El Cádiz CF ha sabido leer y ganar un partido típico de Segunda ante el Real Oviedo. Los amarillos han sabido en este encuentro leer el partido y darle al choque lo que pedía en casa momento. Pese al gol anulado, lo amarillos, no se han desconectado y han logrado ganar su primer partido en casa del curso.
Un partido marcado por las protestas de la afición cadista contra la gestión al frente del club (que la megafonía del estadio ha tratado de taooar con música hasta casi el saque inicial) y por la lluvia que ha caído en bastantes compases. Pero también por el poco, poquísimo fútbol que se ha visto, un choque muy típico de segunda.
El entrenador del Cádiz, Paco López, ha completado las rotaciones que avisó que haría en estos tres partidos en menos de una semana que ha jugado el cuadro cadista. Ha dejado en el banquillo a uno de los dos jugadores que hasta ahora habían sido titulares en todos los encuentros, Chris Ramos (ya solo queda Chust), dando entrada por primera vez a Mwepu en el once inicial. David Gil ha vuelto a la portería y Kovacevic se ha mantenido en el once.
Y esta vez los amarillos han hecho un partido bastante completo. Completo en cuanto a que no ha habido las preocupantes y peligrosas desconexiones a las que está acostumbrado el conjunto cadista a su afición, porque el juego tampoco ha sido brillante. Ha sido continúo en intensidad y atención. Ha sido, en definitiva, un choque de segunda división.
Fruto de esa continuidad y presencia en el choque, los amarillos solo han concedido solo cuatro remates a su rival, uno de ellos entre los tres palos. Y eso que el Oviedo llegaba en un gran momento y cuarto en la tabla, lo que dice más aún de la seriedad de los de Paco López hoy.
Los amarillos no han tenido más posesión que el rival esta vez porque han ido por delante todo el segundo tiempo (y los cuatro minutos de añadido del primero). Y no han necesidad hacer más faltas que su rival para controlar los ataques del contrario y para haber dado, la mayor parte del choque, la sensación de cierto control y, sobre todo, que sabía a lo que jugaba. Básicamente, a lo que pide la Segunda división como punto de partida: intensidad, concentración contundencia en el área.
En la primera mitad se ha notado lo que se jugaba el Cádiz, que parecía más preocupado por no cometer errores atrás que por ir más a por el partido. El Oviedo, mientras tanto, daba la sensación de querer jugar con los nervios y la ansiedad por ganar que le aparecerían al Cádiz.
Y así, el choque transcurrió sin muchos sobresaltos. Hasta la última media hora no llegaron ocasiones reales. Primero con una de Alemao, que Iza logro desviar por encima del larguero (de esos balones que pueden ir a cualquier sitio). Y con el primer acto expirando, el propio Iza marcaba para reivindicarse de los silbidos que se habían escuchado en la grada en alguna acción suya. Dos acciones del portuense en los minutos finales ponían al Cádiz por delante.
En la reanudación el cuadro carbayón salió dando dos pasos adelante. De nuevo en los compases iniciales de un segundo tiempo, el Cádiz sufría. Pero está vez, los de Paco López no se salieron del choque y trataron de darle cloroformo al arranque visitantes en el segundo acto. Y lo consiguieron.
Poco a poco, el juego se equilibró y Paco López buscó otras alternativas con los cambios, que incluyeron variación de sistema. Curiosamente el 1-4-2-3-1 con el que buscó empatar el choque del miércoles ante el Eibar valía para tratar de cerrar el choque ante el Oviedo.
Los amarillos pudieron ampliar su ventaja si el VAR no hubiera intervenido para hacer ver al colegiado que un choque entre dos jugadores mientras uno protegía el balón era falta. El tanto de Alcaraz no subió al marcador, pero el Cádiz no se descompuso.
Al revés, le supo dar al ese plus de motivación. Paco López optó por reforzar el doble pivote con el que ya jugaba con Fede San Emetrio y la banda derecha doblando el lateral y colocando a Zaldúa por delante de Iza.
Pero no dio tiempo a ver cómo funcionaba realmente esa opción a la hora de ir a por el segundo gol, ya que la primera jugada con ellos en el campo, esta vez sí, el segundo gol cadista que parecía sentenciar el choque. Primer gol de acción a balón parado (sacado por Alcaraz) y primer gol de la temporada de Chris Ramos en casa.
Parecía porque con este Cádiz y sus salidas de los partidos nunca se sabe. Pero esta vez se vio al Cádiz más enchufado. Los amarillos no concedieron, se armaron bien atrás y mantuvieron un resultado que les da tres puntos muy importantes, pero sobre todo, algo de tranquilidad y mucho oxígeno.
Además, hubo una especie de reconciliación entre la grada y la plantilla, que salió mal parada de la última derrota en casa cuando la afición atacó a todo. Esta vez les ha reconocido el esfuerzo y la entrega y volvieron los cruces a aplausos al final del choque. Pero ese esfuerzo y entrega, que como el valor en la antigua mili, se le supone a todo profesional, no vale de nada si el equipo se sale de los partidos.
Esta vez no ocurrió, el Cádiz sumó sus primeros tres puntos y, por ahora, Paco López también parece respirar. De momento, han ganado tiempo él y el equipo. Al menos, una semana más para seguir puliendo y retornar a esa senda de la mejora que pasó a pasos atrás desde la derrota con el Eldense.
Una victoria la de hoy que puede devolver parte de la calma en el seno del plantel y en el entorno. Ojalá sea el primer paso. Al menos, el primer paso hacia la tranquilidad. QUeda mucho por mejorar. Y mucho por sufrir.
Te dejamos la ficha técnica interactiva del choque. Pincha en la figura que representa a cada jugador para ver más estadísticas.