no exentos de incertidumbre. Cordero reconoció que fichar a Melendo fue una operación compleja, debido a su trayectoria y la competencia directa con otros clubes. “Era una prioridad para el míster, pero tuvimos que esperar hasta los últimos días para concretar su llegada”, explicó.
Por otro lado, la incorporación de Carlos Fernández fue descrita como una “oportunidad de mercado” debido a su estado físico. “Sin las lesiones recientes, su fichaje habría sido inviable para el Cádiz”, admitió Cordero, destacando la calidad del delantero y la esperanza de que su recuperación permita que rinda al máximo nivel.
Uno de los desafíos que enfrentó el Cádiz CF fue la gestión del “overbooking” en algunas posiciones, particularmente en el mediocampo, lo que llevó a decisiones difíciles sobre la continuidad de ciertos jugadores. Juan Cala destacó el caso de Álex Fernández, un jugador emblemático del club, que consideró la posibilidad de salir si no iba a tener el protagonismo habitual. Finalmente, tras no encontrar un proyecto que le convenciera, Álex decidió quedarse y seguir aportando al equipo.
En cuanto a la gestión de las fichas y el límite salarial, Cordero aclaró que, aunque se estuvo pendiente del fair play financiero, el Cádiz no tuvo problemas para inscribir a sus jugadores. Además, mencionó el traspaso de jugadores como Etta Eyong al Villarreal, lo que ayudó a mantener el equilibrio financiero del club.
Con el mercado cerrado, tanto Cordero como Cala insisten en la necesidad de reconectar con la afición y que el equipo muestre un rendimiento que vuelva a ilusionar a la hinchada. “Tenemos una plantilla competitiva y un cuerpo técnico con experiencia. Sabemos que la categoría es muy exigente, pero estamos preparados para afrontarla”, afirmó Cordero.
El objetivo ahora es claro: conseguir que el Cádiz CF vuelva a Primera División lo antes posible. “Estamos todos en el mismo camino, y con trabajo y unidad, podemos lograrlo”, concluyó Juan Cala.