Nuevo desplante institucional del presidente y el vicepresidente del Cádiz CF. Ahora a la Zona Franca

Los máximso responsables del club cadistas abandonan un acto oficial ante la presencia de un invitado, pese a la asistencia de autoridades como la vicepresidenta del Gobierno

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Momento en el que Vizcaíno Contreras abandonan el Palacio de Congresos, saludando eso sí a las autoridades que esperaban en la puerta a la vicepresidenta del Gobierno.

Nuevo desplante institucional del Cádiz CF a una institución de la ciudad. Mejor dicho, nuevo desplante del presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, y su vicepresidente, Rafael Contreras, a una institución que representa a la ciudadanía de Cádiz, ciudad a la que dicen representa también el club.

De nuevo, la presencia de un periodista, cuya enemistad con Vizcaíno y Contreras es más que manifiesta, ha llevado a ambos a dar abandonar lo que debería ser su responsabilidad institucional como cabezas de la entidad cadista. Y ni el hecho que fuera un acto de una institución que colabora con el club ni que ya estuviera allí y tuvieran que salir a la vista de todo el mundo los ha frenado. Ni siquiera acudiera la vicepresidenta del Gobierno de España, María Jesús Montero.

En esta ocasión, ambos decidieron abandonar el acto oficial del 95 aniversario de la Zona Franca de Cádiz que se celebraba en el Palacio de Congresos de Cádiz debido a la presencia del director de Línea 6, Carlos Medina, figura con la que mantienen una relación tensa desde hace tiempo. Incluso, al marcharse se toparon en la puerta con el delegado especial de la Zona Franca, Fran González, el alcalde de Cádiz, Bruno García, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, y la subdelegada en Cádiz, Blanca Flores que esperaban a la vicepresidenta del Gobierno. Eso sí, los saludaron y se despidieron de ellos.

Desde el club mantienen que la entidad, o quien la represente en cualquier acto, no va a estar en un lugar donde este Medina, declarado persona non grata por la directiva cadista. Y parece que no hay excepciones en cuando al obligado respecto o cortesía institucional.

Este gesto no solo es una falta de respeto hacia la Zona Franca, una entidad con la que el Cádiz CF ha mantenido una estrecha colaboración, sino también hacia la ciudad de Cádiz y sus instituciones. De nuevo. La Zona Franca ha sido un socio importante del club, no solo por patrocinios y colaboraciones, sino también por su implicación directa en el desarrollo de infraestructuras relacionadas con el equipo, como los locales y el aparcamiento en los bajos del Estadio Nuevo Mirandilla.

Otra falta de respeto

No es la primera vez que Manuel Vizcaíno y su vicepresidente se comportan de esta manera. En otras ocasiones ya han demostrado que la institucionalidad queda en segundo plano cuando se trata de sus problemas personales. Un ejemplo claro fue la ausencia del Cádiz CF en la presentación del Trofeo Ramón de Carranza, un evento emblemático de la ciudad y del propio club. En aquella ocasión, al igual que ahora, el motivo fue la presencia de Carlos Medina. El club justificó su ausencia alegando que no asisten a actos donde esté presente esta persona, pero el daño ya estaba hecho. Un acto en el que se iba a presentar un trofeo por el que el Ayuntamiento de Cádiz estaba desembolsando 57.000 euros de subvención para que el propio Cádiz CF lo organizara.

En aquella ocasión, como ahora, la actuación de la directiva del Cádiz CF fue duramente criticada por su falta de profesionalismo y cortesía hacia las instituciones locales. Incluso figuras relevantes como el pregonero del Trofeo Carranza, Antonio Hernández Rodicio, hicieron públicas sus críticas. En su intervención, Rodicio señaló que la ausencia del Cádiz CF en el acto le parecía «inexplicable», dejando claro que no había justificación suficiente para que el club ignorara un evento de esa magnitud.

Este tipo de comportamientos han evidenciado una actitud que muchos consideran arrogante y desconectada de las responsabilidades que conlleva la representación de una entidad tan importante como el Cádiz CF. A pesar de la importancia que Manuel Vizcaíno y Rafael Contreras suelen dar en sus discursos al «amor por Cádiz», sus acciones muestran un patrón recurrente de desprecio hacia la ciudad y sus instituciones cuando los intereses personales se interponen.

Confundir lo personal con lo institucional

El problema de fondo radica en que Manuel Vizcaíno parece no saber distinguir entre lo personal y lo institucional. Como presidente de un club que representa a miles de personas, debería tener el deber de acudir a actos oficiales, independientemente de sus diferencias con los asistentes. La Zona Franca de Cádiz no es solo un patrocinador del club, sino también un colaborador fundamental en muchas actividades. A nivel práctico, la relación entre ambas entidades es clave para el desarrollo del Cádiz CF, no solo por el patrocinio sino por los locales comerciales y el aparcamiento en el estadio.

Con su decisión de abandonar el acto por la presencia de Carlos Medina, Vizcaíno no solo menosprecia a la Zona Franca, sino también a la ciudad de Cádiz y a la propia afición del club, que confían en que su equipo se maneje con profesionalismo en todas las instancias, sean deportivas o institucionales.

No es la primera vez que ocurre. En más de una ocasión se ha visto cómo la directiva del Cádiz CF ha hecho oídos sordos a la importancia de mantener este respeto hacia las instituciones gaditanas. Y lo peor es que parece que las críticas no surten efecto. Este tipo de desplantes, en lugar de no producirse, se repiten con frecuencia. Cada vez más. Uno de los momentos más sonados fue el desplante a la ciudad durante la presentación del Trofeo Ramón de Carranza.

Desplantes continuos a las instituciones

La ausencia en la presentación oficial del Trofeo Carranza fue, sin duda, un episodio vergonzoso. Aunque el club trató de justificar su ausencia por la presencia de Carlos Medina, lo cierto es que esa actitud no hizo sino empeorar la imagen del Cádiz CF ante el Ayuntamiento de Cádiz y ante los propios aficionados. Después de todo, se trataba de un evento en el que el club iba a recibir una subvención de 57.000 euros para organizar el trofeo, un motivo más que suficiente para mantener la lealtad institucional.

Sin embargo, el Cádiz CF decidió no asistir, dejando claro que sus diferencias personales con Carlos Medina eran más importantes que cumplir con sus obligaciones institucionales. Fue un desplante no solo al Ayuntamiento, sino a la ciudad en su conjunto, ya que el acto se celebraba en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, el epicentro de la vida política y social de Cádiz.

La ausencia del Cádiz CF no pasó desapercibida, y de nuevo, se evidenció un desprecio por las normas mínimas de cortesía institucional. La ciudad de Cádiz y sus instituciones merecen respeto, y cuando el Cádiz CF decide ignorar estas obligaciones, está faltando al respeto no solo a sus instituciones, sino a los propios gaditanos, muchos de los cuales son fieles seguidores del club. Vizcaíno parece más preocupado por sus peleas personales que por representar con dignidad a la entidad cadista.

Empaña la imagen del club

Este tipo de actuaciones solo contribuyen a empeorar la imagen de un club que debería estar centrado en promover los valores del deporte y en representar a la ciudad con orgullo. Sin embargo, los desplantes de Manuel Vizcaíno y Rafael Contreras demuestran que están más preocupados por sus disputas personales que por ejercer sus funciones con responsabilidad.

Y más allá, ponen al que parece su enemigo declarado en los focos y con la atención de toda aquella persona que esté en contra de cualquier acción o gestión que realizan al frente del Cádiz CF.