La crónica de Vera Luque del Sevilla FC-Cádiz CF: Más vidas que John McClane

Que el Sábado 25 a las 9 de la noche cuando empiecen los partidos simultánemante en Almería y en Canarias se pueda dar el caso de que estemos pendientes a ver qué pasa, ya debería ser considerado milagro

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Juanmi dio la asistencia del gol del triunfo del Cádiz en Sevilla. Foto: Cádiz CF.

Los guionistas ligueros no quieren que el Cádiz desaparezca de la trama. Se da la circunstancia que ganando el domingo, llegaríamos a la última jornada con aspiraciones…que serían pocas, pero haberlas las habría. Como ese personaje de serie que por más que le acuchillen, le disparen, le ataquen zombies, se caiga desde un rascacielos o lo coja el Talgo, da igual la proporción del desbarajuste sufrido, que sigue el tío vivo, capítulo tras capítulo.

El Cádiz es Bruce Willis en la primera película de La Jungla de Cristal. Que el Sábado 25 a las 9 de la noche cuando empiecen los partidos simultánemante en Almería y en Canarias se pueda dar el caso de que estemos pendientes a ver qué pasa, ya debería ser considerado milagro. Yo diría que a más de un santo o santa le han asignado tal consideración con menos bagaje milagrero en su mochila.

Y digo esos dos campos, porque me da que ahí está el rollo (aunque visto lo visto, espérate ya cualquier movida). No creo que Mallorca o Celta, en sus respectivos enfrentamientos contra los desahuciados de la categoría, vayan a meter la pata. En caso de que así fuera, bienvenidos al guateque, que necesitamos triples empates como el comer. Pero lo que cualquier apostante amarrategui jugaría es a un doble o nada entre equipos amarillos, y con más chance para los insulares, evidentemente.

Nosotros de momento, a ganar el domingo. A partir de ahí ya veremos. De eso depende que Cádiz termine el finde convirtiéndose en un masivo homenaje mental a Onán, o en caso de que el descenso se materialice este domingo, la ciudad pase a ser Roma un cuarto de hora después del arrebato pirómano de Nerón. Ahí andamos.

Tres jugadas en tres partidos distintos, todas con resultado negativo para nosotros y positivo para los rivales tras la supervisión del árbitro que está en los Madriles viendo la tele

Hablando de la jornada intersemanal, un detallito que no hay que olvidar. Quedemos donde quedemos, bien bajemos, bien permanezcamos, estaremos por méritos o deméritos propios y/o ajenos. Pero si el VAReto puede pegarnos el empujoncito para abajo, nos lo pega. Tres jugadas en tres partidos distintos, todas con resultado negativo para nosotros y positivo para los rivales tras la supervisión del árbitro que está en los Madriles viendo la tele (Cuidado que en la capital del reino han estado de fiesta patronal. A ver si la sala VAR cambió la V por la B durante un ratito…).

Del gol anulado al Cádiz tras melodramática interpretación de Badé cual moribundo desangrándose, ya está todo dicho. Raúl García en Balaídos cabeceó a la red en el último instante logrando un empate en Balaídos, que nos hubiera dejado al Celta a tres puntitos, pero el árbitro anula el gol debido a que el vasco en su movimiento levantó una racha de aire que desniveló la estabilidad del defensa gallego. Lo normal. Falta por telepatía que le llaman. Por último, un central de Las Palmas puso dentro del área la mano en un espacio en el que no tenía porque estar, exactamente igual que nuestro Momo M’Baye lo hizo el día del Osasuna en el Nuevo Mirandilla, con la diferencia de que la pelota que tropezó en Momo iba para Loreto, y la pelota que tropezó en la mano del canario, a puerta. La de Momo fue penalty, la del canario no. Ilógica aplastante.

Con todo y con eso, habría que repartir la culpa del semejantes quilombos entre VAR y árbitro, que al fin y al cabo son los que deciden. Y claro, ahí está eso que llaman la interpretación, gran manera de escurrir el bulto y de chapar los debates. Y así vamos, con jugadas idénticas abiertas a interpretaciones distintas, como si la jugada fuera el libro del Apocalipsis o el Evangelio de San Marcos. Eso sí, siempre el perjudicado el porehito del Cádiz…porque el VAR es como el almacenero del barrio de toda la vida,que al darte la vuelta siempre se equivocaba “pa” él. Pues así.

Mucho se ha hablado también de las actuaciones de los equipos invitados al fiestón fin de curso. Vengo a referirme a esos que ya no se juegan nada, bien porque han cumplido, bien porque no, pero que por más que corran, que marquen o que suden a chorros la camiseta, el sino de la temporada ya lo tienen escrito. Sevillistas y gallegos quejándose del Sevilla, gaditanos sospechando del Athletic, Valverde cambiando al portero, o Sergio Ramos volviendo a regurgitar perlas en una entrevista.

Resumamos: a estas alturas de liga hay dos tipos de equipos. Por un lado, los que aún juegan, y por otro los que no. A aquellos que ya han cerrado los libros, no vayamos ahora a pedirles que corran como en la jornada 10. Entre otras cosas porque el ritmo cansino de la temporada lleva al futbolista a estar pensando ya en la barbacoa de Ibiza con los compis, o haciendo números para calcular si el descenso le llevará a apretarse el cinturón y quitarse del Netflix. Cualquier cosa le ocupará la mente con más entusiasmo que ese partido que le toca jugar entre semana y que le ha estropeado los planes de cenita y copita posterior en local modernote que tenía prevista para el miercoles nigth. Están de vacaciones virtuales.

Por eso, llegados a este punto, entramos en una especie de paradoja mental en la que nos regocijamos por jugar contra rivales que “no se juegan nada”, pero exigimos al resto de equipos “que no se juegan nada” y que se enfrentan a nuestros rivales directos que se dejen el alma, la piel, los tobillos y los ligamentos cruzados, como si no hubiera un mañana. Nos ofuscamos si vemos que un futbolista del Sevilla dispara a portería con maldad, o entra fuerte al balón, y también nos ofuscamos si el del Athetic dispara a portería y la manda al Gallinero, o entra con el pie blandito. Cuando ambos, Sevilla y Athletic están haciendo el mismo y anodino partido que les ha tocado jugar.

Queremos que los equipos ajenos jueguen a lo que nosotros nos interesa que jueguen, valiente ingenuidad la nuestra. Pero es que liga llega a su fin, el torneo lleva a estas circunstancias, y ésto seguirá pasando por los siglos de los siglos. Otra cosa es el yamentiende que tu ya sabe que no sé si te lo dije, tracatrá, vamonó, iiin. Tú me ha entendío.