El Cádiz empató en el difícil campo del Granada. Bien. Y logró dejar, de nuevo, la portería a cero. Muy bien. De sus últimos 5 partidos, el Cádiz ha ganado dos, ha empatado dos y sólo ha perdido uno. La misma racha que tienen Sporting (cuarto clasificado) y Oviedo (sexto clasificado).
Nada mal, ¿verdad? Paco López ha salvado unas cuantas bolas de partido y tiene ante sí la oportunidad de soñar con mirar hacia arriba, al tiempo que aún sigue demasiado pegado al descenso.
Problema número uno de Paco López: el vestuario parece un polvorín. Alarcón y Kouamé siguen sin entrenar con el grupo. Sumadas ambas ausencias a la lesión de Alcaraz nos da como resultado un medio campo cortito cortito. Ya el equipo notó que hacía aguas por el medio en el pasado partido ante el Córdoba, en el que la pegada le dio los tres puntos a un Cádiz que era un descontrol en el centro del campo.
El Cádiz tiene ante sí una oportunidad de resarcirse, de coger impulso y saltar hacia delante, como hicieron ya nuestros vecinos almerienses y granadinos
El Cádiz tiene ante sí una oportunidad de resarcirse, de coger impulso y saltar hacia delante, como hicieron ya nuestros vecinos almerienses y granadinos. No es mal calendario el que tenemos antes de que acabe el año. Volvemos a tener 3 partidos en casa en los 4 siguientes. Deportivo (18º), Albacete (14º) y Burgos (17º) nos visitan en lo que podrían ser –por qué no soñar– tres victorias que nos llevarían en volandas a un 2025 mucho más optimista. Antes de acabar el año visitamos también al Elche (8º) y Almería (2º), dos salidas complicadas pero en las que, si el Cádiz arranca puntos y hace los deberes en casa, nos va a permitir soñar con un futuro mejor.
El Cádiz no juega a nada, la directiva y la afición siguen en una calma tensa y sólo los dioses saben qué pasa de vestuario para adentro.
La situación deportiva no es tan alagüeña como los resultados. El Cádiz no juega a nada, la directiva y la afición siguen en una calma tensa y sólo los dioses saben qué pasa de vestuario para adentro. En invierno, si Alarcón y Kouamé salen, hay que traer sí o sí un mediocentro físico y capaz. Ya no valen excusas, hay que fichar para sujetar al equipo, no acabar jugando con fuego en los meses finales de temporada y poder soñar, por qué no, con estar arriba.
Vizcaíno debe valorar muy seriamente qué quiere hacer con la propiedad. Si quiere cuidarla, tendrá que fichar, arreglar la situación del filial y calmar los ánimos con su afición. Si quiere vender, más le vale que el club no pierda tanto valor. Un descenso sería terrorífico, también en términos económicos.
Sprint final para el cadismo. 5 partidos antes de que acabe el año. Puerta grande o enfermería. Navidades de villancicos y celebración o tristeza junto al Belén. Nuestro futuro está en manos de Paco y los suyos, ahora deben cumplir.
